Usted está aquí: viernes 6 de julio de 2007 Economía Producción de biocombustibles eleva precio de los alimentos

Aumentará la pobreza en AL, advierte oficial de la FAO

Producción de biocombustibles eleva precio de los alimentos

DPA

Santiago de Chile, 5 de julio. El alza de los alimentos amenaza con elevar la pobreza en América Latina, donde 200 millones de personas no disponen de lo mínimo para vivir, dijo hoy José Cordeu, oficial principal de Productos Básicos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El incremento promedio de 13 por ciento en los productos alimenticios básicos durante 2007 además no tiene visos de retroceder en el corto plazo, opinó el experto.

La mayor demanda de India y China, así como la presión por el uso de suelos agrícolas para producción de biocombustibles son los motivos principales del alza en los valores de los alimentos, según Cordeu.

No obstante, matizó que aún es difícil saber cuál será el efecto agregado sobre la economía y los hogares de la producción de etanol y biodiesel, que es impulsada por Brasil y Estados Unidos, los países con más tierra no agrícola disponible para estos fines.

En un primer momento, la expansión en los valores de los alimentos, como el trigo y la leche, implicará una mayor vulnerabilidad de los pobres, especialmente en olas ciudades, donde viven casi ocho de cada diez latinoamericanos. "Pero está por verse su efecto en las zonas rurales, don de pudiere significar una mejora para los pequeños productores", dijo Cordeau en entrevista.

Aclaró que en todo caso los gobiernos deben impulsar políticas activas que apuntes tanto a garantizar la seguridad alimentaria como el acceso de los pequeños productores rurales a los beneficios de mercados con precios más atractivos.

"El neoliberalismo fracasó en esto", recalcó, y puso como ejemplo que actualmente millones de toneladas de alimentos se pierden cada año, pese a que millones de personas no tienen aún qué comer.

Sostuvo además que es necesario evitar posturas dicotómicas que obliguen a optar entre la producción de biocombustibles o alimentos. Agregó que es vital compatibilizar ambos procesos e incorporar tecnología que eleve su productividad.

Sobre lo mismo, recordó que sólo 14 millones de hectáreas se utilizan hoy en generación de biodiesel o etanol en el mundo, superficie que apenas equivale al uno por ciento de las tierras disponibles, sin considerar las que hoy tienen ocupación agrícola.

Por lo que la producción de biocombustibles, que permite una energía más limpia, no necesariamente implicará una mayor presión sorbe los costos agrícolas, sostuvo.

De hecho, recordó que Brasil dispone de 350 millones de hectáreas de pastizales y tierras no utilizadas en fines agrícolas que podría destinar a la producción de biocombustibles. Estados Unidos y Rusia poseen individualmente unos 150 millones de hectáreas hábiles con idénticas características.

Sin entrar en la discusión medioambiental, apuntó que también hay que considerar lo que implica destinar millones de hectáreas a la producción de bioenergía.

Citó como ejemplo estudios del estadunidense Herat Policy Institute que revelan que la producción de cereal que se necesita para generar 100 litros de etanol permitiría alimentar a una persona todo un año.

"Por ello hay quienes alertan que hay que evitar que las cosechas de alimentos terminen en los 800 millones de autos del mundo desarrollado en vez de ir a los 2 mil millones de peleonas más pobres del mundo", concluyó.

 
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