Usted está aquí: viernes 6 de julio de 2007 Capital Justifica titular en Tlalpan envío de su padre a Venezuela: ''soy un hombre pobre''

Justifica titular en Tlalpan envío de su padre a Venezuela: ''soy un hombre pobre''

JOSEFINA QUINTERO

Con una percepción mensual de 76 mil 963.47 pesos, el jefe delegacional de Tlalpan, Guillermo Sánchez Torres, se dice un "hombre pobre" que necesita del apoyo de gobiernos como el de Venezuela. Diversos fueron los argumentos del funcionario para justificar el envío de su padre al país sudamericano y obtener los beneficios del programa social Misión Milagro, que consisten en la atención medica para padecimientos visuales.

El programa es para personas de escasos recursos y que carecen del servicio de salud pública. No obstante, Antonio Sánchez Estrada, padre del funcionario, fue operado de cataratas pues, según las palabras de su hijo, ''es un hombre pensionado y sin recursos''.

Sin ningún cuestionamiento previo, Sánchez Torres intentó justificar la presencia de su progenitor en el grupo de 79 adultos: primero declaró que de ello se enteró cuando apareció en la lista un tal Antonio Sánchez.

Mas tarde, Sanchez Torres dijo que su padre es un hombre solo, pensionado y que en el Instituto Mexicano del Seguro Social no le quisieron realizar la operación, por lo que optó por inscribirse al programa social ofrecido por Hugo Chávez. Pero, mientras pasaba el tiempo, el titular de Tlalpan fue tomando confianza y al final remató: "había lugares y hay que aprovechar ¿no?". Inclusive, recordó las palabras del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, cuando dijo que el papá del delegado se podía operar donde quisiera.

Sin embargo, el testimonio de Antonio Sánchez Estrada es diferente: "le hablé a Memo y le pregunté '¿qué paso con eso que me dijiste del programa que ibas a hacer para los ojos?' Entonces, mi hijo habló por teléfono y a quien contestó le dijo: 'mañana te mando a mi jefe'".

Así, el padre del funcionario fue canalizado a Villa Olímpica y, posteriormente, viajó a Venezuela para ser operado de catarata, intervención que en México tiene un costo de entre 8 y 15 mil pesos por ojo, que bien podría pagarse con menos de la mitad del salario mensual del jefe delegacional de Tlalpan.

 
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