Usted está aquí: viernes 29 de junio de 2007 Política Necesario, prever seguridad alimentaria antes de planes sobre biocombustibles

Debe evaluarse la disponibilidad de alimentos, agua y tierra: Barnés de Castro

Necesario, prever seguridad alimentaria antes de planes sobre biocombustibles

Podría perderse estabilidad ante volatilidad de precios del petróleo y derivados, advierte

MATILDE PEREZ U.

Antes de emprender un programa de biocombustibles, el gobierno debe evaluar la disponibilidad de alimentos, tierra y agua para la seguridad alimentaria y después analizar a fondo los costos de producción de los agrocombustibles, sostuvo el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Francisco Barnés de Castro, en la reunión Problemática de los fertilizantes, convocada por la Comisión de Desarrollo Rural del Senado.

Ante agricultores, industriales, investigadores y legisladores, Barnés de Castro advirtió que la accesibilidad a los alimentos puede variar si la producción de biocombustibles incrementa el precio de algunos cultivos, y también podría perderse la estabilidad ante la volatilidad de los precios del petróleo y sus derivados.

Al participar con el tema Producción y aprovechamiento del bioetanol en México, el ex rector de la UNAM sostuvo que para ningún país, excepto Brasil, resulta rentable económicamente remplazar los combustibles fósiles derivados del petróleo con biocombustibles. En Estados Unidos el costo de etanol es de 49 centavos de dólar por litro, frente a 43 centavos por el de gasolina, y en la Unión Europea de 95 y 46 centavos de dólar, mientras en Brasil es de 36 y 45 centavos de dólar, respectivamente.

Agregó que sólo hay tres razones estratégicas que justifiquen que un país desarrolle un programa de biocombustibles: por seguridad energética, para cumplir con metas de emisiones de bióxido de carbono como lo establece el Protocolo de Kyoto, y para apoyar un desarrollo sustentable de la agroindustria nacional, sin comprometer la seguridad alimentaria.

Apuntó que en las últimas tres décadas la producción mundial de etanol -90 por ciento a partir de maíz y caña de azúcar- pasó de 2 mil millones de litros a 35 mil millones, y a partir del anuncio de Estados Unidos de incrementar la producción del biocombustible, el precio internacional de maíz se disparó.

En México, consideró, es más aceptable producir etanol a partir de la caña de azúcar -cuyo costo de operación se estima sería de 42 centavos de dólar por litro- aprovechando integralmente la biomasa y optimizando el uso de fertilizantes y de agua. Pero hay que tomar en cuenta que si se incluye de manera súbita el etanol en la mezcla nacional de combustibles, se tendría que recurrir a las importaciones, y que no se cuenta con la infraestructura para el mezclado y distribución de gasolinas con etanol. Una manera sensata de iniciar un programa de producción de etanol sería por etapas.

 
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