Usted está aquí: martes 12 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Salón de belleza de La Habana promueve el sexo seguro

En el sitio se habla de las formas de contagio del sida, que ha crecido entre amas de casa

Salón de belleza de La Habana promueve el sexo seguro

GERARDO ARREOLA

Ampliar la imagen En el salón Afrodita, de La Habana, Leticia Santacruz muestra la forma de colocar un condón En el salón Afrodita, de La Habana, Leticia Santacruz muestra la forma de colocar un condón Foto: Gerardo Arreola

La Habana, 11 de junio. En el salón de belleza Afrodita las clientas no sólo se arreglan el peinado; también conversan sobre su vida personal y su intimidad, hasta llegar al eje de este singular sitio: la prevención del sida.

Una vieja peluquería para damas, cerrada durante años, reabrió en febrero pasado con un objetivo adicional: persuadir a las vecinas de los barrios de Pilar y Atarés, en el municipio Cerro de esta capital, de que practiquen el sexo seguro.

¿Por qué precisamente ahí?

Leticia Santacruz Pérez, promotora de salud sexual en el área durante muchos años y líder del proyecto Salud=Belleza, contesta a La Jornada: "un grave problema en nuestra comunidad es la baja autoestima de mujeres unidas con hombres que llevan doble vida. Hemos registrado un aumento del contagio del VIH (virus de inmunodeficiencia humana, causante del sida) entre mujeres de 25 a 40 años, casadas y amas de casa. Son los esposos los que están llevando la infección".

La mayor incidencia de VIH en Cuba está en la ciudad de La Habana, con más de la mitad de casos en el país, afirma Leticia. Y de la capital, dividida en 14 municipios, el peso está en los de Centro Habana, 10 de Octubre, La Habana Vieja y Cerro, en ese orden: la mancha urbana pegada a la bahía, traza de la ciudad antigua y con alta densidad de población.

Pilar y Atarés son barrios de bajos ingresos y viviendas precarias. Están cerca de Cuatro Caminos, mercado de piezas de plomería, herramientas, comida y decenas de giros menudos y ambulantaje, que hormiguea recordando al Tepito de la ciudad de México.

"Buscamos que las mujeres se embellezcan mientras hablamos de la familia, de drogas, de enfermedades de transmisión sexual y, por supuesto, del sida y sus formas de contagio", relata Leticia.

"Conocí en la zona a una señora que no sabía que su marido por la noche era trabajador sexual. Hay mujeres que dicen del marido: 'mientras no me falte nada, que haga lo que quiera en la calle'. O que terminan una relación estable y vuelven a casarse con alguien que parece una persona tranquila, normal y no se protegen, pero no conocen los antecedentes de la pareja. No saben el riesgo que corren."

Leticia estima que después de dos décadas de enfrentar la pandemia en Cuba, los jóvenes asimilaron el mensaje de protección, pero no la población adulta.

El salón Afrodita depende del Centro Nacional de Prevención de las Infecciones de Transmisión Sexual-VIH-Sida, del Ministerio de Salud Pública.

Según el organismo, hasta 2006 se conocía en Cuba de 8 mil 87 seropositivos, de los cuales 3 mil 135 contrajeron la enfermedad y otros mil 546 ya fallecieron. Del total de infectados, 80.6 por ciento son varones y de este universo, 85.7 por ciento tiene sexo con otros hombres (HSH).

No estaba disponible el índice de prevalencia (porcentaje de casos en la población de 15 a 49 años), pero el organismo especializado de Naciones Unidas estimó a la misma fecha que Cuba tenía la incidencia más baja del Caribe, menos de un punto.

En el municipio Cerro, explica Juan Carlos Bolaños, uno de los promotores de salud en Afrodita, la infección está concentrada en la población HSH y la edad de mayor impacto es la de entre 35 y 39 años. Aunque sólo hay 32 mujeres con VIH en el municipio, la campaña de la peluquería intenta atajar la expansión en un segmento poblacional de riesgo.

El salón de belleza está lleno de lunes a sábado, cuenta Leticia, quien cada semana sale con su equipo a la puerta de la peluquería para hablar con los transeúntes, repartir folletos y condones y formar tertulias sobre sexo seguro.

 
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