Usted está aquí: lunes 2 de julio de 2007 Opinión Balance de la jornada

Balance de la jornada

Carlos Hernádez

De la mano de Nery, Hugo se reafirma en la selección

Ampliar la imagen Las actuaciones de Nery Castillo justifican la insistencia de Hugo Sánchez para que vistiera la casaca verde Las actuaciones de Nery Castillo justifican la insistencia de Hugo Sánchez para que vistiera la casaca verde Foto: Ap

A nadie debería asombrar que el futbol mexicano pase, en tan sólo unos días, de una derrota ante Honduras a dos triunfos inobjetables sobre Brasil y Ecuador.

Y aparece entonces la crucifixión o el ensalzamiento para los jugadores y el director técnico en turno. Y si primero se pedía la salida de Hugo Sánchez, ahora hasta se comenta sobre lo que se hubiera podido hacer con el Pentapichichi en el Mundial de Alemania.

La victoria no necesita justificaciones, pero habría que ser cautos y observar el rendimiento del Tri ante mejores rivales y en otras instancias de la Copa América.

Se habla de una nueva generación en el equipo nacional. Ni tanto, ya que salvo el portero Guillermo Ochoa, el resto de los llamados Hijos de Sánchez supera los 25 años. No es que se esté dando un cambio generacional, sino que veteranos emblemáticos como Jared Borgetti y Cuauhtémoc Blanco viven sus últimos partidos con la playera verde.

Para suplir a Borgetti, el goleador histórico, ya apareció el que será la próxima figura del Tri: Nery Castillo. Unos cuantos partidos han sido suficientes para que el originario de San Luis Potosí demuestre por qué Hugo Sánchez se molestó tanto en convocarlo.

Mucho se habló de que Nery rechazaba la convocatoria porque tenía ofrecimientos de Uruguay, la tierra de su padre, y Grecia, donde milita con el Olympiakos. Luego se comentó que su exigencia era económica y durante la Copa de Oro lanzó amenazas porque no fue considerado ante Guadalupe.

Ahora –después de sus actuaciones, pero sobre todo por su golazo ante Brasil–, nadie se acuerda ya de esas turbias versiones. Y es normal: jugadores de ese tipo, encaradores, desequilibrantes y con gol, no se dan en nuestro balompié.

En ocasiones se excede en la conducción individual y falla en el último pase –ha intentado hasta la llamada rabona en jugadas claves ante la portería rival–, pero se trata de defectos nimios ante el aporte ofensivo que brinda por sí solo a un equipo cuya carencia principal era el ataque.

La Copa América también está sirviendo para demostrar que en el futbol, como dijo don Nacho Trelles, el único indispensable es el balón.

Se fueron Pável Pardo, Ricardo Osorio y Carlos Salcido y ni quién se acuerde de ellos. “Qué bueno que se fueron”, festejó el siempre polémico Jorge Vergara, quien expresó así el sentimiento de muchos: ya no deben ser llamados… por lo menos hasta que entiendan que vestir la casaca nacional representa un orgullo y no un castigo ante lo apretado de los calendarios.

Otros que están en la polémica son Francisco Fonseca y Cuauhtémoc Blanco.

El Kikín no había sido considerado para la competencia en Venezuela y una insistente versión señala que se negó a asistir de última hora ante la lesión de Borgetti. Fonseca, quien no pasa de ser un esforzado jugador, habría firmado su sentencia en favor de un elemento con futuro como Angel Landín.

Del Temo se comentó que renunciaría a la selección luego de la Copa América, algo que él mismo había manejado en Estados Unidos. No le queda mucho tiempo a Blanco en el Tri, pero su calidad todavía le da para mandar un pase como el que el fallador Omar Bravo anotó en la victoria sobre el pálido Ecuador.

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