Usted está aquí: sábado 4 de agosto de 2007 Cultura Confirman que sí hay cámaras subterráneas donde estarían los restos de Ahuizotl

Arqueólogos inspeccionan con un radar debajo del monolito de la diosa Tlaltecuhtli

Confirman que sí hay cámaras subterráneas donde estarían los restos de Ahuizotl

AGENCIAS

Un equipo de arqueólogos mexicanos, utilizando de un radar de penetración subterránea, detectó bajo el monolito de la diosa Tlaltecuhtli la presencia de cámaras que podrían contener los restos del emperador Ahuizotl. Sería la primera tumba de un gobernante azteca jamás hallada.

La noticia de que ese monolito, en la zona del templo Mayor, resguarda importantes vestigios (como adelantó La Jornada a principios de año) podría abrir una extraordinaria ventana al conocimiento del esplendor de la civilización azteca.

Ahuizotl, un constructor de imperios que extendió el ámbito azteca hasta Guatemala, fue el último emperador en completar su gobierno antes de la conquista española.

Los arqueólogos dijeron que localizaron una entrada de dos metros cuadrados a la tumba situada unos cinco metros bajo tierra. La entrada está llena de agua, piedras y lodo, lo que obliga a excavar con sumo cuidado.

''Lo estamos haciendo muy, muy despacio... porque la responsabilidad es muy grande y queremos registrar todo'', manifestó Leonardo López Luján, el arqueólogo que encabeza el proyecto.

''Lo interesante de toda esta excavación es que se trata de la primera vez que nos enfrentamos a un contexto así. Es sorprendente, creíamos que lo conocíamos todo, pero la realidad lo desmiente a uno.''

Ya en el otoño esperan ingresar en las cámaras interiores -un espacio húmedo y de escasa altura- y descubrir las cenizas de Ahuizotl, que probablemente fue cremado en una pira funeral en 1502.

Parafernalia fúnebre

Como nunca se ha hallado ninguna tumba real azteca, los arqueólogos están tras lo desconocido. El radar indica que la tumba tenía hasta cuatro cámaras y los científicos creen que hallarán en el piso numerosas ofrendas a los dioses.

''Obviamente se esperarían ofrendas y demás hasta atavíos, vasijas, ornamentos, seguro algunos objetos de uso personal del dignatario'', dijo Luis Alberto Martos, director de estudios arqueológicos del Instituto Nacional de Antropología e Historia. ''Seguramente debió haber toda una parafernalia allí, debió haber sido enterrado con exequias muy solemnes y ricas ofrendas.

 
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