Usted está aquí: martes 10 de julio de 2007 Política Denuncian entierro clandestino de tres personas en la antigua Vocacional 7

Podrían tener nexos con la matanza del 68; los descubridores recibieron amenazas

Denuncian entierro clandestino de tres personas en la antigua Vocacional 7

VICTOR BALLINAS

La arquitecta Rosa María Alvarado Martínez presentó ayer por la mañana en la Procuraduría General de la República una denuncia en la que sostiene que en junio de 1981, al ampliar el comedor del Hospital General de Zona número 27 del IMSS, se encontraron restos óseos de tres personas, y una bala.

Alvarado Martínez refirió que la bala encontrada era de rifle M-1. "Se nos ordenó suspender los trabajos y nos citaron a una junta urgente. Al llegar a la sala de juntas de la dirección del hospital número 27 no se encontraba ninguna autoridad del hospital, en su lugar estaban cuatro o cinco personas con apariencia de policías. Dichas personas me obligaron a permanecer sola con varios sujetos que de forma insistente y amenazante me ordenaban no dar aviso a ninguna autoridad de los hallazgos reportados a mis jefes inmediatos".

Ella dijo que se debía dar aviso a las autoridades, pero "los sujetos trataron de minimizar los hallazgos y me obligaron a pasar más de 7 horas encerrada con ellos sin permitirme tomar ningún alimento ni agua. El encargado de la obra por parte de la compañía constructora era el ingeniero Ricardo Martínez. Llegamos juntos a la sala de juntas y ahí nos separaron; después de varias horas Martínez fue llevado ante mí y me dijo que él sí aceptaría lo que pedían esos hombres, porque le importaba mucho su familia y estaba muy asustado".

Las intimidaciones

La arquitecta Alvarado Martínez sostiene que "recibí más amenazas, y una llamada de mi superior inmediato, del arquitecto Héctor Flores López, jefe de la oficina de supervisión y control de obras de la zona 1-A de la jefatura de construcciones del IMSS, cuyo titular era Lorenzo Gutiérrez Rojí, y el titular de la subjefatura de supervisión era Antonio García de la Cadena".

En su denuncia abunda que en la llamada que recibió de Flores López, "me pidió que les hiciera caso a los señores y que no insistiera en dar ningún aviso. Al término de la llamada, con majaderías, con golpes en la mesa, en paredes y patadas en el piso me exigieron no avisar a ninguna autoridad y quedarme callada; los restos serían regresados al mismo sitio donde fueron encontrados, es decir, al jardín donde se amplió el área del comedor y colindaba con un andador de la unidad habitacional Nonoalco Tlatelolco".

En ese terreno se encontraba la vocacional 7, "por lo que es de presumirse que los restos óseos correspondan a jóvenes vinculados con el movimiento estudiantil del 68", afirmó.

Alvarado Martínez denunció que fue amenazada por los sujetos que la mantenían retenida, y le dijeron "que no volvería a ver a mi hijo de tres años si insistía en denunciar que se habían encontrado restos humanos; a gritos me hicieron saber que desaparecerían a mi hijo, que era muy fácil hacerlo porque estaba en la calle esperando que yo lo recogiera del transporte escolar".

Al día siguiente de las amenazas, "un trabajador de la construcción volvió a colocar los restos óseos encima de la cimentación que ya estaba terminada y después lo rellenó con tierra". Nunca volvió a saber de esos trabajadores de la construcción, e inclusive dijo que al poco tiempo se fue de la obra Ricardo Martínez. Después de más de dos décadas de estos sucesos, Alvarado Martínez se atrevió a presentar la denuncia, y argumentó que lo hacía porque en una revista de circulación nacional hace un año se publicó un reportaje en el que se decía que no estaba completa la historia del 2 de octubre, y que quien conociera más detalles o situaciones lo denunciara. Además, en todo este tiempo "tuve una especie de carga de conciencia, porque por las amenazas no pude denunciar lo que había visto, y ahora espero que se investigue".

Por su parte, Raúl Alvarez Garín, del Comité 68, dijo que la PGR debe investigar esta denuncia relacionada con una inhumación clandestina de restos humanos de varias personas, posiblemente conectados con los acontecimientos del 2 de octubre de 1968.

Resaltó que la denuncia presentada ayer a las 9:30 de la mañana da cuenta de diversos incidentes que le tocó vivir a la arquitecta Rosa María Alvarado, en los momentos en que se realizaban modificaciones y adecuaciones arquitectónicas en el edificio del Hospital General de Zona 27 del IMSS, que con anterioridad era la sede de la vocacional 7 del Instituto Politécnico Nacional.

 
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