Usted está aquí: domingo 24 de junio de 2007 Opinión Bajo la Lupa

Bajo la Lupa

Alfredo Jalife-Rahme

La "internacional neoconservadora": Likudistán, Texastán y Aznarstán

Ampliar la imagen José María Alfredo Aznar López y Manuel Espino Barrientos José María Alfredo Aznar López y Manuel Espino Barrientos Foto: Cristina Rodríguez

Cuando el grupo integrista islámico palestino Hamas implantó su teocracia en Gaza, de inmediato los multimedia israelíes-anglosajones la calificaron impecablemente de "Hamastán".

Sucede que tales multimedia, tan prestos en señalar la paja en los ojos ajenos, no se percatan de la viga en sus propios globos oculares, si se aplica en estricto rigor kantiano sus mismas categorías político-filosóficas a los fundamentalismos israelíes, protestantes y católicos, que hemos denominado Likudistán, Texastán y Aznarstán, que han configurado la "internacional neoconservadora", como la catalogó en su excelente blog (LobeLog.com, 9-06-07), Jim Lobe, uno de los óptimos investigadores del periodismo independiente de Estados Unidos.

Lobe reseña que en vísperas de la cumbre del G-8 en Heiligendamm, Baby Bush acudió a la conferencia Democracia y Seguridad celebrada en Praga bajo los auspicios del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Checa y organizada por el Instituto de Estudios de Seguridad de Praga, el Instituto Adelson para Estudios Estratégicos del Centro Shalem de Jerusalén (vinculado al partido fundamentalista Likud), y por FAES, la Fundación aznarista para el Análisis (sic) y los Estudios Sociales (sic), conocido como el "laboratorio de ideas (sic) del Partido Popular" y dependiente de los unilateralistas neoconservadores straussianos.

Entre los asistentes se encontraron miembros de la Fundación para la Defensa de las Democracias, cuyo presidente es el periodista ultraconservador Clifford May, que la semana previa había convenido una conferencia a puerta cerrada en el paraíso fiscal de Bahamas, cuyo tema principal (Confrontar la amenaza de Irán) corrió a cargo del nonagenario sofista Bernard Lewis, un poseído por el "choque de civilizaciones", quien se mintió grotescamente al haber garantizado el año pasado el lanzamiento contra Israel de bombas nucleares por Irán, que aún no las posee (ver Bajo la Lupa, 13-08-06).

Varios "disidentes" de Rusia, Bielorrusia, Siria, Irán (entre ellos el hijo del sha) y Arabia Saudita concurrieron a la reunión de la "internacional neoconservadora", entre quienes destacó la crema y nata estadunidense: Ronald Steven Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial, y el núcleo bélico del ultraneoliberal American Enterprise Institute, representado por quienes colaboraron en el diseño de la catástrofe militar de Estados Unidos en Irak, como Richard Perle, Joshua Muravchik, Michael Novak, Michael Rubin, Michael Leeden, etcétera.

El hipercorrupto Richard Perle, asociado al no menos corrupto Paul Dundes Wolfowitz, ambos eyectados de sus más recientes puestos públicos, puso en tela de juicio sus convicciones "democráticas" expresadas en Praga, al pronunciarse una semana más tarde en favor de un golpe militar en Turquía frente a la ominosa probabilidad de una barrida electoral del integrismo islámico (LobeLog, 22-06-07).

La matriz operativa de la "internacional neoconservadora" la representa la simbiosis de Texastán con Likudistán. No fue nada casual la asistencia de la texana Karen P. Hughes -biógrafa, amanuense y anterior consejera de Baby Bush, quien profesa profundas creencias paleobíblicas como herramienta de su terapia por alcoholismo- quien ahora opera como subsecretaria del Departamento de Estado.

El televangelista texano John C. Hagee, uno de los principales fieles al neoconservadurismo de Estados Unidos e Israel y presidente de la Televisión del Evangelismo Global, predica desde San Antonio (Texas) el bombardeo nuclear contra Irán. Hagee pregona que Rusia y las naciones islámicas, infectadas por el virus bélico del profeta Mahoma, representan al "Anticristo". Hay que reconocer que el fundamentalista protestante Hagee ha superado las amenazas del televangelista bautista sureño Pat Robertson, quien ha exigido el bombardeo de La Meca y el asesinato del presidente Hugo Chávez. A propósito, el mitómano televangelista Pat Robertson, aliado indefectible de los Bush y autor del libro El nuevo orden mundial, escrito nada casualmente en 1991, fecha de la disolución de la URSS, se equivocó sobre la segunda llegada de Cristo que aseguró ocurriría el 29 de abril pasado.

El fiscalista José María Alfredo Aznar López, quien en su nueva cruzada preside la entidad evangelizadora FAES, ha amenazado instaurar el Aznarstán desde las comunidades latinas de Estados Unidos, pasando por el rancho San Cristóbal (Guanajuato), hasta la Patagonia. La asignación de tareas del Aznarstán consiste en prolongar el martirio del unilateralismo bushiano para impedir el oleaje antineoliberal en Latinoamérica e intentar derrocar los regímenes de Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Argentina. Hasta los reyes católicos se habrían ruborizado de vergüenza ajena con las medievales andanzas neoevangelizadoras del fiscalista ultraneoliberal Aznar López.

Con mayor profundidad geoestratégica, la "internacional neoconservadora" representa la "internacional bélica" que ha apretado el cerco a Rusia mediante la desestabilización de su periferia inmediata (los "cambios de régimen" alentados por la parodia de los "derechos humanos") y el proyecto de instalación del escudo misilístico antibalístico en Polonia y la República Checa. No hay que esperar que la farisea "internacional neoconservadora" se pronuncie sobre sus propias torturas execrables en Abu Ghraib y en Guantánamo, al menos que atormentar "islámicos" no forme parte de la declaración universal de los derechos humanos.

La "internacional neoconservadora" y/o "internacional bélica" epitomiza al aparato burocrático del Comité sobre el Peligro Presente (Committee on the Present Danger), uno de los principales bastiones del neoconservadurismo estadunidense, que presiden el poderoso George Schultz y Robert James Woolsey jr., anterior director de la CIA, proponente con Norman Podhoretz de la "cuarta guerra mundial" y, más que nada, socio en los fétidos negocios privados con Richard Perle, y al que se injertaron los unilateralistas neoconservadores straussianos.

En forma curiosa, Enrique Krauze Kleinbort es el único mexicano y extranjero que figura en la selecta membresía del Committee on the Present Danger, y ahora se entiende su diligencia desmedida por llevar al "México foxiano", en connivencia con los medio hermanos Gutman (Castañeda y Rozental), a participar demencialmente en la guerra contra Irak junto a Aznar López, entonces presidente del gobierno español, y con la bendición del parasitario Grupo Monterrey (en particular, de CEMEX).

Que 15 días más tarde Aznar López, quien ha tildado el diálogo de civilizaciones de "estupidez", haya iniciado en México su neocruzada contra Irán en la reunión de la Organización Demócrata (sic) Cristiana de América, patrocinada por el yunque del PAN, no fue nada casual.

¿Participará Felipe El Breve en la "cuarta guerra mundial" y el "choque de civilizaciones" de la "internacional neoconservadora" contra Irán, cuando es notoria su impotencia para aportar "democracia" y "seguridad" en México, ni se diga, "civilización" alguna?

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.