Difícil competir con los precios bajos de las trasnacionales, reconoce su director
En 10 años, la Central de Abasto perdió 30% de sus ingresos por el auge de autoservicios
Organizarán en abril la conferencia de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas
Buscarán crear establecimientos ''modelo'', utilizando la infraestructura subutilizada o abandonada
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La Central de Abasto es la más grande en superficie en el mundo, y también en transacciones financieras, las cuales ascienden a casi 18 mil millones de dólares anuales, sólo superada por la Bolsa Mexicana de Valores, asegura su director, Raymundo Collins. La imagen, en los pasillos centrales
Foto: José Antonio López
El crecimiento de las tiendas de autoservicio en la ciudad de México ha provocado que la Central de Abasto haya perdido 30 por ciento de sus ingresos en la última década, equivalentes a 450 millones de pesos, pues "es difícil competir con precios tan bajos como manejan las transnacionales, afectando la distribución de alimentos en los 312 mercados públicos", señaló el representante del sector privado de la Ceda, Ignacio Ruiz.
Para contrarrestar esa situación, ayer se firmó un convenio para la organización de la Conferencia Anual de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas a realizarse del 21 al 25 de abril en la capital, a la que asistirán funcionarios de alto nivel de las centrales de abasto de más de 70 países de América Latina, Asia y la Unión Europea, con quienes se buscará la conformación de alianzas estratégicas.
Se trata, dijo, de reposicionar a los centros mayoristas como ejes del sistema de abasto alimentario en sus naciones de origen, fortalecer los mecanismos de abasto tradicional y unificar la cadena agroalimentaria mediante la importación y exportación de productos de manera directa, lo cual redundará en una disminución de los precios ofertados hasta de 25 por ciento en beneficio de miles de familias.
Así como la construcción de los primeros "mercados modelo", aprovechando la actual infraestructura que se encuentra subutilizada o abandonada, pues la mayoría se convirtieron en vendedores de comida, mediante la ubicación de un estacionamiento en la parte baja, donde los comercializadores lleguen con la mercancía, y en la planta alta ubicar los diferentes giros y un centro de compras.
En busca de alianzas productivas
En la firma del convenio el director de la Central de Abasto, Raymundo Collins, destacó que la organización de este evento es una oportunidad única para posicionar a este centro mayorista a nivel mundial y dar a conocer además a los delegados parte de la riqueza gastronómica e histórica de la ciudad, confiando en que se lograrán alianzas productivas, que rendirán sus frutos en el corto plazo.
La Ceda no sólo es la central más grande en superficie en el mundo, sino también en transacciones financieras, las cuales oscilan entre los 15 mil y 18 mil millones de dólares anuales, únicamente superada por la Bolsa Mexicana de Valores; de ahí la necesidad de repotencializarla y fortalecer los mercados públicos, que tendrán la posibilidad de reducir sus precios al menudeo, agregó Ruiz Torres.
"Más que dinero para impulsar estos proyectos, se requiere voluntad y hacer un cambio de pensamiento y una forma de hacer negocio para reactivar las cadenas productivas", dijo, al adelantar que un grupo de empresas trasnacionales, mediante la constitución de una fundación, capacitarán a los tianguistas, comerciantes y abarroteros interesados en esta "nueva forma de hacer negocios".
La gente se olvida que la gente de la Ceda subsiste por los tianguis, mercados públicos y los abarroteros, por lo cual vamos a trabajar con ellos, precisó, a fin de que "el mundo vuelque sus ojos en la ciudad de México, con la realización de este congreso, donde recuperaremos presencia a 19 años de distancia, cuando logramos la vicepresidencia de la Unión", agregó.
Donald Darnall, presidente de la Unión Mundial de Mercados Mayoristas, explicó que varios países de Europa están interesados en conocer la forma en que opera el mercado mayorista más grande y cómo lograr alianzas estratégicas que beneficien a ambas partes en el corto plazo; y promover el papel esencial que desempeñan los mercados en la garantía del acceso sostenible, disponibilidad y distribución de una amplia variedad de productos alimentarios perecederos de calidad, así como mantener precios competitivos y de los más altos estándares de servicio y seguridad.