Usted está aquí: jueves 28 de junio de 2007 Opinión México SA

México SA

Carlos Fernández-Vega

Autopista del Sol, barril sin fondo

Gutsa incumplió contratos por 335 mdp

SCT, magnánima con barones del dinero

Gutiérrez Cortina, socio del Centro Fox...

El "rescate" financiero y físico de la Autopista del Sol es un clon del "rescate" bancario: a costillas del erario, es un barril sin fondo, cada día más oneroso e improductivo y con nulos resultados. Y en una acción digna de medalla de oro en un concurso internacional sobre la acción gubernamental más lenta de la historia reciente, a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) le llevó cuatro años darse cuenta de que las obras por ella encargadas a una empresa privada para la rehabilitación de dicha carretera de plano no avanzaban.

Con dinero ajeno (el de los mexicanos, en este caso), la SCT no sólo puede darse el lujo de ser magnánima con los barones de la construcción, sino sempiternamente paciente, y bien podría presumir ahora, como en su momento hizo el gobierno federal con el Fobaproa, de que "no se rescató a las empresas beneficiadas por las concesiones carreteras, sino a los turistas que transitan por ellas".

El hecho es que a dicha dependencia federal le tomó mil 460 días (de 2003 a la fecha) registrar que una de las empresas privadas contratadas para la rehabilitación de la Autopista del Sol, a la vez beneficiaria de las concesiones carreteras del salinato y del "rescate" zedillista y foxista de las mismas, descaradamente incumplió dos contratos de obra para rehabilitar y renivelar cerca de 60 kilómetros de la citada vía.

Eso sí, una vez que, con cuatro años de retraso, las neuronas comenzaron a circular, la dependencia rescindió esos dos contratos, asignados en tiempos del "cambio" foxista (con Pedro Cerisola sentado en el sillón principal de la SCT) al consorcio Gutsa, de Juan Diego Gutiérrez Cortina (uno de los beneficiarios de la reprivatización salinista -carreteras, accionista en Aeroméxico y Multibanco Comermex-, el "rescate" zedillista -Fobaproa, que asumió los pasivos de la línea área y el banco, más el "salvamento" carretero- y el ídem foxista (pagarés y segunda tanda del asunto carretero), un fulgurante personaje que ahora, por una mera casualidad, aparece como "asociado" al "Centro Fox para la Democracia".

El motivo de la rescisión: "retrasos en la entrega de los trabajos encargados, y las obras de rehabilitación, conservación y mantenimiento (de la Autopista del Sol, que) sólo presentaban avances de 30 por ciento". El monto original de los contratos representaba un desembolso de 335 millones de pesos, y el compromiso de ejecución de obra se fijó en 270 días. Lo buenos es que hay otros 12 casos similares "bajo investigación".

Hasta el "fin de la tolerancia (SCT dixit) y el "¡basta de complacencias y de esperar que las empresas constructoras cumplan cuando les dé la gana!" (Capufe dixit), que motivaron la tardía rescisión de los dos contratos, el consorcio de Gutiérrez Cortina consumió 5.4 veces más de tiempo que el originalmente comprometido, y aún así la obra se mantiene inconclusa. Sólo avanzó 30 por ciento de lo pactado, pero le siguieron pagando. ¿Dónde estaba la Secretaría de Comunicaciones y Transportes? ¿Dónde Caminos y Puentes Federales de Ingresos? Eso sí, Gutsa, con cuatro años de retraso y por medio de un comunicado, reprochó al gobierno por "hacer este anuncio sin agotar las instancias conciliatorias previstas por ley".

Al erario se le ponen los pelos de punta cada que escucha el nombre Juan Diego Gutiérrez Cortina: de su panza salieron, salen los recursos para "rescatarlo" de las concesiones carreteras, del crac bancario, de sus enjuagues en Gutsa-Escala Internacional-World Trade Center (Hotel de México), de su empresa Desarrollo Inmobiliario Vía (Divisa) y de muchos más). ¡Y el gobierno le sigue dando contratos! Pero nadie hace caso, porque el propio empresario presume que "estamos interesados en participar en La Yesca y La Parota (centrales hidroeléctrica), agua, energía y licitaciones carreteras..." y lo que la supuesta autoridad le conceda. ¡Cómo estará el sistema nervioso del erario!

Es aberrante lo que pasa en este mundillo, y no sólo en el tema carretero, aunque éste sirve para documentar el modus operandi, la complicidad gubernamental disfrazada de "retraso" y "lentitud" en la supervisión y en la toma de decisiones, la impunidad empresarial, el desfalco a la nación. Y agárrense, porque ya está aquí la tercera tanda de concesiones carreteras.

Recurro a lo aquí publicado el 15 de agosto de 2006: casi tres lustros y miles de millones de recursos públicos después, las sesudas autoridades concluyeron que la Autopista del Sol, cuyo peaje es uno de los más caros del mundo, "es una carretera que estuvo mal construida" (Cerisola dixit). La citada autopista tiene los mismos años (14) de vida que de reparaciones (parches, mejor dicho); ha costado y seguirá costando una millonada a los mexicanos; sus concesionarios privados fueron "rescatados" por el Estado; la deuda pública derivada del "rescate" se ha multiplicado por seis, y resulta que la citada autopista "estuvo mal construida", por lo que el erario habrá de inyectarle mil 200 millones de pesos adicionales, de acuerdo con la reveladora afirmación del entonces secretario de Comunicaciones y Transportes, Pedro Cerisola, en su "balance" sectorial en Los Pinos sobre lo bien que se han hecho las cosas en el sexenio.

Las rebanadas del pastel

Y sigue la mata dando, porque otros implicado en el "rescate" carretero, como Ingenieros Civiles Asociados (ICA), Grupo Mexicano de Desarrollo (GMD) y Tribasa (hoy transformada en Promotora y Operadora de Infraestructura, Pinfra, para aquello del despiste), ya están más que puestos para la tercera ronda.

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