Usted está aquí: martes 31 de julio de 2007 Cultura Guggenheim de Bilbao: 10 años que transformaron una ciudad

Cuestionado en principio, el inmueble se ha convertido en emblema y motor de la urbe

Guggenheim de Bilbao: 10 años que transformaron una ciudad

Lamentable, el atraso en la edificación de la sede en Guadalajara, dice su director a La Jornada

CARLOS PAUL

Ampliar la imagen Reflejo del Guggenheim bilbaíno sobre el río Nervión Reflejo del Guggenheim bilbaíno sobre el río Nervión Foto: Christian Richters

Bilbao, 30 de julio. El Museo Guggenheim de esta ciudad cumple 10 años. Cuestionado en principio por su costo económico (más de 100 millones de dólares) y la calidad de las obras expuestas, el inmueble se ha convertido ahora en emblema y punto de referencia de Bilbao, que pasó de ser una ciudad portuaria e industrial a una urbe atractiva para propios y extraños.

Para su director, Juan Ignacio Vidarte, el concepto de lo que debe ser un museo está evolucionando. Debe ser arquitectónicamente flexible para no quedarse al margen y ser parte activa respecto de las nuevas creaciones de los artistas, quienes cada vez trabajan con medios y materiales distintos, conjugando en ocasiones diversas disciplinas artísticas. Por sus características, ciertas obras deben de tener un espacio que las acoja y las acerque al público, consideró.

Diseñado por el arquitecto estadunidense Frank O. Gehry, el Museo Guggenheim de Bilbao está asentado en un terreno de 32 mil 500 metros cuadrados, al nivel del río Nervión y 16 metros debajo de la cota de la ciudad.

Para celebrar esta primera década se realizarán diversas actividades, entre las que destaca la exposición del artista alemán Anselm Kiefer. Se trata de un trabajo representativo de los 10 años recientes de su trayectoria, que coinciden con la edad del museo.

En octubre, mes en el que fue inaugurado el recinto, se realizará una muestra sobre arte estadunidense. "Será la más ambiciosa que se haya hecho fuera de ese país, pues se reunirán tres siglos de arte, desde el periodo de su independencia hasta la etapa contemporánea", adelanta a La Jornada el director Juan Ignacio Vidarte.

De manera paralela, se exhibirá una muestra de arte contemporáneo vasco, en la que participarán 12 artistas con obras creadas ex profeso para espacios del recinto cultural. Asimismo, en la fecha del aniversario se inaugurará una obra encargada al artista francés Daniel Buren, quien convertirá el puente La Salve -una de las principales entradas a la ciudad- en una escultura.

También habrá una extensa programación de cine, música, danza y otras actividades, en las que participarán varias instituciones culturales de Bilbao.

Identidad del recinto

El Guggenheim de Bilbao tiene su propia identidad, asegura Vidarte. "Aunque existe el museo de Nueva York (sede original) y el de Venecia, el de Bilbao, como cualquier otro, es una institución diferencial, porque los museos no pueden ser repetitivos. Cada uno tiene una identidad, y éste lo tiene respecto de otros. Aunque compartimos fondos, programas y visión semejantes, la característica institucional es distinta; cada uno tiene una personalidad diferente; eso es lo que buscan las personas: encontrar algo diferente. Un museo produce experiencias y éstas tienen que ser distintas".

El funcionario añade que el Guggenheim que quieren construir en Guadalajara (México), "es un proyecto que se está analizando desde distintos puntos de vista. El proyecto de viabilidad se inició hace más de dos años; sin embargo, aún está en la fase de decisiones y todavía no se lanza de manera definitiva".

En Bilbao, dice, son varios los elementos que distinguen al museo. Uno es su arquitectura, "con la cual no se prejuzga el tipo y la escala del arte que va a exhibirse. Se pueden presentar obras de gran escala, como las esculturas de Richard Serra, junto con grabados de Alberto Durero, que actualmente se exponen".

El "espíritu fundamental aquí es la educación y el acercamiento de sus visitantes con la cultura; es un recinto muy engarzado con la realidad de su comunidad, la cual ha sido parte del proceso de transformación que ha vivido Bilbao. Hoy se espera de nosotros más de lo que se esperaba antes y tendremos que hacer un esfuerzo especial".

Retos permanentes

Vidarte señala que uno de los retos permanentes del recinto es "entender que los visitantes son usuarios del museo, es decir, hacer que este inmueble deje de ser torre de marfil, reservado sólo a especialistas. Esto no será nada fácil de resolver, porque tenemos que mantener cierto nivel de calidad, buscando modelos que sean sostenibles, ligando recursos públicos y privados".

Otro desafío "es adaptar el funcionamiento del museo para que siga siendo relevante para los artistas contemporáneos, pues los creadores trabajan cada vez más con medios y materiales distintos, conjugando incluso diversas disciplinas artísticas.

"La idea de museo está evolucionando. Este debe tener flexibilidad suficiente para no quedarse al margen y ser una parte activa, permitiendo que esas inquietudes, intereses y nuevas creaciones de los artistas, que puedan tener un espacio que las acoja y las acerque al público."

El presupuesto del Guggenheim bilbaíno es de 30 millones de euros, de los cuales el museo genera 75 por ciento, mediante ingresos propios y patrocinios, y el resto es financiamiento del gobierno del País Vasco y del Congreso de Vizcaya.

 
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