Usted está aquí: martes 17 de julio de 2007 Mundo Expulsa el gobierno británico a cuatro diplomáticos rusos

Respuesta al Kremlin por no extraditar a Lugovoi

Expulsa el gobierno británico a cuatro diplomáticos rusos

REUTERS, AFP

Londres, 16 de julio. El gobierno británico anunció hoy la expulsión de cuatro diplomáticos rusos en respuesta a la decisión del Kremlin de no extraditar a Gran Bretaña al ex espía Andrei Lugovoi, acusado de envenenar en Londres al también ex integrante de la KGB Alexander Litvinenko.

El caso adquirió mucha relevancia en Gran Bretaña por sus consecuencias internacionales y por lo complicado del asesinato, ya que Litvinenko falleció en noviembre de 2006 tras ingerir polonio 210, un metal radiactivo muy raro en el planeta que alguien mezcló con su té cuando investigaba el asesinato, ocurrido en octubre de ese mismo año, de la periodista Anna Politkovskaya.

El primer ministro de Gran Bretaña, Gordon Brown, se dijo "triste" por haber tenido que tomar la decisión expulsar a los diplomáticos, pero explicó que, ante la falta de cooperación del gobierno ruso, "tuvo que actuar".

En la misma línea, el ministro de Relaciones Exteriores británico, David Miliband, aseguró que la medida pretende "enviar una señal clara al gobierno ruso acerca de la seriedad" del caso Litvinenko.

Al cierre de esta edición no se había informado cuáles serán los diplomáticos a ser expulsados, ni cuándo se concretará la medida.

Desde Moscú, el vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores del Kremlin, Mijail Kamynin, calificó la decisión británica de "inmoral", ya que "las autoridades británicas han rehusado recientemente extraditar a ciudadanos de otros países que están en territorio inglés", en concreto, al líder separatista checheno Ajmed Zakayev y al magnate Boris Berezovsky, ambos buscados por el gobierno ruso.

Kamynin advirtió también que "estas provocadoras decisiones serán respondidas y sólo conllevarán las más serias consecuencias en las relaciones globales ruso-británicas".

En una entrevista publicada por varios medios europeos a principios de junio, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ya había advertido que Lugovoi no sería entregado a la policía británica, aunque ironizó diciendo que "sí hay una posibilidad: que cambie la Constitución de la Federación Rusa", pues ésta prohíbe la extradición de ciudadanos rusos a terceros países.

 
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