Usted está aquí: martes 17 de julio de 2007 Cultura “El editor independiente tiene el deber de formar lectores”

Rocío Cerón hace un balance del segundo aniversario de El Billar de Lucrecia

“El editor independiente tiene el deber de formar lectores”

Vale más difundir la poesía, el cuento o la novela mediante la operación hormiga, creando redes literarias, plantea su directora

Necesitamos capitalizar la avidez de los jóvenes, dice la poeta

FERNANDO CAMACHO SERVIN

Ampliar la imagen Cartel del blogspot de El Billar de Lucrecia, que dirige Rocío Cerón. Este año el sello independiente, especializado en poesía contemporánea en español, espera publicar cuatro obras más para sumar 15 volúmenes Cartel del blogspot de El Billar de Lucrecia, que dirige Rocío Cerón. Este año el sello independiente, especializado en poesía contemporánea en español, espera publicar cuatro obras más para sumar 15 volúmenes

Como escritor, “no tiene sentido esperar años enteros para ver si las grandes editoriales te hacen caso algún día.

“Vale más organizarse, crear un sello propio y difundir la poesía, el cuento o la novela en ‘operación hormiga’, creando redes literarias de solidaridad para hacer escuchar tu voz.”

A tal conclusión llega la poeta mexicana Rocío Cerón (DF, 1972), directora de la editorial independiente El Billar de Lucrecia (EBL), especializada en poesía contemporánea en español, que este jueves 19 de julio festejará sus primeros dos años de actividad.

Surgida en diciembre de 2004, EBL se ha conformado como un proyecto editorial con línea bien definida que, merced a su trabajo previo, logró recientemente el apoyo del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, con el cual podrá lanzar al mercado cuatro libros más este año, para sumar 15.

Visita a escuelas

Aunque ya ha alcanzado cierta estabilidad en el tema de la producción e inclusive en el de la distribución, uno de los más espinosos para quienes se dedican a este negocio, por su experiencia como autora Cerón tiene claro que “el editor que crea que sólo con publicar ya cumplió, está en un gran error. El trabajo de las editoriales independientes debe ser formar lectores”, explica a La Jornada, al hacer una evaluación de su trabajo.

En ese proceso, EBL ha visitado escuelas secundarias y de educación superior para promover no sólo sus volúmenes, sino el gusto por la poesía en general entre los jóvenes estudiantes.

“Hay chavos que están en condiciones económicas difíciles y aun así se acercan a la literatura, porque encuentran vínculos con otras personas, con otras partes del mundo.

“No es suficiente con tener medianamente cubiertas algunas necesidades básicas; hace falta nutrirse de la imaginación y el arte”, apunta.

A este sector, uno de los más “ávidos y receptivos”, es a quienes debieran dirigirse los creadores, porque “a veces somos muy endogámicos: queremos que nos lean los tres ‘poetas mayores’, nuestros amigos, en vez de abonar la tierra fértil de los jóvenes.”

Para Rocío Cerón, las editoriales independientes no son sólo una alternativa más, sino la fuerza que marca el rumbo actual de la poesía en español, en ambos lados del Atlántico.

La estrategia del camelleo

La estrategia de supervivencia y crecimiento de los pequeños sellos consiste en el camelleo: si voy a otro país o ciudad, me llevo algunos libros –míos y de otras editoriales–, y los distribuyo en una especie de red guerrillera, “que a veces tiene más incidencia que las grandes empresas”, indica la poeta.

Poner blogs, pasarse contactos, ayudarse mutuamente. De esta forma, EBL ha logrado colocar sus volúmenes en ciudades como Lima, Santiago, Buenos Aires, Berlín y Madrid.

“Para hacer visible nuestro trabajo, debemos dialogar más y superar la mezquindad de jalar cada quien para su lado.”

Uno de los motivos por los cuales la poesía no se ha difundido lo suficiente, evalúa, es la falta de curiosidad de las instituciones culturales, que no incluyen en los estantes de las bibliotecas más que a Pablo Neruda, Jaime Sabines y Octavio Paz.

“Es necesario que haya apertura de miras y se entienda que las obras contemporáneas pueden hacer que los lectores se acerquen después a los clásicos.”

Un juego que tiene final

En pleno trabajo de difusión de sus más recientes libros, entre ellos Bala perdida, de la española Montserrat Alvarez; Transversal, del chileno Pedro Montealegre, y Horoskope, del peruano Juan Carlos Irigoyen (a los que se sumarán después sendas antologías de poesía contemporánea brasileña, colombiana y mexicana), Rocío Cerón sabe que este proyecto se acabará al cumplir el objetivo de lanzar 15 volúmenes.

“Queríamos hacer la Polaroid de una generación de poetas. El Billar de Lucrecia nació como un juego, y todo juego tiene su final. No quiero una editorial eterna ni atarme a proyectos de toda la vida. Al respecto, esta es una editorial muy zen: vive aquí y ahora.”

(Con una lectura de poesía de sus autores, EBL celebra su segundo aniversario este jueves a las 21 horas en el bar Border, Orizaba 203-A, casi esquina con Chiapas, colonia Roma.)

 
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