Usted está aquí: jueves 28 de junio de 2007 Mundo Blair se despide "desolado" por las tropas de GB que combaten en Irak

Gordon Brown llega a Downing Street con la oferta de "un gobierno con nuevas prioridades"

Blair se despide "desolado" por las tropas de GB que combaten en Irak

El gobernante saliente se involucró en más conflictos bélicos que cualquier antecesor desde la Segunda Guerra Mundial

El flamante primer ministro "alardea de cambios" que nunca encarnó: conservadores

AFP, DPA, REUTERS, THE INDEPENDENT

Ampliar la imagen Gordon Brown, nuevo primer ministro de Gran Bretaña, saluda a reporteros a la entrada del emblemático 10 de Downing Street, residencia de los gobernantes británicos. Lo acompaña su esposa, Sarah Gordon Brown, nuevo primer ministro de Gran Bretaña, saluda a reporteros a la entrada del emblemático 10 de Downing Street, residencia de los gobernantes británicos. Lo acompaña su esposa, Sarah Foto: Reuters

Londres, 27 de junio. El nuevo primer ministro británico, el laborista Gordon Brown, adelantó hoy que traerá aire fresco al gobierno, con "nuevas prioridades", pues aseguró que hace falta un cambio político en Inglaterra. Así, Brown se convirtió en el sucesor de Tony Blair, quien al despedisrse ante la Cámara de los Comunes se mostró desolado "por los peligros que enfrentan las tropas en Irak y Afganistán", pidió perdón por los soldados muertos en Irak, aunque insistió en que "no ha sido en vano".

En su última aparición ante el Parlamento como jefe del Ejecutivo, Blair defendió su decisión de mandar tropas a la guerra de Irak, una de las sombras más notorias del balance de su gobierno. Actualment son más de 150 los soldados británicos que han muerto desde la invasión encabezada por Estados Unidos a Irak en marzo de 2003.

Blair acudió ante la reina Isabel II a presentar su renuncia y Brown también sostuvo una audiencia con la monarca en el palacio de Buckingham durante la cual fue confirmado como undécimo primer ministro de su reinado. Brown, de 56 años, se comprometió a obrar "lo mejor posible".

"Y ahora, que comience el cambio", dijo el nuevo primer ministro, acompañado por su esposa, Sarah, al final de sus primeras declaraciones en el número 10 de Downing Street.

Dijo que responderá a las "aspiraciones de todo el país" y será un elemento aglutinador "más allá de los estrechos intereses" del Partido Laborista, construyendo un gobierno para todos, que tiene previsto presentar el jueves.

En el contexto del traspaso de poderes, Blair renunció a su escaño de diputado por la circunscripción de Sedgefield, en el noreste de Inglaterra, que ocupaba desde 1983.

Por 318 y última vez, un Tony Blair emocionado respondió a las preguntas de los diputados, que le despidieron de pie con una gran ovación al final de la sesión de control semanal en la que los dirigentes de la oposición también le rindieron homenaje.

Tocando uno de los puntos que le valió las más fuertes críticas durante sus últimos años de gobierno, y parafraseando el mensaje que repite el presidente estadunidense, George W. Bush, Blair afirmó que las tropas británicas "luchan por la seguridad de este país y en el mundo contra quienes quieren destruir nuestra forma de vida". También dedicó un último elogio a los soldados de su país: "Son los más valientes y los mejores", si bien reiteró que en los próximos meses el número de soldados ingleses en Irak será gradualmente reducido.

Sobre el conflicto israelí-palestino. La "prioridad absoluta" es lograr "una solución con dos estados", pero esto requerirá "un trabajo intenso y de concentración", afirmó Blair, quien horas después fue designado enviado especial del Cuarteto para Medio Oriente.

"Les deseo a todos buena suerte, amigos o adversarios. Ya está, se acabó", fueron las últimas palabras de Blair como primer ministro ante el Parlamento.

El jefe de los conservadores, David Cameron, estimó que Brown no puede ser "la solución" a los numerosos problemas del país porque formó parte de todos los gobiernos de los últimos diez años y nunca encarnó "el cambio" del que ahora alardea.

Menos carismático que su predecesor, Brown, austero hijo de un pastor escocés, prometió un cambio de estilo, más sobrio, pero no ha definido sus proyectos con precisión, se ha limitado a decir que espera introducir cambios en los ámbitos de salud, educación, vivienda, además de restaurar la confianza en el gobierno.

Blair dirigió el gobierno británico desde 1997, con Brown siempre como ministro de Finanzas.

Anglicano, casado con una católica, Cherie, y con cuatro hijos, Blair se benefició de una década de logros económicos y de un manejo magistral de los medios de comunicación. Durante esa época, la prensa lo llamó Tony Teflón, porque ningún escándalo o error parecía pegársele ni dañarlo.

Pero cayó en desgracia por la guerra en Irak. Su respaldo popular pasó de 93 por ciento hace diez años a sólo 27 por ciento en sus últimos meses como gobernante.

Presionado para dimitir por ese motivo, lo cual anunció en septiembre pasado, Blair será recordado como el hombre que envió tropas a más conflictos que cualquier gobernante británico desde la Segunda Guerra Mundial: Irak en 1998, Kosovo en 1999, Sierra Leona en 2000, Afganistán en 2001 y de nuevo Irak en 2003; se involucró en más guerras, incluso, que la primera ministra Margaret Thatcher, la Dama de Hierro.

Brown prometió un cambio de estilo, más discreto. Se espera que anuncie su nuevo gobierno, aunque los analistas no esperan cambios mayores en la política británica.

A su llegada a Downing Street, Brown prometió "un nuevo gobierno con otras prioridades".

Una tarea principal de Brown será ganar apoyo popular de cara a las legislativas previstas para 2009, para las que los sondeos pronostican una victoria de los conservadores.

Manifestantes pacifistas llevaron a cabo protestas afuera de la oficina del primer ministro en Downing Street, y en esta ocasión, por primera vez, se permitió a algunos de ellos llegar hasta las rejas de la mansión que aloja al gobernante británico. La mayoría de las personas que agitaba pancartas con leyendas como "Blair, tienes sangre en las manos", tuvieron que quedarse a varios metros de la reja pues una valla de policías les impidió el acceso.

Entre las personas que pudieron acercarse a la residencia estaba Rose Gentle, de 43 años, madre de un joven soldado muerto en Basora.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.