Usted está aquí: martes 19 de junio de 2007 Cultura El Museo Nacional de la Muerte abre sus puertas en Aguascalientes

Octavio Bajonero Gil donó el acervo consistente en 2 mil piezas alusivas

El Museo Nacional de la Muerte abre sus puertas en Aguascalientes

''Representa momentos del desarrollo cultural de México'', indica el coleccionista y grabador a La Jornada

El nuevo recinto ocupa dos edificios de la universidad autónoma de esa entidad

MERRY MACMASTERS

Ampliar la imagen La vida y la muerte, siglo XX, Texcoco, estado de México obra en barro bruñido y decorado que forma parte del acervo del naciente Museo Nacional de la Muerte La vida y la muerte, siglo XX, Texcoco, estado de México obra en barro bruñido y decorado que forma parte del acervo del naciente Museo Nacional de la Muerte

El Museo Nacional de la Muerte, cuyo acervo se integra con 2 mil objetos relativos al tema -coleccionados a lo largo de medio siglo por el grabador Octavio Bajonero Gil- abre sus puertas hoy.

Dos edificios que conforman el Centro Cultural Universitario, de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA) serán la sede del nuevo recinto. De esta manera la casa de estudios celebra su 34 aniversario.

Mediante el intercambio, el obsequio y la compra directa a artesanos del país, Bajonero se fue haciendo de obras de José Guadalupe Posada -hidrocálido por excelencia-, Francisco Toledo, Roberto Montenegro, Manuel Manilla, Leonel Maciel, Benjamín Domínguez y Teolinca Escobedo.

De hecho, las piezas cubren desde la época prehispánica hasta la actual. Aparte de la obra plástica y artesanal, también comprende material bibliográfico, así como grabaciones y acetatos representativos del folclor mexicano.

Desdén del gobierno de Michoacán

Desde niño, Bajonero (Charo, Michoacán, 1940) comenzó a reunir objetos, de allí ''lo variada de la colección, porque primero empecé con juguetes; por supuesto, para mí. Después, objetos que se ponían en las ofrendas y como adornos en las casas. Cuando advertí que la colección valía la pena, empecé a juntar piezas más complejas".

Uno de los factores que indujeron al coleccionista a formar ese acervo consistió en darse cuenta que ''todas las expresiones artísticas alrededor de la muerte son relevantes, porque todos los creadores han tratado el tema. No sólo los artistas visuales y los artesanos, sino los músicos, los escritores, los poetas, los cineastas, inclusive la televisión tiene algunos comerciales con calaveras o panteones".

Algunas de las piezas prehispánicas son auténticas, otras son copias ''fieles de los originales".

A Bajonero le costó mucho trabajo conseguir los objetos coloniales, sin embargo, la colección cuenta, por ejemplo, con la escultura Virgen de la buena muerte (siglo XVIII), en madera estofada y manto con hilo de oro.

Pero, ¿por qué donar su colección? ''Estar en contacto, no sólo con los objetos sobre la muerte, sino también con estudios alrededor de ello, hechos por investigadores nacionales y extranjeros, me ha hecho reflexionar mucho'', contesta Bajonero.

''Soy consciente de que mi vida es efímera, entonces, pensé, qué va a ser de todo esto. Qué mejor que alguien se encargue, no sólo de que la colección no se desperdigue, porque representa momentos del desarrollo cultural de México, sino de continuar esta tradición, el Día de los Muertos."

-¿Cómo estableció el contacto con la UAA?

-El proyecto es de hace 20 años. En el inicio iba a ser para Michoacán, porque soy de allí. Lo propuse al gobierno de estado, pero nunca me hicieron caso. En el periodo de Felipe González, como gobernador de Aguascalientes, le llevé mi propuesta y la aceptó. Sin embargo, no logró consolidar el proyecto de un macrocentro cultural porque se acabó su gestión. Sólo terminó una parte, que fue el Museo del Ferrocarril.

Para esto, en Aguascalientes ya había un antecedente de la generosidad de Bajonero. En lo que se hacía el Museo Nacional de la Muerte, había propuesto crear el Centro de Investigación y Experimentación de Arte Gráfico (Obraje), para lo cual donó su biblioteca sobre la gráfica, su historia y sus técnicas.

Cabe mencionar que Bajonero fue el fundador, en 1969, del añorado taller de grabado del Molino de Santo Domingo, en la ciudad de México.

El convenio entre la UAA y Bajonero se firmó el 8 de noviembre de 2006, en el Centro Nacional de las Artes.

Guardián de una tradición

El Museo Nacional de la Muerte ocupa dos edificios pertenecientes a la UAA, que fueron acondicionados: el ex convento de San Diego, que en dos pisos albergará la obra prehispánica, colonial y artesanal, mientras un inmueble moderno, utilizado para hacer exposiciones, mostrará las piezas de los siglos XIX y XX.

Cuando Bajonero firmó el convenio con la UAA lo único que pidió fue que se hiciera el museo, porque ''no soy más que el guardián de una tradición y, en segundo lugar, recopilador de objetos".

Además, ''se debe dejar que las cosas sigan su camino, porque si están bien cimentadas, durarán. Iré a verlo cuando me inviten".

No obstante, no descarta la posibilidad de conseguir más piezas para el nuevo museo.

Este miércoles, a las 12 horas, Octavio Bajonero inaugurará en la UAA la retrospectiva gráfica Reminiscencias del siglo XX.

 
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