Usted está aquí: lunes 23 de julio de 2007 Sociedad y Justicia Proyectos turísticos provocarán graves daños a reserva de Jalisco

Científicos prevén escasez de agua y pérdida de especies en la zona Chamela Cuixmala

Proyectos turísticos provocarán graves daños a reserva de Jalisco

Podrían desaparecer zonas de desove de tortugas en peligro de extinción, advierten

La oferta de trabajo que traen estos planes consiste en contratar a personal de limpieza

ANGELICA ENCISO L.

Ampliar la imagen La reserva ecológica de Careyes, Don Andrés y Tambora en Jalisco La reserva ecológica de Careyes, Don Andrés y Tambora en Jalisco Foto: Marco Peláez

Los proyectos turísticos La Tambora y Marina Careyes -ya autorizados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y que se harán a un lado de la reserva de la biosfera Chamela Cuixmala- provocarán la fragmentación de la vegetación, la paulatina pérdida de especies, una mayor escasez de agua y la eventual desaparición de las zonas de desove de tortugas en peligro de extinción, advierten científicos.

Señalan que el riesgo aumenta porque hay otros dos planes ingresados a la Semarnat, en espera de ser autorizados y que se desarrollarán en la misma zona. Se trata de Rancho Don Andrés y San Carlos; en total, con excepción del último -ya que la Manifestación de Impacto Ambiental no precisa el dato-, la densidad habitacional será de 2 mil 124 cuartos, lo cual duplica la oferta que existe actualmente en la región. Estos planes suponen construir casas, campos de golf, de polo y centros comerciales.

Expertos del Centro de Investigaciones de Ecosistemas (Cieco) de la UNAM, con sede en Morelia, señalan que no están en contra del desarrollo turístico, siempre que se realice con respeto a los recursos naturales, de forma sustentable y sean para el bienestar de la población local, lo cual no sucede con estos desarrollos que buscan reproducir esquemas que se han aplicado en otros lugares -como Cancún- y que han deteriorado el medio ambiente.

Deforestación y afectación a animales

Karina Buege Paré, quien ha analizado el impacto en la flora y fauna de Marina Careyes o IEL la Huerta y La Tambora, indica en entrevista que aunque los promoventes de los desarrollos argumentan que "sólo" el 12 por ciento de la superficie donde se establecerán será deforestada, en realidad "la afectación se da en la totalidad de los terrenos, porque quedan pequeñas islas de bosque, y no habrá poblaciones de flora y fauna viables en esas áreas; se da un impacto global".

Agrega que aunque los desarrollos están fuera de la reserva, los impactos se dirigirán a ella, porque "muchos animales en época de seca dependen de esas áreas, donde están los proyectos, para obtener alimento y agua; los impactos pueden ser fuertes. Se puede afectar desde pericos en riesgo de extinción hasta mamíferos, entre ellos jaguares y pumas. Todos ellos se mueven, no conocen los límites de la reserva".

Indica que todo deterioro a la vegetación es importante; "por ejemplo, los pericos son los dispersores de los árboles y si se extinguen esas poblaciones, de inmediato se afecta a los árboles: en el momento en que se perjudica a un grupo de especies se daña toda la cadena".

En el caso de los humedales, refiere, "IEL la Huerta devastará el humedal, ya que en el momento en que se modifica la salinidad mueren especies y las condiciones físico-químicas cambian para el manglar; del lado de la Tambora preocupa que un campo de golf en el que usan químicos ,como plaguicidas, acabe en el humedal y en el mar. Hablamos de un impacto regional muy grande".

Indica que en el caso de las tortugas que desovan en la playa Teopa, que se afectarían con el proyecto Don Andrés, adyacente a esa playa, "dicen (los promotores) que cuando las tortugas vayan a desovar van a restringir el paso de los turistas a las playas, pero ¿prohibirán el paso a los turistas durante seis meses, el tiempo que dura este ciclo de las tortugas? Además habrá contaminación lumínica del proyecto, afectará el arribazón y esto traerá perjuicios".

Los tres planes que se han estudiado -de San Carlos los expertos aún no han hecho la evaluación- se sabe que utilizarán 3 millones de metros cúbicos de agua y esto implica un serio impacto en la región: una reducción del hábitat de las especies, y por consiguiente una disminución de ellas. Sostiene que tampoco se ha dicho que el área donde se construirán esos proyectos es parte de la reserva internacional del programa el Hombre y la Biosfera de la UNESCO.

Por su parte, Manuel Maas, experto en agua del Cieco, dijo que la zona, por sus características naturales, es semiárida, seca, "llueven 700 milímetros al año pero la energía de evaporación es muy alta. Aun con la escasez de agua se trata de un sistema productivo y diverso, las plantas y animales han desarrollado mecanismos para lidiar con la sequía. Lo que se debe hacer es aprovechar el capital natural que hay y no tronar el sistema, ¿cómo es posible que se quiera desarrollar una zona sin considerar sus condiciones naturales?".

Asevera: "estamos en contra del desarrollo no sustentable, que altere lo que está conservado". Indica que se trata de "una reserva de las pocas en el mundo con este tipo de ecosistema, el cual aquí está bien conservado. Debemos ser cuidadosos de lo que se haga alrededor de ella. El modelo de desarrollo que se plantea se ha utilizado en otros lados y se ha comprobado que no funciona: esquemas en los cuales se consume una gran cantidad de agua: tan sólo un campo de golf utiliza alrededor de millón y medio de metros cúbicos del líquido".

La población de las comunidades que viven cerca de la reserva no tiene conflictos con ella, no la ven cerca de su vida pero les parece bien que esté ahí, que se conserve ese sitio donde desde hace tres décadas se estableció la Estación de Biología de la UNAM, señala Alicia Castillo del Cieco quien trabaja con las comunidades.

Indica que el turismo que hay en el sitio se ha desarrollado en los pasados 30 años está considerado de bajo impacto porque son pequeñas unidades, el hotel más grande tiene 200 habitaciones, y en total no se rebasan los mil cuartos. Los nuevos proyectos plantean la construcción de más de 2 mil cuartos, esto es un cambio radical, "el turismo que hay ya ha reportado que en las unidades cercanas a la costa, y que sacan agua de los pozos, han detectado que éstos no sólo carecen de agua sino que están infiltrados con agua de mar, sale agua salina, esto indica que hay un impacto ecológico".

Señala que estos desarrollos han llegado a otros sitios con oferta de trabajo y "habrá gente local que responde con gusto, pero acaban dando servicios de limpieza; no necesariamente habrá un beneficio local bueno".

A la inquietud de estos científicos se suman alrededor de 5 mil expertos que firmaron un manifiesto en apoyo a la reserva y que fue respaldado por la Asociación de Biología Tropical y de Conservación, lo que contradice la declaración del titular de la Semarnat, Juan Elvira, de que eran unos cuantos expertos los que estaban en desacuerdo con los planes.

 
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