Usted está aquí: domingo 17 de junio de 2007 Espectáculos Pregoneros del Recuerdo, 50 años y dos generaciones de nostalgia sonora

Se presentan hoy en el Museo de Culturas Populares para festejar el aniversario

Pregoneros del Recuerdo, 50 años y dos generaciones de nostalgia sonora

ARTURO CRUZ BARCENAS

Este año, los Pregoneros del Recuerdo festejan 50 años de tocar música tradicional, de mantener la nostalgia sonora. "Esta celebración es importante para todos los que hemos formado parte del grupo, pues ha sido una larga lucha contra corrientes adversas; me refiero a las modas musicales, y mantenernos en esta tradición ha implicado cruzar un camino rudo y escabroso, pero ya llegamos a los 50 años, con una segunda generación de integrantes. Mi padre, Carlos, clarinetista y arreglista, lo fundó el 13 de diciembre de 1955", expresó Arturo Pitalúa, actual director.

En entrevista telefónica desde el Puerto de Veracruz, en una pausa en los preparativos para viajar al Distrito Federal, donde se presentarán hoy domingo, a las cinco de la tarde en el Museo Nacional de Culturas Populares de Coyoacán, dijo que su padre falleció el 22 de enero de 1999. "El ya me había pedido que asumiera las funciones como director y actualmente soy el arreglista y quien lleva el mando.

"Repito: mantener a los Pregoneros del Recuerdo ha sido una lucha constante, porque desgraciadamente existe muy poco radio de acción para exponer este tipo de música. Casi no tiene espacios y es difícil, porque vivimos de la música. Estamos muy reducidos en cuanto a espacios, al contrario de los foros para otras corrientes que mejor no menciono."

Han mantenido un sonido que han llevado a varios países y a casi toda la República Mexicana. "Con la situación que está viviendo el país es muy difícil subsistir de la música; hay que tener otro empleo para poder irla llevando. El son, por ejemplo, se mantiene por sí mismo porque no tiene difusión, pero pienso que es un género tan noble que la persona que no lo conoce, al oírlo, acaba por gustarle.

"Se trata sencillamente de acercarlo a los jóvenes, para enseñarles que sí existe otro género musical. Aquí, en el puerto, todos los jueves trabajamos en un lugar que se llama La Plazuela de la Campana, donde asisten familias, gente adulta y niños. Todos se ponen a bailar. Hay aceptación."

Se les llama Los Veracruzanísimos. Arturo Pitalúa es modesto: "Casi no quisiera decir que es un eslogan, sino una identidad. Es del pueblo y ello se ha plasmado en la veintena de discos que hemos grabado y en las producciones colectivas".

La ocasión lo amerita y han puesto en el mercado el cd 50 años, la tradición continúa (Ediciones Pentagrama). "Este disco es una síntesis de la trayectoria del grupo. Mostramos las primeras melodías que interpretamos, desde el inicio, en medio y el final. En esta última etapa ya hay composiciones del grupo, entre ellos del trompetista Efraín Pérez Juárez, quien hizo Vete de aquí, un son, y de un servidor, que contribuyo con dos sones: Veracruz, orgullo de la nación, y Cincuenta aniversario, la tradición continúa.

Icono de Veracruz

"Este disco es una microsíntesis, porque no cabe el macro, pues tenemos un repertorio de unas 700 melodías."

Entre otras, se incluyen las piezas Bajo un palmar, un bolero de Pedro Flores; Campanitas de cristal e Inconsolable, boleros de Rafael Hernández; Mujer, danzonete de Agustín Lara, y Reclamo místico, bolero-son de Miguel Matamoros.

A su padre, Carlos Pitalúa Rojas, lo define "como un icono en la ciudad y Puerto de Veracruz, porque dejó un legado musical imborrable. Nuestra misión es conservar la música tradicional. No olvidemos que vivimos a la orilla del mar y que tenemos influencias de Cuba y Puerto Rico; tenemos sangre muy amable, sangre prendida, sangre activa y por naturaleza somos bullangueros. La música se presta para que guste a este tipo de gente.

"El clima es fundamental. Esta tierra es caliente, de alegría, de viveza. Hemos llevado esta música a varias provincias de Cuba, a San Antonio Texas, en Estados Unidos, a muchos sitios, a Houston. A casi toda la República."

A mí me gusta toda la música y su amalgama. En los boleros hay nostalgia, pues no hay que olvidar que los compositores de antaño eran verdaderos poetas y hacían, con la música, vivencias.

"En la actualidad -vamos a decir la verdad-, no hay letra, no hay calidad. Antes era fabuloso y había mensaje, el cual cada persona lo empleaba según su forma de vida; quizás les quedaba el saco. En Veracruz aún existen músicos y compositores, pero voy a hablar de gente como Lara, Emilio Cantarel, veracruzano que no fue tan popular como Agustín; Lorenzo Barcelata... en la actualidad no se ha dado alguien de ese nivel".

Ante ese panorama, agregó, la música tradicional vive y vivirá de las viejas canciones. "Hay a quienes se les da la creación dentro del son. Ha habido infinidad de corrientes musicales, las cuales llegan y se van, y el son permanece, y nosotros seguimos con lo mismo. Somos necios. Creo que me voy a morir en la raya y no voy a cambiar de género.

"Queremos que nos contraten para poder subsistir, pues nosotros no dependemos de ninguna institución de gobierno o de cultura. Queremos salir para mostrar nuestra cultura musical. No cobramos cifras estratosféricas ni pedimos estar en nómina", aclaró Arturo Pitalúa, quien entró al conjunto a los 13 años de edad.

Para comunicarse con los Pregoneros del Recuerdo: www.pregoneros.com.mx.

 
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