Usted está aquí: lunes 6 de agosto de 2007 Política El Mercosur gravita en las visitas de Lula a México y Chávez a Argentina

Los resultados determinarán pasos importantes en la agenda política y económica

El Mercosur gravita en las visitas de Lula a México y Chávez a Argentina

El mandatario brasileño tiene previsto signar varios acuerdos en materia de cooperación energética

STELLA CALLONI

Buenos Aires, 5 de agosto. Las visitas que inician este lunes en México, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y a Argentina, su par venezolano, Hugo Chávez Frías, determinan pasos importantes en la agenda política y económica del Mercado Común del Sur (Mercosur) y reflejan la dinámica del proceso integrador en América Latina, a pesar de obstáculos, asimetrías y presiones externas.

Cuatro gobiernos de países grandes de América Latina comienzan una semana de varias definiciones, en un escenario contaminado por interpretaciones diversas, no siempre ajustadas a las realidades y en todo caso jugando visiblemente en favor de introducir malestar entre los socios del Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, más Venezuela, como socio aceptado), como lo ha advertido estos días el presidente venezolano.

Los cancilleres de Argentina y de Brasil, Jorge Taiana y Celso Amorim, respectivamente, dieron el pasado viernes una señal muy positiva a Venezuela y despejaron varias especulaciones sobre el ingreso de Caracas como socio efectivo del Mercosur, proceso en el que falta la aprobación del Parlamento brasileño.

Reunidos en Brasilia, ambos ministros afirmaron el interés en que el ingreso venezolano se produzca rápidamente, respaldando esta incorporación que para varios analistas es clave para consolidar el futuro de la integración regional y destacaron la ''privilegiada alianza'' de Brasil y Argentina. En este caso, Taiana ratificó la vocación de acercar a México a la región, para lo cual dijo que era necesario estudiar todos los caminos y las formas, ''como puede ser la Aladi (Asociación Latinoamericana de Integración) o distintos mecanismos''.

La posición de Taiana fue respaldada plenamente por Amorim, refiriéndose al viaje de Lula a México, país que, dijo, ''quiere aproximarse al Mercosur y nosotros queremos profundizar la relación con ellos''.

El viaje de Lula a México, caracterizado por funcionarios brasileños como muy importante políticamente, ocupa la atención de los medios de ese país, que este domingo destacaron la cantidad de acuerdos (37) y documentos que están previstos a firmarse en la gira que lleva al presidente a ese país y posteriormente a Honduras, Nicaragua, Jamaica y Panamá, en los cuales resaltan los de cooperación energética y de biocombustibles, como informó Itamaraty.

Sólo en México, está prevista la firma de ocho acuerdos que precisamente comienzan por el de cooperación energética para biocombustibles y petróleo, de asistencia jurídica y otros, así como un memorando de cooperación para prevenir el tráfico de inmigrantes y el acuerdo para la transferencia de condenados, a lo que se añaden cartas de intención para establecer una cooperación en ciencia y tecnología y agricultura.

Los medios de Brasil destacaron hoy que la crisis aérea planteada después del accidente de un avión de la línea Tam, en uno de los aeropuertos que cubren a la ciudad de Sao Paulo, que dejó 199 muertos el pasado 17 de julio, no han afectado tan fuertemente como se especulaba la figura del presidente Lula.

Según Datafolha, 48 por ciento de los entrevistados consideraron al gobierno de Lula como óptimo o bueno, en una encuesta realizada dos semanas después del accidente, que está bajo severa investigación. El sondeo fue difundido hoy por Folha de Sao Paulo y señala también que Lula tiene mejor evaluación entre los que ganan hasta cinco salarios mínimos, grupo que abarca a la mayoría de la población brasileña, donde 52 por ciento considera que el gobierno es óptimo o bueno, mientras que 12 por ciento lo estiman como malo. El gobierno también tiene una evaluación superior a 50 por ciento entre los brasileños con menor escolaridad.

Como con Argentina, el momento más duro de las relaciones de México con el Mercosur fue la posición que tomó el presidente Vicente Fox, en noviembre de 2005, durante la Cumbre de las Américas, cuando se alineó con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush.

Fox afirmó entonces que el tratado del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) saldría ''con o sin el Mercosur'', y tuvo duros enfrentamientos con algunos mandatarios.

El escenario actual no es el mismo y el mensaje de los cancilleres de Argentina y Brasil, reunidos en Brasilia hace dos días, es bastante claro en ese aspecto, más allá de las formalidades.

La delegación que acompaña a Lula da cuenta de la importancia que se da a esta gira. El relanzamiento de las relaciones bilaterales promovido por Lula y el presidente Felipe Calderón coincide con un fuerte incremento del intercambio comercial, a pesar de tener visiones diferentes de los procesos de integración regional, como señala un análisis. ''La integración sudamericana es la base para que podamos crear un nuevo centro de gravedad en América Latina. México está entendiendo eso y mirándolo positivamente'', dijo recientemente el canciller Amorim.

Por su parte, el presidente Hugo Chávez comenzará en Buenos Aires una gira que lo llevará luego a Uruguay y Bolivia.

Chávez, quien hace unos días valoró positivamente el acercamiento del Mercosur a México, comprará nuevamente bonos argentinos por mil millones de dólares, en este caso, que se sumarán a los 43 mil 360 millones ya emitidos. Asimismo, firmará con el mandatario anfitrión, Néstor Kirchner, acuerdos energéticos y el envío de combustible para paliar las faltas ante el duro invierno que registra Argentina este año. También está en la agenda la negociación para que Venezuela financie un desarrollo con la empresa estatal de energía argentina Enarsa, que permitirá poner a funcionar una planta de gas que aportaría unos 10 millones de metros cúbicos.

Pero detrás de toda esta serie de acuerdos y cifras que esta semana involucran a México, Brasil, Venezuela y Argentina, hay un mensaje político fuerte en la reactivación de la línea de integración, que ya tiene bases muy diferentes a la unión aduanera de sus principios.

 
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