Usted está aquí: miércoles 1 de agosto de 2007 Cultura Llevan a escena ''la realidad sórdida'' del narcomenudeo y la drogadicción en el país

Restrenarán la obra Crack, o de las cosas sin nombre, en el teatro El Granero

Llevan a escena ''la realidad sórdida'' del narcomenudeo y la drogadicción en el país

ARTURO JIMENEZ

Como si la realidad misma se empeñara en renovarle vigencia y llamarla a escena por segunda temporada, la obra Crack, o de las cosas sin nombre -y su cauda de violencia, dolor y desesperanza, envuelta en una historia de narcomenudeo y drogadicción-, será restrenada este jueves en el teatro El Granero.

Aunque el director Martín Acosta, el dramaturgo Edgar Chías y los actores han insistido en que el eje es el problema humano y que no hay, en primer plano, una denuncia social o un enjuiciamiento moral, reconocen que la referencia a un sistema social, político y económico decadente subyace en toda la obra.

El planteamiento no es un: ''Di no a las drogas", dijo Acosta durante el anuncio de la nueva temporada, y agregó que, en todo caso, ''la culpa es de un país que no se ha responsabilizado de sus hijos".

Definida como tragicomedia y ''melodrama sórdido", con tonos hiperrealistas y estridentistas, Crack quizá no ofrezca una visión esperanzadora del país, pero sí de la esperanza del teatro como una forma de, a partir del arte, abordar la realidad, agregó.

Es por eso que, comentó la actriz Emma Dib, el montaje de un tema tan terrible representa un riesgo creativo, tanto para el dramaturgo y el director como para el elenco.

Se trata, consideró la actriz Diana Fidelia, de una ''realidad sórdida", no sólo de México sino del mundo, y en el caso de la obra, se representa una historia en la que no hay para dónde hacerse, pues a buenos y malos les va mal.

Para el actor Leonardo Zamudio, se aprende más observando el problema en sí, como en el teatro, que tratando de enviar mensajes y queriendo cambiar a las personas. ''Lo único que hacemos es ver el asunto con lupa".

El narcotráfico y las adicciones, abundó, no son problemas lejanos, como lo cree la gente, y la sociedad mantiene los ojos cerrados ante ellos. ''Todos estamos cerca de eso. Se venden drogas como se venden dulces, en todos lados".

México y el huevo de la serpiente

Su personaje, compartió Zamudio, busca envolver a las personas para hacerles un daño. ''En él se agotan los parámetros de la maldad", destacó, y agregó que puede incluso ayudar a alguien, pero desde la referencia de sí mismo, no de algo externo, una ley o valores sociales.

Personajes como el que interpreta el actor Adrián Ladrón, dijo Acosta, son muy simpáticos, y ese es el problema: no tienen conciencia de lo que hacen y están en la orilla del abismo. Y recordó la noticia de la niña que se suicidó porque no juntaba 500 pesos que le debía a un narcomenudista.

El problema no parece ser de los narcotraficantes, consideró el director, sino ''del afuera". Tal vez por ello uno de los personajes dice que habría que ir a las casas de los ricos, robarles a sus niños, violar a sus abuelitas y quemarles los ojos hasta que reventaran como huevos fritos.

De otro modo las clases poderosas no dialogan con los otros, dice el personaje referido. Todo ello, retoma Acosta, refleja el ''huevo de la serpiente" que anida en este país.

El año pasado, Crack tuvo una temporada en el escenario más amplio del teatro Julio Castillo, y ahora tendrá otra en el más breve espacio de El Granero, ambos en el Centro Cultural del Bosque, lo que representó un reto para el escenógrafo Raúl Castillo. Las funciones serán jueves, viernes, sábados y domingos, hasta el 9 de septiembre.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.