Usted está aquí: sábado 23 de junio de 2007 Mundo Depositan en Cuba cenizas de Vilma Espín

Depositan en Cuba cenizas de Vilma Espín

GERARDO ARREOLA

La Habana, 22 de junio. Estremecido, Raúl Castro besó la urna de madera con las cenizas de Vilma Espín. Con las dos manos se aferró unos segundos a ese último, simbólico, contacto con su compañera de toda la vida, y dejó que se cerrara la lápida. Ella se despidió con un bolero.

La inhumación de Vilma, la conspiradora, guerrillera y promotora de los derechos de las mujeres, fallecida el lunes a los 77 años de edad, se cumplió este viernes por la mañana, en un claro de las montañas del norte de Santiago de Cuba, cerca de la población de Mayarí Arriba, al este del país.

Con su uniforme de general del ejército, el presidente provisional de Cuba se retiró unos pasos de la roca donde quedó depositada la urna de su esposa. Enseguida, efectivos de la Unidad de Ceremonias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) atornillaron la cubierta de metal. Era un escudo nacional en el centro y dos nombres a los lados: "Raúl" y "Vilma".

En la ceremonia sólo estuvieron los cuatro hijos de la pareja, Déborah, Nilsa, Mariela y Alejandro, y los ocho nietos, además de amigos y compañeros de lucha.

El lugar es el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País, el foco guerrillero que fundó Raúl en 1958 y al que llegó Vilma al unirse a la lucha armada. En la confluencia de unas lomas, rodeado de palmas, el panteón semeja un anfiteatro y está presidido por una calzada que conduce a una flama permanente, naciendo de una estrella plateada. En el descampado están los restos de más de 200 combatientes de ese destacamento.

Los restos de Vilma llegaron en un armón militar, coronado con rosas blancas. Un pelotón femenino de cadetes de la Escuela Interarmas General José Maceo disparó tres salvas de fusilería. La Unidad de Ceremonias y la Banda de Música del Estado Mayor General de las FAR marcharon en paso de revista. Las cenizas quedaron dentro de una piedra de granito, frente al lugar donde descansan los restos del bailaor español Antonio Gades. Al final, por el sonido se escuchó un piano y la voz de Vilma, con las canciones de cuna que dedicaba a sus hijos. Luego se le oyó cantando Sin tí, bolero que solía dedicar a Raúl.

 
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