Usted está aquí: lunes 6 de agosto de 2007 Política Ser rico no es incompatible con la vida familiar: Slim

''A mis 67 años ya debería estar retirado'', bromeó

Ser rico no es incompatible con la vida familiar: Slim

Se reunió tres horas con un grupo de comunicadores

Acciones sociales e industria petrolera, sus próximos retos

AFP

Ampliar la imagen Carlos Slim Helú. Imagen de archivo Carlos Slim Helú. Imagen de archivo Foto: Carlos Ramos Mamahua

El empresario mexicano Carlos Slim Helú, considerado por muchos como el hombre más rico del mundo, parece haber contraído -como antes ocurrió a Bill Gates y George Soros- una especie de ''enfermedad'' de los multimillonarios: querer hacer otra cosa que simplemente ganar dinero.

''No importa ser el primero'' en la lista de millonarios, dijo el magnate de la telefonía en América Latina, luego de tres horas de una entrevista inédita, sencilla y sin agenda con un pequeño grupo de periodistas.

''La familia es lo primero'', porque ser rico ''no es incompatible con la vida personal y familiar'', comentó Slim Helú, habano en mano, durante un desayuno con comunicadores realizado en la sede del grupo financiero Inbursa, en un salón adornado con pinturas de Renoir, El Greco y obras de otros grandes maestros, de su colección personal.

En el encuentro, el presidente del Grupo Carso rindió homenaje a la experiencia que heredó de su padre, un inmigrante libanés que llegó a México a principios del siglo XX, pero al que, dijo, conoció poco.

''A mis 67 años de edad yo ya debería estar retirado'' de los negocios, añadió -a manera de broma- Slim, quien ha ido delegando cada vez más responsabilidades de la dirección de su imperio económico en sus tres hijos: Carlos, Marco Antonio y Patricio.

La fortuna de Slim Helú ha crecido considerablemente en los dos años anteriores, totalizando a fines de junio del presente año 67 mil 800 millones de dólares, según Sentido Común, un sitio de Internet mexicano especialista en análisis económicos y financieros, que ubica a Bill Gates, el gigante de Microsoft, con 59 mil 200 millones de dólares.

Teléfonos celulares ''para todos'' en América Latina, la meta

Sin embargo, aun cuando Carlos Slim sueña con una próspera América Latina, en la que ''todos'' cuenten con un teléfono celular, parece fijarse nuevos desafíos, como poner en marcha acciones sociales y además mostrar interés en la industria petrolera.

El nuevo gran proyecto de la Fundación Telmex, que ya trabaja con cientos de millones de dólares en los terrenos de la salud, el deporte y la cultura, se denomina ''educación digital''.

Carlos Slim explica que quiere distribuir este año 250 mil computadoras portátiles a niños de escasos recursos, tanto en México como en Centroamérica, con una inversión de 70 millones de dólares en 2007, y promete incrementar ese monto en 2008 y 2009.

Sin embargo, Slim Helú tiene dificultades con su imagen pública, pues hay quienes le reprochan tener una ''fortuna indecente'' en un país con 50 millones de pobres.

''Compro en tiempos difíciles'', dice el empresario mexicano, al explicar con lujo de detalles cómo construyó su fortuna y, según su nueva filosofía, ''la mejor inversión es combatir la pobreza'', porque así se ''fortalece el desarrollo del país''.

La idea es ''no dar sino resolver'', con la educación como pilar

La idea, dice, es ''no dar, sino resolver'' con la educación como pilar para combatir la situación de rezago. ''La experiencia empresarial permite actuar sobre problemas que no son empresariales'', añadió el magnate de la telefonía.

''El sector energético me interesa'', comenta Slim en un momento en que Petróleos Mexicanos (Pemex) sufre una baja en su producción petrolera y no cuenta con los recursos necesarios para explotar nuevos yacimientos en aguas profundas del Golfo de México.

En el debate casi tabú de la privatización de Pemex -México es el sexto productor mundial de petróleo-, Carlos Slim es favorable a una empresa estatal con autonomía en su gestión y un régimen fiscal limitado. En su opinión, Petróleos Mexicanos debe concentrarse en la producción y en optimizar la riqueza nacional y dejar que otras empresas aporten tecnología y conocimientos a la petroquímica, el transporte y la exploración en materia energética. En el terreno petrolero, el Grupo Carso participa en la fabricación de plataformas y en la construcción de ductos mediante la nueva sociedad Swecomex.

 
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