Usted está aquí: martes 19 de junio de 2007 Política El sector privado espera del proyecto de Calderón una reconfiguración fiscal

Señala Coparmex que la recaudación debe ser para seguridad y no para burocracia

El sector privado espera del proyecto de Calderón una reconfiguración fiscal

Alan Greenspan reactivó el debate sobre la reforma energética, considera el CEESP

MIRIAM POSADA GARCIA, ANTONIO CASTELLANOS

A la espera de que el Ejecutivo presente su proyecto de reforma fiscal, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) demandó "apresurar el paso" para realizar una reconfiguración fiscal que permita invertir en los requerimientos del sector energético y restablezca esquemas de cooperación con el sector privado nacional para asegurar que los recursos locales estén bien enfocados.

El presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Ricardo González Sada, señaló que la reforma fiscal deberá "depurar" los impuestos especiales vigentes y garantizar que lo que se obtenga en recaudación se dedique a financiar la seguridad nacional y pública, la impartición de justicia, la gobernabilidad y los servicios públicos, en vez de ir a parar al aparato burocrático y beneficios para los funcionarios.

Y analistas de la consultoría Bursamétrica previeron que la propuesta del gobierno federal incluirá un régimen de tasa única de impuesto sobre la renta (ISR); un impuesto al consumo en los estados de casi 3 por ciento; acotará lo más posible el régimen de consolidación para aumentar la carga efectiva de impuestos en los grandes corporativos y podría incluir diversos impuestos como sobre depósitos bancarios, gasolina y cigarros.

El impuesto al valor agregado (IVA) federal se bajaría de 15 a 12 por ciento y se asignarían mayores facultades a los estados para incrementar la fiscalización; mientras la tasa única del impuesto sobre la renta (ISR) se dividirá en dos o tres tramos de ingresos.

El CEESP señaló que la opinión del ex presidente de la FED Alan Greenspan sobre la conveniencia de que México abra el sector energético al capital privado reactivó el debate, puso de manifiesto la polarización y al mismo tiempo la necesidad de evitar la ruina del sector "porque su impacto en las finanzas públicas y el resto de la economía sería desastroso".

Greenspan contribuyó, dijo, a reavivar un debate de suyo difícil entre los mexicanos al señalar que de no modificar la Constitución para permitir la inversión extranjera en el sector energético, México enfrentará dentro de poco una grave crisis fiscal, ya que a pesar de tener mucho petróleo en la región del Golfo, no cuenta con los recursos financieros ni tecnológicos para aprovecharlo.

El CEESP precisó que ese urgente apoyo al sector energético debe surgir de la capacidad fiscal del sector público; sin embargo, señaló, el gobierno no cuenta con recursos suficientes para las inversiones que se requieren, por lo que se debe optar por algún esquema de cooperación para inversionistas nacionales y garantizar que los recursos se canalicen de forma correcta al fortalecimiento del sector, sin necesidad de recurrir al financiamiento externo.

El CEESP resaltó que lo que las opiniones de Greenspan pusieron de manifiesto es que el debate sobre el futuro de la industria petrolera y eléctrica nacional sigue polarizado, mientras continúa el "problema real del decaimiento en infraestructura y recursos de Petróleos Mexicanos (Pemex), y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que debe atrapar la atención de la sociedad, porque urge evitar la ruina del sector porque su impacto en las finanzas públicas y el resto de la economía sería desastroso".

Bursamétrica pronosticó que la iniciativa de reforma fiscal que presentará el Ejecutivo abordará la aplicación de la tasa única para el ISR, así como un impuesto de 3 por ciento al consumo con dedicatoria a los estados.

En materia fiscal buscará eliminar lo más posible las excepciones, como el régimen a los transportistas, la exención a las ganancias de capital en bolsa y de las herencias. Acotará al máximo el régimen de consolidación para aumentar la carga efectiva de impuestos en los grandes corporativos y podría incluir diversos impuestos, como sobre depósitos bancarios, gasolina y cigarros.

En el caso del IVA federal se bajaría de 15 a 12 por ciento y se asignarán mayores facultades a los estados para incrementar la fiscalización. La tasa única del ISR se dividirá en dos o tres tramos de ingresos, porque actualmente existen amplios sectores que tienen gravados sus ingresos a una tasa inferior a 18 por ciento. El incremento podría quedar entre 20 y 22 por ciento.

La Secretaría de Hacienda también proyecta, de manera paralela, adelantar el reparto federal de excedentes petroleros a los estados y en las próximas semanas canalizará recursos por 2 mil 300 millones de pesos correspondientes al segundo trimestre del año.

 
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