Usted está aquí: viernes 29 de junio de 2007 Opinión Antrobiótica

Antrobiótica

Alonso Ruvalcaba

Ciudades I: Poor boys

I

YO HUBIERA QUERIDO escribir de Nueva Orleáns: cómo B. y yo nos despertábamos tardísimo todos los días con el calor que se nos pegaba sobre el cuello y dejábamos marcas húmedas en las almohadas, ¿adónde vamos?, y el domingo nos bañábamos en tina, qué rica güeva ¿no?, y salíamos al Commander's en el Garden District como a la una: bebíamos bloody marys con apio, salsa inglesa, la pimienta secreta del Commander's y vegetales encurtidos y comíamos sopa de tortuga y gumbo del Golfo en caldo de jaiba rostizada y huevos pochados con salchicha de acamaya y suflé de pan; si era martes hacíamos cola en Galatoire's: ensaladas de cangrejo, chuletas de puerco, brochetas de ostiones y tocino, pollo à la financière con higaditos y café brûlot, que César flameaba con una cáscara de naranja en nuestra mesa; y en las tardes pasábamos por beignets y café con leche al Café du Monde y nunca tuve que preguntarte ¿sopear o no sopear?, simplemente atascábamos de café aquellas donitas cuadradas: eran más absorbentes que los colchones Bimbo (¡jefes!); y en la noche cualquier día nos íbamos por hurricanes al Showboat Lounge y oíamos a The Nolas: en Aks for you se detenían a la mitad para decir que en Luisiana tienen la mejor comida del mundo, you agree???, y el público, básicamente tú y yo y otro par de borrachines: yeah!!!, y aquéllos: we got red beans an' rice!, we got hot sausage!, a little crawfish etouffé!!, what else do we have, gentlemen??, y nosotros gritábamos: po'boys, po'boys!! Y no importa cuántos po'boys nos comiéramos: tú, hermosa, nunca engordaste.

II

PROMETO NO VOLVER a creerle al filólogo glotón Mark Morton. En la página 234 de su Dictionary of culinary curiosities, en la entrada po'boy (la deliciosa baguet vaciada de su miga, rellena de camarones y pescado empanizado, lechuga, jitomate, pepinillos, cebolla, mayonesa) escribe, todo prendido: "1952 fue un año importantísimo en la historia de los sándwiches. Fue en ese año que el nombre de poor boy se impuso por primera vez a un producto comestible creado mediante la inserción de alguna carne y encurtidos entre dos rebanadas de pan. El resultado, un sándwich sustancial que hasta los niños pobres podían pagar, pegó con tubo y pronto se extendió en mostradores de todo Estados Unidos. El nombre del sándwich, sin embargo, cambió con su migración de una región a otra. Poor boy quedó restringido al sur profundo, especialmente Nueva Orleáns, de donde es originario." Y luego pasa a enlistar los nombres que el po'boy tomó en algunos lados y los años de nacimiento de esos nombres: el grinder en Nueva Inglaterra, 1955; el hoagie en Filadelfia, 1955; el hero en Nueva York, 1955; el submarine en Connecticut, 1956. Se podrían demoler una por una esas fechas, pero no hay tiempo ni espacio. (¿O sí? A ver: el grinder ya aparece en el apéndice del Webster de 1954; hoagie aparece por primera vez en American speech en 1967, en un estudio que hay que leer: "The Submarine Sandwich: Lexical Variations in a Cultural Context"; el submarine viene descrito en el Saturday Evening Post del primero de enero de 1955: "The submarine is a noble edifice built of meats, cheeses, fish -preserved and pickled-, and fresh vegetables and greens, all stuffed into a whole long loaf of bread and laved generously with oil, herb-flecked vinegar and other delicious lubricants"; en ese mismo Post está el hero, el único a cuyo año el lenguaraz de Morton le atinó.) El problema aquí es po'boy, cuyo primer registro no es de 1952, sino ¡de 1932! y está en la segunda columna de la página 108 del New Orleans Classified Telephone Directory: el localito que se anuncia ahí era el Po Boi Sandwich Shoppe Inc.; el primero de poor boy, sin contracción, le gana por un año: está en la segunda columna de la página 1139 del Soard's New Orleans City Directory de 1931; dice así: "Poor Boy Sandwich Shop (Mrs Amelia Weidenbacher) 605 Dyades." Ahora la sección amarilla de Nueva Orleáns anuncia 28 locales de po-boys, 3 de poor boys, uno de po'boys. Son muy poquitos, la verdad.

III

SI SOLO HUBIERAMOS tenido una elección comestible en Nueva Orleáns (pero no tuvimos que elegir, por suerte) nosotros nos habríamos quedado con el po'boy: los comíamos en el viejo Uglesich antes de que los turistas hicieran aquellas colas que le daban la vuelta a la esquina para entrar; los comíamos en Ye Olde College Inn (3016 South Carrollton Ave) en el zydeco brunch de los domingos; los comíamos, gringuísimos, en la Parkway Bakery & Tavern (538 Hagan Ave), donde los mojábamos con root-beer Barq's; los comíamos en Crabby Jack's (428 Jefferson Hwy), atascados de mayonesa y cátsup. Luego, en mayo de 2005, cerraron Uglesich, que llevaba abierto desde 1924; hubo cosas que hacer en México; B. se fue a chambear a un periódico innombrable y luego a otro; yo quién sabe qué me puse a hacer; obvio, dejamos de vernos; después, el 29 de agosto de ese año, Katrina se llevó al carajo a Nueva Orleáns.

http://antrobiotics.blogspot.com y [email protected]

 
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