Usted está aquí: jueves 21 de junio de 2007 Política Con su apoyo en la ONU, México quitó obstáculos para reiniciar vínculos: Cuba

La isla ya no será objeto de revisión especial, determina Consejo de Derechos Humanos

Con su apoyo en la ONU, México quitó obstáculos para reiniciar vínculos: Cuba

El gesto en el organismo multilateral demuestra que con Calderón construimos sobre bases nuevas, dice Pérez Roque

GERARDO ARREOLA

Ampliar la imagen Cuba recibió como una señal positiva para reiniciar relaciones con México la postura del país en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La imagen, en La Habana Cuba recibió como una señal positiva para reiniciar relaciones con México la postura del país en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. La imagen, en La Habana Foto: Reuters

La Habana, 20 de junio. La posición de México en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, en favor de suprimir la observación especial sobre Cuba en esa materia, es "un hecho positivo del nuevo gobierno", con el cual se removió "un importante obstáculo" para normalizar las relaciones bilaterales, dijo hoy el canciller cubano Felipe Pérez Roque.

En conferencia de prensa, el ministro de Relaciones Exteriores se refirió a la crisis que estalló entre ambos gobiernos durante el sexenio de Vicente Fox, al señalar que es "un momento que ha ido quedando atrás".

En cambio, precisó que "estamos construyendo sobre bases nuevas" la relación bilateral con el gobierno del presidente Felipe Calderón, "y así entendemos el gesto" en el CDH, que sesiona en Ginebra. "Creemos que ha habido un cambio en la posición de México".

Las declaraciones de Pérez Roque se produjeron en el tono más conciliatorio que haya tenido un alto funcionario cubano hacia el gobierno de México, desde que irrumpió el conflicto, hace poco más de seis años. En esa línea, pero aún con cautela, sin dar por cerrado el diferendo, el canciller señaló que "con este primer paso se abre un camino en el que también habrá que resolver otras cuestiones" en las relaciones bilaterales.

Sin extenderse en detalles, el canciller apuntó así hacia la agenda acumulada en seis años, y que incluye la disputa por una deuda cifrada -en abril de 2002- en 380 millones de dólares, de bajo perfil económico para las dos partes, pero que a estas alturas ha generado implicaciones jurídicas, financieras y empresariales, como el virtual cierre de la frontera cubana a mercancías mexicanas y la creciente emigración ilegal desde la isla hacia el sureste de ese país, entre otros puntos.

Los comentarios del ministro de La Habana siguen a contactos privados entre ambos gobiernos, que en los últimos meses han explorado caminos para normalizar las relaciones, abatidas a su peor periodo en el sexenio anterior.

Pérez Roque indicó que en ese diálogo reservado, la diplomacia cubana encontró en sus interlocutores mexicanos "similar disposición" que la mostrada en Ginebra, para entenderse con la isla. "Puedo decir que sí, que hemos constatado esa voluntad que ha sido expresada públicamente", subrayó.

Además de entrevistarse con la canciller mexicana Patricia Espinosa, el embajador cubano en México, Jorge Bolaños, ha sostenido este año al menos una conversación con el presidente Calderón, indicaron a La Jornada fuentes seguras.

Pérez Roque recordó su declaración de marzo pasado, en París, en la cual precisó que Cuba esperaba una traducción "en hechos" del anunciado interés por mejorar el nivel de las relaciones bilaterales.

"Hay que decir que lo de Ginebra es un hecho concreto, que nosotros hemos tomado como un paso positivo. Hemos removido un importante obstáculo que hacía imposible siquiera pensar en la posibilidad de normalizar las relaciones, dada la naturaleza estratégica para Cuba de este tema" y debido a que Fox, por "su activismo", llevó el trato bilateral "al borde prácticamente de la ruptura".

Pérez Roque elogió como "constructivo" el desempeño del embajador mexicano Luis Alfonso de Alba, quien el lunes pasado concluyó su gestión anual como presidente del CDH y fue el artífice de una solución de consenso que logró aprobar los mecanismos de funcionamiento de ese organismo.

En Ginebra, dijo el canciller, Cuba reconoció "la tarea equilibrada y ponderada" con la que De Alba condujo el consejo.

Pero fue más adelante, y estimó que, si hubiera llegado el caso de poner a votación un proyecto sobre la inspección a La Habana, México "no iba a votar contra" el interés de la isla.


* En 2008, escrutinio sobre la situación aquí: De Alba

JOSE ANTONIO ROMAN

Cuba ya no será objeto de vigilancia especial en materia de derechos humanos, dijo Luis Alfonso de Alba, ex presidente del Consejo de Derechos Humanos (CDH) de Naciones Unidas, quien destacó la disposición del gobierno de La Habana de trabajar de "manera institucional y constructiva" con el nuevo organismo, reconocimiento que también han hecho público las naciones de la Unión Europea, los Países No Alineados y "muchas" organizaciones no gubernamentales.

"Confío en que éste seguirá siendo el patrón que muestre el gobierno (de Cuba), al igual que los otros 46 que somos parte del consejo", advirtió el representante de México ante dicho organismo, dejando abierta la posibilidad de que las relaciones diplomáticas entre el país y La Habana se mejoren, luego del grave deterioro sufrido en el sexenio de Vicente Fox.

En conferencia telefónica desde Ginebra, el embajador De Alba, quien encabezó los trabajos de dicho órgano de la ONU durante su primer año de funciones, y que concluyó el pasado lunes, cuando fueron aprobados sus mecanismos de operación, informó que en el nuevo esquema de "revisión universal" que se ha dado el consejo, México será sometido a escrutinio a partir del próximo año, por lo que las autoridades ya trabajan en la preparación del informe sobre la situación que priva en el país en materia de derechos humanos.

Insistió en que el gobierno nacional no sólo está abierto a la visita de los relatores internacionales, sino también mantiene la invitación permanente para que se verifique el respeto a las garantías individuales. Como todos los países -agregó-, México tiene problemas de este tipo, pero el primer paso para resolverlos es reconocer que existen y elaborar políticas para enfrentarlos con éxito. Y este gobierno ve en los mecanismos internacionales una vía para avanzar en la materia.

Recordó que ya han estado aquí muchos relatores especializados en derechos humanos, y que vendrán otros, además de que ya se trabaja en la atención de las diferentes recomendaciones que se han emitido. Subrayó que México no está exento de estos problemas, como los ocurridos en San Salvador Atenco, Oaxaca, las muertas de Ciudad Juárez, Pasta de Conchos y el asesinato de periodistas.

De Alba, quien el pasado lunes concluyó su cargo como primer presidente del CDH de Naciones Unidas, señaló que los acuerdos logrados antes de la medianoche del 18 de junio de 2007 fueron muy exitosos, pero se alcanzaron con mucho dramatismo, debido a que la Asamblea General de la ONU había establecido esa fecha como límite para pactar el funcionamiento del consejo. "Teníamos un avance de 99 por ciento, pero crecía la tensión en la sala, porque con el uno por ciento faltante se podía perder todo", reconoció.

Según calificó él mismo, los trabajos tuvieron su tinte de dramatismo por los acuerdos alcanzados en el límite de la fecha, en la que finalmente se aprobó un texto que contiene las reglas de funcionamiento de dicho órgano, entre las que destacan la "evaluación periódica universal" -cada cuatro años-, un mecanismo para examinar los datos nacionales relativos a los derechos humanos, así como el fomento del diálogo basado en la igualdad. A ellas deberán someterse todos los países.

La discusión se había centrado en debatir puntos como la evaluación periódica de los derechos humanos en todos los países integrantes de la ONU y el mantenimiento de los relatores especiales. Hubo posiciones, como la de China, que pretendía que una condena a algún país miembros tuviera que ser aprobada por las dos terceras partes de los miembros del con sejo, situación que finalmente no prosperó. Además, algunos países en desarrollo expresaron su apoyo a la decisión de adoptar medidas destinadas a impedir que una resolución promovida por un Estado miembro pudiera usarse para politizar asuntos relacionados con las garantías fundamentales, como tradicionalmente se ha dado con el caso de Cuba.

El embajador De Alba se refirió a que el mecanismo aprobado por los 47 miembros ahora es "más transparente y democrático", debido a que cuenta con la participación de la sociedad civil y de organizaciones no gubernamentales, además de que no hay ninguna limitación para tratar algún tema, incluso el de la pena de muerte y el derecho a la autodeterminación de los estados.

 
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