Usted está aquí: miércoles 18 de julio de 2007 Opinión Astillero

Astillero

Julio Hernández López

Cuentos Pinos

Hoy, gran función

Felipismo supletorio

Oaxaca: Derechos Ufanos

Según lo que con amplitud se ha anunciado, los abogados estadunidenses de Zhenli Ye Gon darán una explosiva conferencia de prensa hoy en el país vecino. Con un manejo casi cinematográfico del suspenso (o con una temporalidad diseñada para dar chantajista espacio a negociaciones), los causantes del más difícil entripado del actual gobierno federal han prometido revelaciones y pruebas irrefutables de su impactante tesis de que eran para gastos de la campaña presidencial felipista los más de dos centenares de millones de dólares decomisados en una casa de Las Lomas capitalinas a un empresario de origen chino, naturalizado mexicano.

De lo dicho hasta hoy tanto por Ye Gon (quien se hace llamar Charley Ye), como por sus abogados con domicilio en Estados Unidos, poco hay que pudiese pasar con decoro como prueba firme en contra de alguien. Ni las declaraciones de Charley a una agencia informativa gringa, y de sus abogados a medios extranjeros y mexicanos, ni las cartas luego conocidas (tanto la inicial, que apresuró a Los Pinos a tratar de abortar el caso, como la de 17 páginas que luego el empresario envió a sus clientes y amigos) aportan ingredientes sólidos para culpar a los panistas en campaña, al equipo íntimo del calderonismo, al ahora secretario del Trabajo o al principal involucrado, el entonces candidato Felipe, ahora ejercitante de un poder sostenidamente impugnado.

La falta de coherencia y credibilidad que muestran los escritos y las historias de Ye Gon y sus abogados ha sido suplida con creces, sin embargo, por el propio calderonismo, que desde el principio ha reaccionado con complejo de culpa y con una defensa tan torpe que ha logrado instalar con firmeza en buena parte de los ciudadanos la impresión de que son muy ciertos los presuntos cuentos chinos. Nada dijo nadie de Los Pinos, a pesar de que allí se sabía con mucha anticipación de las supuestas fabulaciones orientales, hasta que la pólvora les llegó a los aparejos. En la víspera de que la noticia fuera detonada, la procuraduría federal anunció que venía en camino una pretensión chantajista falsa y desechable, y el principal personaje operativo (según el libreto del señor Ye), Javier Lozano Alarcón, se hizo acompañar del secretario particular de Calderón en la ceremonia de presunto blindaje político que significaría la conversión del ex priísta poblano en nuevo panista protegido.

La serie de desatinos felipenses ha incluido el lamentable periplo monetario que ha llevado los dólares del delito tanto a destinos bancarios diversos, uno de ellos extranjero, como a una huidiza voluntad jurídica y política que por lo pronto ha dispersado por el mundo cualquier posibilidad de identificar el origen de esos billetes y ha borrado indicios criminales susceptibles de posteriores diligencias judiciales.

La colaboración del felipismo con el enemigo ha llegado al extremo de que se ha extendido un certificado de inocencia que en los hechos significa todo lo contrario. Armado solamente del valor de su palabra, él, que sería el beneficiario de esos cuentos chinos investigables, ha decretado que todo es literatura altamente fantasiosa. Y hoy, para demostrar el tamaño de lo que se teme de la conferencia estadunidense de abogados del chino-mexicano, el propio Calderón se ha fabricado una ocasión mediática que le permita tender, o intentar el tendido, de otra cortina de humo, esta vez mediante el anuncio de proyectos económicos, según eso muy ambiciosos, de los cuales dio una pequeña muestra a empresarios españoles que le reprochaban no hacer lo suficiente por los empleados mexicanos.

Tan mal ha manejado el amateurismo felipista el tema de Ye Gon que, aun cuando los abogados extranjeros hubieran llegado a algún acuerdo con los enviados mexicanos, y hoy la presunta bomba informativa se desinflara, en el ámbito nacional habrá quedado ya impresa la grave descalificación derivada de lo que podría pasar de presuntos cuentos chinos a malos cuentos de
Los Pinos.

Astillas

Los oaxaqueños pueden estar tranquilos: la Comisión Nacional de los Derechos Ufanos ha iniciado investigaciones en relación con los evidentes abusos y agravios cometidos por policías locales y federales el pasado lunes en el cerro del Fortín. El opusdeísta médico Sor Beranes tendrá a la mano dictámenes de gastritis crónicas para aplicarlos a los civiles maltratados o al tiranuelo Ulises (que según eso ha caído o está en vías de caer de la gracia de Los Pinos), conforme lo indiquen las autoridades presidenciales soberanas. El vocero del desgobierno oaxaqueño, mientras tanto, se declara ''más que puesto'' para entrarle con macanas, gases lacrimógenos y cuanto sea necesario a frenar la nueva oleada insurrecta... La doctora Tzatzil Ayala Barahona hace una importante precisión a lo publicado ayer aquí, respecto de que policías habían disparado contra oaxaqueños desde dos habitaciones del hotel Fortín Plaza: ''De ser eso cierto fue con completo desconocimiento y sin la anuencia de mi suegro, el CP Raúl Ruiz Méndez, que se encontraba en el hotel, ajeno por completo a la supuesta presencia de policías en el lugar (...) Las instalaciones fueron el lugar donde se desarrolló la gresca, pero sin la anuencia de los dueños, que se han expresado repetidamente en contra del uso de la fuerza, especialmente en contra del pueblo que se manifiesta. Hace un año, cuando el hotel estaba vacío y necesitado de dinero, se negaron a rentarlo en su totalidad a la PFP, ya que repudian los actos de represión que se han cometido en nuestra ciudad, y están conscientes de que el uso de la violencia no va a ayudar a resolver los problemas de nuestra golpeada Oaxaca''. La doctora Ayala Barahona termina asegurando que ''ni yo, ni nadie de mi familia, hemos actuado ni actuaremos con el gobierno ni en contra de los movimientos populares''... Sadot Sánchez pregunta y propone: ''Y si los intelectuales comprometidos fueran a Oaxaca y se pusieran como escudos humanos, y algunos que no somos como ustedes los acompañáramos, ¿no sería una buena idea para evitar lo que estos pillos están planeando para el próximo inicio de semana?''... ¡Hasta mañana!

Fax: 56 05 20 99 * [email protected]

 
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