Usted está aquí: miércoles 13 de junio de 2007 Sociedad y Justicia Advierte experto sobre presencia de maíz transgénico en cultivos del Distrito Federal

Debe realizarse un monitoreo nacional, ya que México es país de origen: Serratos

Advierte experto sobre presencia de maíz transgénico en cultivos del Distrito Federal

ANGELICA ENCISO L.

La presencia de maíz transgénico en los cultivos del grano convencional se ha confirmado en estudios realizados en cuatro delegaciones semirrurales del Distrito Federal, por lo que los gobiernos federal y estatales deben hacer un monitoreo en todo el territorio nacional para definir la situación de esta gramínea, antes de dar permisos experimentales, ya que México es centro de origen, advirtió Antonio Serratos.

El experto de El Colegio de México y uno de los seis autores de la investigación denominada Proteínas transgénicas en el suelo del área de conservación del Distrito Federal, indicó en entrevista que se tomaron 208 muestras en 25 comunidades de las delegaciones Milpa Alta, Tláhuac, Tlalpan y Magdalena Contreras.

De las pruebas recolectadas en los cultivos convencionales de maíz y tras los análisis que se les realizaron, se encontró que en dos de ellas (0.98 por ciento) había rasgos transgénicos, y correspondían a dos (8 por ciento) de las comunidades que se evaluaron. Ese tipo de maíz es un producto de biotecnología, al cual se le introduce un gen de una variedad ajena para atacar insectos o bacterias.

En las localidades estudiadas se cultivan alrededor de mil 500 hectáreas de grano, el cual se destina básicamente para autoconsumo, explicó. "El Distrito Federal es distinto a los otros estados, ya que la superficie cultivada de maíz es muy pequeña y hay redes de producción de elote; la cosecha promedio es de una y media toneladas por hectárea", detalló.

Cabe recordar que desde 1998 existe en México una moratoria en el cultivo de maíz transgénico, ya que en ese año expertos consideraron que dicho cultivo era un riesgo para la diversidad del grano, sobre todo porque el país es centro de origen de dicho alimento básico.

Previo al estudio que se acaba de dar a conocer, se han hecho otras evaluaciones para determinar si existe maíz transgénico en los cultivos, lo que se confirmó en diversas ocasiones, inclusive en análisis realizados por organismos desconcentrados de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

El más relevante fue el que elaboraron los expertos David Quist e Ignacio Chapela, de la Universidad de Berkeley, quienes en 2001 descubrieron que en las siembras tradicionales de maíz en Oaxaca y Puebla había transgénicos, lo cual dio pauta a que se llevaran a cabo más investigaciones para verificar el hecho.

Ante el interés de las trasnacionales por establecer en México el cultivo de maíz transgénico, Quist y Chapela enfrentaron una campaña negativa de parte de las compañías y de investigadores afines a éstas.

Serratos aseveró que lo importante del trabajo de los investigadores de Berkeley fue que dieron a conocer que el maíz transgénico llegó a la sierra Juárez de Oaxaca, que es una zona alejada; los estudios de ahora, que se realizan con la tecnología científica pertinente, refieren que en los lugares más impredecibles se puede encontrar transgénico, señaló.

El gobierno federal debió tomar en cuenta las primeras evidencias de la presencia de transgénicos en los cultivos tradicionales y establecer el principio de precaución, pero lo que hizo fue "descalificar los trabajos que se habían hecho", dijo.

Aseguró que los resultados de este último estudio "permiten inferir que si en una zona tan pequeña y con poca importancia en el conjunto de la producción de maíz en México, como es el Distrito Federal, se puede encontrar transgénico, la dispersión de éste es mayor en otras áreas".

El experto de El Colegio de México advirtió que, además, hay fuentes que no se han explorado suficientemente, como el aumento de la importación de semilla de maíz para siembra, la cual creció exponencialmente desde 2000, aunque cayó en 2006. "Esto me hace pensar que en este tiempo ha habido mayor difusión de material que no sabemos de qué tipo es ni a quién llegó, dónde se cultivó y si es híbrido normal o transgénico".

Explicó que este estudio lo hicieron en 2003, con los objetivos académicos de establecer un sistema de monitoreo manejable. "En mi caso, era para saber cuáles serían los requisitos para establecer un sistema de monitoreo, en virtud de lo que ya pasaba en el territorio nacional".

 
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