Usted está aquí: lunes 9 de julio de 2007 Opinión La difícil relación entre petroleras nacionales y gigantes internacionales

Gonzalo Martínez Corbalá

La difícil relación entre petroleras nacionales y gigantes internacionales

Un alto ejecutivo de la estatal Petróleos de Venezuela (PDV) dijo a las empresas reunidas en Kuala Lumpur, sede de la décima segunda reunión del Asia Oil and Gas, que PDV "abrió las compuertas a las compañías internacionales para trabajar con nosotros" en la rica zona petrolera del Orinoco. Se refería a las nuevas colaboraciones con Petronas de Malasia, Petrovietnam, Cupet de Cuba y China National Petroleum Corporation, pero no mencionó los proyectos del Orinoco, recientemente expropiados a empresas internacionales, entre ellas Exxon Mobil y ConocoPhillips (Petroleum Intelligence Weekly -PIW-, 7 de mayo, p. 2).

El presidente de Petronas, Hassan Marican, incluso sugirió que las empresas nacionales pudieran iniciar su propia ronda de consolidación, muy parecida a las fusiones gigantescas (megamergers) de finales de 1990. Petronas ya es el más grande inversionista en la petrolera estatal rusa Rosneft, al haber comprado una participación de más de mil millones de dólares en la oferta inicial pública del año pasado.

Se ha asumido durante mucho tiempo que las empresas estatales necesitarían la tecnología de las internacionales, su experiencia y capital, especialmente para desarrollar más proyectos complejos que requieren de más capital. Pero a medida que las firmas estatales han ganado más poder financiero y peso tecnológico, se muestran reacias a dar a las empresas internacionales el privilegiado papel que jugaron en el pasado. El jefe ejecutivo de Conoco, Phillips Jim Mulva, reconoció esta tendencia argumentando que las compañías internacionales tienen que ir más allá de las formas tradicionales de colaboración. "El reto para nosotros es ganar la confianza a los ojos de las empresas estatales que se han vuelto más autosuficientes", dijo Mulva (PIW, 25 de junio, p. 1).

Ciertamente hay distinciones que surgen de las fuerzas relativas de las empresas nacionales y de su situación en relación con sus recursos domésticos; Pertamina de Indonesia está deseosa de atraer a nuevas empresas como socias, la Royal Dutch/Shell y la Statoil de Noruega, por ejemplo, para hacer exploraciones domésticas y ayudar a aumentar la producción. La posición de la gigantesca gasera rusa Gazprom hacia las empresas internacionales, presentes en su territorio, difícilmente podría ser más positiva (PIW, 23 de abril, p. 1).

Muy recientemente, en el importante Foro Económico de San Petersburgo, Vladimir Putin señaló que Rusia no está buscando inversionistas internacionales petroleros sólo por dinero -la inversión extranjera directa en este año es de 150 mil millones de dólares, con un flujo de capital de 60 mil millones de dólares. En su discurso expuso que Rusia quiere cooperación estratégica, asistencia para ingresar en la Organización Mundial de Comercio (OMC), a lo que ha dedicado muchos esfuerzos, y apoyo para las compañías rusas que pretenden desarrollarse expandiéndose en otros continentes.

El presidente ruso se valió de su discurso en el foro para criticar el lento progreso en el acceso de Rusia a la OMC y la falta de voluntad de los países de Occidente; habló también de infraestructura, telecomunicaciones y sectores de energía para las inversiones rusas. Encontró una audiencia receptiva en los jefes de varias petroleras mayores, quienes expresaron que están listos para apoyar las ambiciones de Moscú, así como su deseo de invertir más en Rusia.

El jefe ejecutivo de British Petroleum, Tony Hayward, y su contraparte de Chevron, David O'Reilly, dijeron específicamente que podrían apoyar los esfuerzos por ingresar en la OMC. O'Reilly propuso a sus homólogos organizar un grupo de trabajo especial con los líderes de Rusia y de Estados Unidos para promover ante sus respectivos gobiernos lo relativo a la membresía de Rusia en la OMC. El jefe ejecutivo de la Royal Dutch/Shell también apoyó la visión de Moscú acerca de la expansión en petróleo y gas, y señaló que "si las compañías extranjeras vienen a invertir a Rusia, las rusas pueden ir e invertir en Occidente".

Los ejecutivos petroleros no obtuvieron ninguna respuesta con relación a la propuesta legislativa de regular el acceso a las reservas de las compañías extranjeras, dado que las modificaciones propuestas para el uso del subsuelo del país han sido demoradas. Putin dijo que Moscú creará un "régimen favorable al máximo para los inversionistas", citando la asociación TNK-BP como un buen ejemplo de cooperación (PIW, 4 de junio, pág. 1).

Las dificultades surgidas precisamente entre British Petroleum y las empresas rusas con las que estaba asociada siguen en curso, sin que se avizore una solución cercana y no fueron aliviadas, a pesar de la posición receptiva que asumió la petrolera británica en el foro. De cualquier manera, los jefes de las grandes empresas entendieron que la cooperación con firmas estatales es crucial. Van der Veer, de Royal Dutch/Shell, hizo un pedimento: que la entrada de Gazprom en el desarrollo de Sakhalin 2 se consolide, puesto que esto ha permitido avanzar el proyecto. Hayward, por su parte, expresó que British Petroleum estaba "de acuerdo en ser accionista minoritario en Rosneft" tras la adquisición de mil millones de dólares en acciones, vía la oferta pública inicial de la firma estatal del año pasado.

Queda por verse qué tantas acciones de British Petroleum tendrán que ir a respaldar el compromiso sobre Kovykta.

 
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