Usted está aquí: lunes 25 de junio de 2007 Mundo Atacan en Líbano a fuerzas de paz de la ONU

Atacan en Líbano a fuerzas de paz de la ONU

Tres soldados españoles y tres colombianos perecieron; culpan a grupo ligado a Al Qaeda

ROBERT FISK THE INDEPENDENT

Beirut, 24 de junio. Finalmente ocurrió. Todos predecían -incluso los funcionarios de Naciones Unidas en el equipo- que el ejército de paz de la ONU en el sur de Líbano sería atacado por un grupo musulmán sunita vinculado a Al Qaeda, y la tarde de este domingo tres soldados españoles y tres colombianos pagaron con la vida al cumplirse esa predicción.

Una mina colocada en la carretera entre los pueblos de Marjayoun y Khaim, a escasos 10 kilómetros de la frontera con Israel, hizo explosión al lado de dos vehículos blindados de la ONU y dio muerte a los seis soldados, y al menos cuatro resultaron lesionados. Tres de los heridos eran españoles.

Ese camino fue escenario de encarnizados combates entre el ejército israelí y Hezbollah el verano pasado, y es posible -aunque poco probable- que el estallido fuera producto de minas que quedaron de esas batallas. Pero el camino entre esos dos poblados remotos había sido despejado por oficiales desactivadores de minas en los meses posteriores a la guerra, y el ejército libanés descubrió hace meses que grupos sunitas de los alrededores de Trípoli habían reunido mapas del sur de Líbano que mostraban las rutas de las patrullas de la ONU, inclusive las usadas por el ejército español.

Los españoles han sufrido mucho por su apoyo a George W. Bush en la guerra de Irak, y ahora parece que pagan el precio de formar parte de un ejército expandido de la ONU en el sur de Líbano, que fue conjuntado con el respaldo de Bush y de Tony Blair para proteger la frontera norte de Israel luego del conflicto del verano pasado. Es un ejército internacional bajo el mando de cuatro generales de la OTAN, y muchos libaneses lo consideran una extensión de ésta más que una misión de paz de Naciones Unidas.

Brigadas libanesas contra incendios y contingentes vecinos de la ONU corrieron al lugar del ataque, mientras en la ciudad norteña de Trípoli se producía un brote de violencia de casi igual peligrosidad. Allá, soldados libaneses fueron obligados a irrumpir en un conjunto de departamentos en el barrio de Abu Samra, luego que guerrilleros del grupo Fatah al Islam -que llevan por lo menos 33 días de combates con el ejército en el campo de refugiados palestinos de Nahr el Barad- se apoderaron del edificio. Por lo menos 10 de los hombres armados perecieron cuando los soldados penetraron en el inmueble y descubrieron que los combatientes asesinaron a un joven policía libanés enfrente de su esposa y su hija pequeña.

Por lo menos 62 soldados y 32 miembros de Fatah al Islam -junto con 30 civiles- han muerto en el campamento en combates que el ministro libanés de Defensa, Elías Murr, se apresuró a declarar la semana pasada que habían concluido con la victoria del ejército. La violencia de este domingo en Trípoli tenía la clara intención de humillarlo.

Ya anteriormente las fuerzas de la ONU han sido atacadas por soldados de Israel, por guerrilleros pro israelíes del sur de Líbano y, de cuando en cuando, por combatientes de Hezbollah y palestinos.

Pero Hezbollah se ha tomado grandes trabajos para tratar de proteger a la nueva fuerza de la ONU pues teme que un ataque como el ocurrido este domingo lleve a Washington a declarar con falsedad que esa organización -la cual cuenta con el apoyo de Irán- es responsable.

De hecho, oficiales de inteligencia de las embajadas francesa, española e italiana se reunieron en secreto con oficiales de Hezbollah en Sidón hace más de tres semanas para obtener garantías de que esa agrupación haría su mayor esfuerzo, como milicia armada local, para proteger a la fuerza internacional. Los hombres de Hezbollah respondieron que sí, pero advirtieron que grupos tipo Al Qaeda en las zonas sunitas del norte de Líbano podrían tratar de romper su seguridad. Ahora veremos si Estados Unidos cree esto -que es verdad-, o si los gobiernos occidentales deciden culpar a Irán afirmando que Hezbollah estuvo detrás del ataque a la fuerza de paz.

Este ataque plantea también serias dudas de que este ejército ampliado, de 11 mil soldados, desplegado por primera vez en el sur del país en 1978, pueda cumplir su misión. Una vez que los soldados de una fuerza de paz son atacados, su primera prioridad se vuelve protegerse a sí mismos y no a los civiles que los rodean o, en este caso, a la frontera Líbano-Israel que patrullan. Enormes murallas de concreto rodean ya los distintos contingentes de la OTAN pertenecientes a la fuerza interina de la ONU en Líbano, porque desde hace tiempo los oficiales temían un ataque como el de hoy.

Ahora, por tanto, Líbano desciende a otra crisis aún más grave, que involucra no sólo a los grupos satélites semejantes a Al Qaeda que operan en su territorio, sino también a los ejércitos de Occidente. Siempre que la OTAN ha intervenido en Líbano en el pasado ha sido blanco de ataques, el más devastador cuando marines estadounidenses y paracaidistas franceses fueron asaltados por atacantes suicidas en Beirut en 1982, con el costo de casi 300 vidas. Apenas habrá una zona del país que no haya tomado parte en la violencia de los 12 meses pasados, y cada crisis ha sido peor que la anterior, así que, como dicen los libaneses, aquí vamos de nuevo.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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