Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 5 de agosto de 2007 Num: 648

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

En La Patrona
LIZZETTE ARGÜELLO

Un rostro
TITOS PATRIKIOS

Con y sin Asturias
JAVIER GALINDO ULLOA entrevista con OTTO-RAÚL GONZÁLEZ

Dos Poemas

La biblioteca de
Madame Bovary

RICARDO BADA

1857: año de la Bovary
ANDREAS KURZ

Mané y el sueño
CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE

Leer

Columnas:
Mujeres Insumisas
ANGÉLICA ABELLEYRA

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR


Directorio
Núm. anteriores
[email protected]

 

Lizzette Argüello

En La Patrona*


Indocumentados viajan en un tren en movimiento Foto: Luis López/archivo La Jornada

Las mujeres de La Patrona me invitaron a brindarle comida a los migrantes. Nerviosamente oía el tren acercarse mientras varias bolsas circulaban ya con arroz, tortillas, galletas y dulces provenientes del cuartel de las doñas, una papelería donde se maquila y provee lo inimaginable. Minutos después me daría cuenta de que tienen todo bajo control: las distancias, la velocidad, los horarios, y hasta podían diferenciar con diez minutos de antelación de qué lado corre el tren, si sube o baja.

Me entregaron unas bolsas, y cual novata mostré mi nerviosismo y emoción. ¿Cuál era la técnica? ¿Había que tener buena puntería? ¿Se pueden aventar las bolsas? Al ir corriendo hacia el encuentro con el tren en aquella curva prolongada, las luces se encendían ya y el agudo silbato, como los latidos del corazón, era cada vez más intenso y prolongado, anunciando el inminente arribo.

Cuál fue mi sorpresa al ver que toda la cuadra, encabezada por Norma y su palomilla, le brindaba un taco a los centroamericanos. Varias mujeres de las casas aledañas repartían comida y agua a todos aquellos que podían. Un bistec que sobró, un pan quizá duro pero muy bien recibido, un arroz preparado masivamente para compartir. Esta faena se repitió hasta dos veces al día.

Norma me platica cómo esperaban a que llegáramos y como sabían que volverían aquellos estudiantes. Dice que me recuerdan, pues fuimos los primeros en grabarles. Preguntaban por nosotros a quienes vinieron después, y aunque muchos aprovecharon la situación de una forma mediática, otros regresaron para hacer migas. En ese momento, doña Leonida, su madre, siempre jovial, apareció en la puerta de la papelería saludándome y escuchando atentamente lo que se decía entre todas aquellas mujeres.

Les hablé de lo mucho que se les apreciaba, de cuánto nos habían inspirado y de las ganas que tenemos de colaborar con ellas. También les hablé de cómo había recibido la gente su trabajo y de cómo muchos se acercaron para ofrecer ayuda. Norma, siempre tan sensible, asomaba unas lágrimas de la emoción que le causaba recordar aquel encuentro.

Así pues, transcurrieron las horas en una intensa plática sobre lo que pensaban, quiénes habían venido, las historias que han vivido desde entonces, la idea de hacer la proyección del documental, y aunque al principio se habló sólo de pasárselo a sus amigos, la idea por sí sola fue fluyendo. La vida y esperanza que brindan, la indiferencia de otros, a veces de la misma Iglesia, motivaron paulatinamente a las mujeres a compartir este mensaje con otros: los vecinos, las comunidades que ya no tienen sino mujeres y niños, inclusive con aquellos que dicen que los migrantes son delincuentes, y a cuantos quieran escuchar...

Cada jornada comenzaba y terminaba al lado de las vías, donde se cimbra el alma al oír el compás del movimiento del tren, cuando se sienten y se oyen chillar ventanas y muros. Cada vez que cerraba los ojos veía esa luz del tren, alumbrándome desde donde se mira La Patrona en el horizonte, allí donde diariamente se regala humanidad.

*Localidad veracruzana donde se realizó De nadie, documental sobre la ayuda que se entrega a los migrantes centroamericanos de paso hacia Estados Unidos.