Usted está aquí: viernes 6 de julio de 2007 Sociedad y Justicia La pobreza alimentaria, paso previo a obesidad y diabetes

El Estado debe garantizar acceso a la canasta básica

La pobreza alimentaria, paso previo a obesidad y diabetes

LAURA POY SOLANO

Ante la ausencia de una política alimentaria que garantice condiciones mínimas de nutrición, calidad y variedad en la dieta de los mexicanos, los sectores más desfavorecidos se enfrentan no sólo a la pobreza, también están expuestos a desarrollar enfermedades crónico-degenerativas por el abuso en el consumo de comida chatarra, aseguró José Alberto Rivera, especialista en ciencias de la salud de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Insistió en que entre los factores más preocupantes de la pobreza alimentaria es que desencadena no sólo problemas de salud -por la falta de nutrientes esenciales para garantizar una buena calidad de vida-, sino que tiene un efecto negativo en la educación y la productividad de la población afectada.

"Si una persona no tiene acceso a una dieta mínima, tampoco tendrá salud ni condiciones para desarrollarse en la escuela o el trabajo", señaló

Se trata de una situación "preocupante, pues lo primero que se sacrifica en un hogar con inseguridad alimentaria es la calidad de lo que se come y después las porciones. El paso siguiente es la escasez frecuente de lo más elemental", señaló Rivera Márquez, y añadió que en México "subsisten problemas tan graves como el hecho de que sectores importantes de la población no tienen garantizado el acceso a una porción diaria de alimentos".

Responsabilidades del Estado

El experto en el estudio de la inseguridad alimentaria destacó que el Estado no puede "soslayar su responsabilidad de aplicar una política de alimentos que garantice que todos los mexicanos tengan acceso a la canasta básica, lo cual se ha ido perdiendo ante la indiferencia del gobierno federal y el evidente deterioro salarial que impacta negativamente en la seguridad alimentaria de la población, que cada vez adquiere más productos de baja calidad nutricional y altos contenidos en grasas, azúcares y sal".

Alertó que la pobreza alimentaria no sólo afecta la salud de la población, sino que es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas, como la obesidad y la diabetes.

"Este problema no se frenará si no garantizamos que todos los mexicanos puedan ingerir alimentos sanos, variados y de calidad, pero accesibles económicamente; tampoco se estará cumpliendo con una de las principales responsabilidades del Estado, que es garantizar el bienestar de sus ciudadanos."

Agregó que investigaciones recientes demuestran que en sectores pobres se han incrementado los casos de desnutrición, pero también los de obesidad, generados por una mala alimentación y el consumo generalizado de comida chatarra, que "siempre está al alcance de la mano, a un costo relativamente bajo, porque ahora, irónicamente, es más barato tomarse un refresco de cola que elaborar una bebida con frutas naturales".

 
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