Usted está aquí: miércoles 6 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Líderes gremiales buscan emular a Fidel Velázquez

Hernández Juárez, 31 años al frente del STRM

Líderes gremiales buscan emular a Fidel Velázquez

Agustín Rodríguez, 13 años como dirigente del STUNAM

En otros sindicatos el comité se "recicla"

PATRICIA MUÑOZ RIOS, CAROLINA GOMEZ MENA / III, ULTIMA

Ampliar la imagen Sindicalizados durante una manifestación en el Zócalo, en imagen de archivo Sindicalizados durante una manifestación en el Zócalo, en imagen de archivo Foto: Cristina Rodríguez

Entre algunos dirigentes sindicales hay una frase con la cual ironizan su permanencia en los cargos: "A más relecciones es más democrático el líder, porque eso demuestra que la base trabajadora más lo quiere" y esto no es ajeno a los autollamados sindicatos "independientes".

Estas dirigencias gremiales, surgidas como la posibilidad de renovar el sindicalismo mexicano y que fueron la respuesta a los charros, poco a poco han desdibujado este propósito entre numerosas relecciones de sus líderes y convocatorias a acciones de lucha truncas.

El líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM), Francisco Hernández Juárez, ha repetido en el cargo por ocho periodos consecutivos de cuatro años cada uno. En 2008 cumplirá en el poder 32 años.

Hernández Juárez lleva 31 años en la dirección del sindicato; podría relegirse por octava ocasión en 2008 y acumular 36 años, es decir, igualará en tiempo a Fidel Velásquez. Este sindicalista lleva 40 años de servicio en Telmex; ingresó a los 16 años de edad como aprendiz del departamento de centrales automáticas, junto con su "incondicional" Mateo Lejarza -quien continúa secundándolo-, según datos del libro La democracia de los telefonistas, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Iztapalapa.

A este ritmo, los disidentes aseguran que el perenne líder (quien llegó a la dirigencia enarbolando la bandera de la no relección), "al estilo de Fidel Velázquez, lo que busca es salir del sindicato con los pies por delante", pues debió haberse jubilado cuando cumplió 31 años de servicio, es decir, hace nueve, según señaló Jorge Salinas Jardón, del Foro Telefonista en Defensa de la Jubilación y del Contrato Colectivo de Trabajo.

Hernández Juárez llegó a la cúspide del sindicato por primera vez en abril de 1976, tras encabezar el Movimiento Restaurador, en contra de Salustio Salgado, el cual llevaba 10 años al frente del gremio. A éste se le acusó de haber revisado el contrato colectivo de trabajo sin consultar a los trabajadores, y fue un "paro loco" realizado por operadoras de la Central Victoria, y luego del resto del país, lo que marcó el principio de su fin como líder.

En opinión de Enrique de la Garza Toledo, profesor emérito de la UAM Iztapalapa, Hernández Juárez se "mantiene en el poder" pese a la existencia en este gremio del voto secreto, directo y universal, porque "despliega una vigilancia severa mediante líderes intermedios; aplica fuertes procesos de cooptación e intercambio de dádivas para evitar que la resistencia prospere", además de promover una planilla de la base trabajadora que simula ser incluyente y que no lo es, porque él la depura a su antojo.

Rodríguez, desde 1978 en la cúpula

Agustín Rodríguez, líder del Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (STUNAM), es otro caso de larga permanencia en una secretaría general, pero no alcanza los niveles de su compañero de dirigencia en la Unión Nacional de Trabajadores, Hernández Juárez. En nueve ocasiones, desde 1978, ha formado parte del comité ejecutivo del gremio.

Rodríguez arribó a la cúpula del STUNAM en 1994, hace 13 años, tras una elección muy competida, la cual estuvo tan cerrada que se calcula que la diferencia fue de apenas 500 votos entre él y Adrián Pedrozo Castillo, quien pasó a las filas de la oposición y augura que también Rodríguez se perfila como otro Fidel Velázquez.

Esto es porque el próximo año, al concluir su cuarto periodo de gestión, competirá por uno más. Es decir, se relegirá por cuarta ocasión y de lograrlo sumará al frente de este sindicato 16 años. Con ello, el dirigente se acerca a lo alcanzado por Evaristo Pérez Arreola, líder del STUNAM, durante 20 años.

Alternancia engañosa

Pero en esta parte del sindicalismo nacional no todo es relección perpetua. En otros la alternancia es visible, cambia la cara del dirigente, pero la mayor parte del comité se recicla.

Es el caso del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS): sus líderes no se vuelven a elegir, se renuevan cuando termina su periodo. No obstante, el relevo sindical de 2006 devino tortuoso proceso electoral, ya que se designó a un "candidato único", lo cual disgustó a varios miembros del comité que se sentían con derecho a acceder a la máxima posición y pelearon por ello.

El candidato a sustituir a Roberto Vega Galina era Valdemar Gutiérrez Fragoso; otros miembros del comité, quienes al ver que iban a perder sus privilegios y que estaban excluidos de la contienda electoral, detonaron una disputa que convirtió a la denominada lucha sindical en un auténtico enfrentamiento, en el cual la democracia gremial vio volar piedras, palos, picos, huevos y gases de diversa índole tanto los días previos a los comicios, como en el congreso donde se votó la sucesión.

Quienes se opusieron a Valdemar Gutiérrez conformaron la llamada Coalición Democrática, encabezada por el entonces secretario del exterior Eduardo Pérez Saucedo y los ex candidatos María Esther Pérez, Miguel Angel van Dick y Joaquín Castillo, quienes intentaron reventar el 45 Congreso Nacional Ordinario, realizado en el teatro José María Morelos y Pavón, de Morelia, Michoacán, porque no fueron considerados para suceder al dirigente saliente.

Una de las críticas de los movimientos disidentes, así como de diversos trabajadores no ligados a ninguno de los bandos, es que en dicho sindicato hay sucesión de la dirigencia, pero se mantienen los cuadros de poder.

Inclusive a finales de julio de 2004 afiliados a esta organización interpusieron una demanda penal en la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal contra Vega Galina y Fernando Rocha Larráinzar, ahora ex secretarios de este sindicato, por "la pérdida del patrimonio de los trabajadores", pues de acuerdo con sus datos, al comienzo de la gestión de Rocha, en 1999, "en las arcas sindicales había 270 millones, y al salir dejó sólo 767 mil 676 pesos, cuando en su periodo se deberían haber reunido por lo menos 800 millones". Esa pérdida, aseguraron, fue "solapada por Vega Galina".

Competencia desigual

El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) es uno de los gremios que tiene menos cola que le pisen en el tema de la alternancia, pero también ahí, aseguran los grupos inconformes, "se cuecen habas", y es que no hay límite para las relecciones, por lo cual "si algún líder determinara perpetuarse estaría en posibilidad de hacerlo".

El antecesor de Martín Esparza Flores, actual dirigente -quien "pretende relegirse por primera vez este 14 de julio" por dos años más-, Rosendo Flores Flores, estuvo al frente del gremio ocho años, tuvo tres relecciones y cuatro periodos, pero a él la jubilación sí lo alcanzó y tuvo que retirarse.

De acuerdo con Ramón Mera Villarreal, integrante de la Unión Democrática Electricista, Esparza, quien fungió como secretario del interior del SME, tuvo durante las elecciones de hace casi dos años "todo el apoyo de Rosendo Flores, incluso financiero para que llegara a la dirigencia", y agregó que aunque el ahora líder negó que era sobrino de Flores, "durante su toma de protesta comentó que aunque no era su pariente, sí quería ser su hijo".

En este gremio, a diferencia de otros, existe la elección secreta y directa, pero la disidencia asegura que esto no garantiza que la competencia sea equitativa, por lo que se espera que este año Esparza sea relecto.

Para el investigador Enrique de la Garza, la Ley Federal del Trabajo debe establecer el voto secreto, directo y universal como un mecanismo para garantizar mayor democracia en las organizaciones sindicales, en tanto que para José Merced González, director general del Centro Nacional de Promoción Social, es urgente y necesaria la renovación y restructuración del movimiento sindical mexicano.

 
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