Usted está aquí: martes 31 de julio de 2007 Espectáculos Murió el cineasta Ingmar Bergman

Hacer películas es instintivo para mí, como comer, beber y amar, expresó alguna vez el sueco

Murió el cineasta Ingmar Bergman

Falleció "tranquilo y suavemente", dijo su hija Eva, aunque no aclaró la causa

"Lo más importante en mis cintas son las actrices. El universo de las mujeres es mi mundo", señaló el realizador

JUAN JOSE OLIVARES, AGENCIAS

Ampliar la imagen El director junto con la actriz Liv Ullman en una locación El director junto con la actriz Liv Ullman en una locación Foto: Louis Huch

Murió uno de los directores más importantes en la historia del cine mundial. Ernst Ingmar Bergman se fue a seguir a su amada Ingrid von Rosen (fallecida en 1995) a los 89 años, según informó su hija Eva. La muerte del cineasta se produjo "tranquila y suavemente", dijo, aunque no se precisó la causa.

Bergman esperaba la muerte en la solitaria isla de Farö, en el archipiélago de Gotland, Suecia. "A veces siento la presencia de Ingrid en este lugar", dijo alguna vez el realizador.

La noticia provocó numerosas manifestaciones en los medios locales y la televisión sueca interrumpió sus transmisiones regulares para brindar un homenaje. "Es difícil comprender totalmente la contribución que Ingmar Bergman hizo al cine y drama sueco", señaló en un comunicado, que difundió la embajada de Suecia en México, el primer ministro Fredrik Reinfeldt.

Por su lado, Cissi Edwin, directora ejecutiva del Instituto Sueco de Cine, señaló que la instancia planeaba realizar en una noche de agosto un homenaje, y que invitaría a historiadores de cine y colegas del mundo de la actuación para brindar sus respeto a Bergman.

Cansado de la ciudad

Un día, cansado de la vida en la ciudad, y agobiado por la soledad, el realizador decidió vaciar su departamento y su oficina en el centro dramático, en Estocolmo, y se fue a su isla, donde, aseguraba, se encontraría con el espíritu de su amada Ingrid. "A los demonios no les gusta el aire fresco. Camino todos los días por la playa luego de desayunar. Después, escribo unas horas. Como a las tres de la tarde voy al mar. Para personas desorganizadas como yo, es necesario tener rutinas estrictas como esta", comentó en la última de sus entrevistas a Marie Nyreröd, quien realizó el filme documental La isla de Bergman, en la que el director muestra sus facetas desconocidas.

Bergman vivía muy solitario en la casa de "su isla", misma en la que dejó de respirar. Todos los días manejaba su camioneta hacia una pequeña sala de cine de 15 butacas en la que veía una cinta por día. Era lo que lo mantenía con vida. Aunque en los últimos días se le notaba agobiado. Ya en una silla de ruedas, presenciaba las actividades que la Fundación Bergman y el Instituto Sueco de Cine organizaron para el ciclo La semana de Bergman en Farö, tiempo en el que era visitado por sus familiares. La semana de Bergman es una celebración de seis días, en la que se realizan proyecciones y seminarios. La primera se hizo en 2004.

"En Farö nunca estoy solo. A veces paso el día sin hablar con nadie. Pienso: 'debo hacer una llamada', pero no la hago porque hay algo placentero en no hablar con nadie. Es algo que nos regala el silencio, que es maravilloso", comentaba Bergman, cuya obra fílmica (más de 60 años de dirigir, con postulaciones en los festivales más importantes y tres premios Oscar) es parte de la memoria de la humanidad de la UNESCO.

Ingmar Bergman y su soledad en la solitaria isla, que descubrió en 1960, cuando buscaba locaciones para el filme Through a glass darkly (Como en un espejo), el cual le dio su primer Oscar como mejor cinta extranjera. Encontró el set en la isla y en ese momento decidió que algún día viviría en ese lugar. A partir de ahí, rodó siete de sus largometrajes en el sitio. "Farö fue mi amor secreto", escribió Bergman en su autobiografía, Linterna mágica, al hablar del flechazo que sintió en la década de los sesenta por esa isla.

Bergman construyó en la playa una casa de 156 metros. Desde su ventana podía observar las lluvias otoñales, las aves, los animales típicos de la región. Se dice que el día nacional de Farö, es el 4 de julio, cuando normalmente llegan sus hijos, sus nietos y sus ex mujeres a tomarse fotografías con él. Sin duda, esos personajes aislados y solitarios son una constante en las historias del cineasta. Muchas de sus cintas se desarrollan en una isla. Ahora se sabe que es Farö.

Para Bergman "el cine y el teatro son trabajos muy eróticos. Hacer películas es para mí un instinto, una necesidad como comer, beber o amar". Decía siempre que todo es una evocación que se tiene de cuando se es niño: "Me gustaba ir a la casa de mi abuela, donde las reuniones navideñas eran inolvidables. Eran como puestas en escena".

En el intenso documental La isla de Bergman, el cinerrealizador y director teatral contaba lo que marcó su vida creativa. "Cuando era niño, en una celebración de la familia, una tía llegó con un gran regalo. Se trataba de un proyector; para mi sorpresa se lo regaló a mi hermano. A mí me dio un oso de peluche. Fue una gran humillación. Pero en la noche le dije a mi hermano que le cambiaba mi colección de soldados de plomo (unos 150) por el aparato. Creyó que era una extraordinaria idea; aún conservo el proyector, y sirve".

Bergman creó su propio mundo cinematográfico. Un género en sí mismo. En una entrevista de 2001, Bergman dijo a Reuters que los demonios personales lo atormentaron e inspiraron a lo largo de su vida. "Son innumerables, aparecen en los momentos más inconvenientes y crean pánico y terror", señaló en ese momento. "Pero aprendí que puedo dominar las fuerzas negativas y arrearlas a mi carro, entonces pueden trabajar para ventaja mía."

En sus rodajes, intimistas y emocionalmente estresantes, Bergman usaba un equipo de colaboradores casi fijo, pero "lo más importante eran las actrices. El universo de las mujeres es mi mundo", decía. Nombres como los de Liv Ullman, Bibi Andersson, Ingrid Thulien o Harriet Andersson figuraban entre sus protagonistas, las cuales también en lo privado tuvieron una relación con el director. Bergman estuvo casado cinco veces.

Influencia en Allen

El director de cine estadunidense Woody Allen, quien se encuentra filmando en España, comentó: "Me entristeció la muerte de Ingmar Bergman. Era un amigo y sin duda el mejor artista cinematográfico de la época que me tocó vivir.

"Me dijo que temía morir en un día muy, pero muy soleado, y no puedo más que esperar que haya estado nublado para fuera como él quería". Allen nunca ocultó su admiración por el estilo cinematográfico de Bergman, y a menudo enviaba guiños con referencias al sueco en sus propias películas.

 
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