Usted está aquí: jueves 16 de agosto de 2007 Política En el PRD los grupos de presión deben desaparecer

Entrevista a JESUS ORTEGA MARTINEZ, LIDER DE NUEVA IZQUIERDA Y ASPIRANTE A PRESIDENTE PERREDISTA

En el PRD los grupos de presión deben desaparecer

Urge un gran bloque para enfrentar al pan y a la oligarquìa

La crisis del perredismo radica en la falta de institucionalidad y disciplina, pero también debe redefinir su ideología. El partido es de izquierda y lucha por la transformación política del país por la vía pacífica

ROBERTO GARDUÑO, ALMA E. MUÑOZ

Ampliar la imagen Debemos construir un gran bloque para, de la mano de Andrés Manuel López Obrador, enfrentar a la derecha, al Partido Acción Nacional y a la oligarquía, plantea en entrtevista Jesús Ortega Martínez * María Meléndrez Parada Debemos construir un gran bloque para, de la mano de Andrés Manuel López Obrador, enfrentar a la derecha, al Partido Acción Nacional y a la oligarquía, plantea en entrtevista Jesús Ortega Martínez * María Meléndrez Parada

Las corrientes políticas al interior del Partido de la Revolución Democrática (PRD) están obligadas a desaparecer como grupos de presión, y manifestar voluntad para no tomar decisiones que correspondan sólo a la dirigencia del partido, asegura Jesús Ortega Martínez, principal dirigente de Nueva Izquierda.

Ubicado por sus seguidores como firme candidato a ocupar la presidencia nacional del PRD, demanda a sus correligionarios construir un gran bloque, sin actitudes sectarias, para, de la mano de Andrés Manuel López Obrador, enfrentar a la derecha, al Partido Acción Nacional (PAN) y a la oligarquía.

La víspera del décimo congreso nacional extraordinario del PRD, Ortega, aspirante permanente a dirigir el partido del sol azteca, hace un diagnóstico de la crisis del perredismo. "Tenemos que verlo con objetividad: hay falta de institucionalidad, tenemos estatutos y una norma, pero no se aplican con congruencia. El asunto de la disciplina es un problema difícil pero cierto. Tenemos que resolver el problema de las corrientes, no en términos de su desaparición, porque pretender desaparecer las corrientes es como tratar de desaparecer el pensamiento o la pluralidad, y se busca el poder por el poder para resolver intereses personales o de grupos pequeños, éste es un problema serio que necesitamos corregir, hay metástasis y hay que pararla de manera inmediata, porque si no lo hacemos ahora, no habrá remedio".

En entrevista con La Jornada, el fundador de Nueva Izquierda refiere un dato cuya esencia tiene sustento en la ineficacia electoral de los perredistas: no poseen estructura seccional y mucho menos distrital.

De izquierda y democrático

En fechas recientes, Ortega Martínez ha reiterado la urgencia de redefinir la ideología del partido, porque "nadie, absolutamente nadie está en la idea de renunciar a nuestra identidad de izquierda. El nuestro es un partido de izquierda que lucha por la transformación política del país.

"Creo que debemos dar el paso para que el PRD se defina en los hechos y dichos como un partido de izquierda democrático, porque en el mismo nivel que luchamos por la igualdad social lo hacemos por las libertades políticas."

Al considerar que el PRD no agrupa a todas las fuerzas de izquierda del país y, por tanto, esa postura ideológica no es patrimonio de su partido, se le pregunta cómo se pretende aglutinar a los demás grupos de esa corriente ideológica.

"El PRD no está aún en cualquier circunstancia para acceder al poder por la vía violenta. Todos los que estamos aquí estamos por la lucha pacífica, aunque tenemos divergencias en otros casos. Pero otros que no están en la vía pacífica, que piensan que por la vía de las armas se puede acceder al poder, están en su derecho, pero no somos del mismo partido."

-¿Cuál es su propuesta de línea política rumbo al congreso nacional?

-Hay un bloque de derecha que encabezan el PAN, Felipe Calderón y la oligarquía, al cual se han sumado importantes sectores del PRI y otros grupos de derecha. Necesitamos construir un gran bloque, sin actitud sectaria, donde esté el Frente Amplio Progresista (FAP), deben estar miles de organizaciones de avanzada en el país y miles de ciudadanos que no militan en el Partido del Trabajo, en Convergencia o en el PRD, que no tienen partido.

Ubicado en una oficina que contrasta con el poder que sus adversarios dicen que tiene, Ortega Martínez manifiesta su cercanía y respaldo cuasi incondicional a Andrés Manuel López Obrador. "Ha habido plumas interesadas, en la derecha y en la izquierda, en reiterar que hay una crisis entre nosotros y que el problema se resuelve dividiéndose. Nosotros no vamos a caer en esa trampa, en esa incitación de la derecha y en esa perversidad de algunos sectores de la izquierda. Lo digo con todas sus letras, perversidad de algunos sectores de la izquierda. ¡No!, vamos a seguir apoyando a Andrés Manuel".

-¿Es consustancial el PRD con López Obrador desde la visión de Nueva Izquierda?

-Sí. Es más, no hay partido político en el mundo que no tenga liderazgos importantes, y no hay, en el mismo sentido, liderazgos importantes que logren sus objetivos si no tienen organización partidaria sólida, son conjuntos, no contradictorios. Yo tengo reconocimiento pleno de nuestros liderazgos políticos y la vigencia plena de nuestra institucionalidad partidaria.

-La existencia de las corrientes ha afectado de forma manifiesta el crecimiento del PRD -se le comenta.

-Hay acusaciones que no son auténticas, porque hay gente que le tira a las corrientes, pero posicionada en una trinchera de corrientes: entonces, acábense las corrientes para que prevalezca la mía. Desechemos las preocupaciones que no son auténticas, porque hay algunos francotiradores y a todo lo que pase diferente le dispara.

-¿No obstante, la existencia de las corrientes se usa como estandarte para denostar al perredismo, dada su insaciabilidad?

-¿Cómo se resuelve ese asunto? Tiene razón, las corrientes deben tener voluntad propia para desaparecer como grupos de presión, y convertirse en corrientes de opinión que no sustituyan la organicidad propia del partido, que no la suplan, que las decisiones no se tomen en las corrientes sino en la organización. Se requiere de la voluntad de las corrientes totalmente.

-Por las corrientes, al PRD se le ha visto como una gran agencia de colocaciones, pues negocian espacios, plazas, dinero, posiciones...

-Así lo ven algunas personas y lo llevan a una visión extrema.

-¿Y cómo se resuelve desde la visión de Nueva Izquierda esa paradoja que ahora conlleva la crisis al interior del PRD?

-La nueva dirección política no se va a integrar sola mediante la representación proporcional. Por ejemplo, los ex presidentes van a estar en el comité político, pueden ser miembros o no de una corriente, pero van a estar ahí. Los gobernadores pueden o no estar, pero son dirigentes políticos, se van a meter en la dirección, tendrán que participar también en la toma de decisiones.

-¿Se va a acotar a las corrientes internas?

-Se va a acotar la representación dura para que los órganos de dirección se integren también por designación. En eso todos estamos de acuerdo, en lo que no podemos estar de acuerdo es en desaparecer las corrientes. Quien pretende resolver el problema de las corrientes sobre la base de su desaparición es un iluso, pero además sería una regresión.

No dialogaremos con Calderón

-En el seno del perredismo se acusa a Nueva Izquierda de negociar con el gobierno federal -se le recuerda.

-Este mismo debate lo teníamos con Cuauhtémoc Cárdenas, porque a veces seguimos las mismas huellas. Si ustedes revisan La Jornada del 14 de agosto de 1989, es la misma, nada más que cambiaron los nombres de las personas, pero sigan la trayectoria y van a ver quiénes son los que han negociado y quiénes los que fueron a ver a Carlos Salinas en su momento. Son acusaciones calumniosas, no son verdad, es una estrategia política. Los que nos acusan son los que tienen prácticas corporativas, y esas prácticas sólo se hacen negociando con los gobiernos, las dádivas.

-¿Nueva Izquierda sabe administrar, digamos, su posición de privilegio frente al gobierno?

-No. ¡Falso! No vamos a ir a ese diálogo por una razón: Calderón es ilegítimo de origen y toda negociación con un poder ilegítimo no es genuina. Segundo, eso excluye el diálogo de la política, porque esa es la otra parte. ¿Es malo que a alguien se le acuse de tener disposición al diálogo? Política es diálogo y es negociación genuina y auténtica. Entonces, yo soy una persona que entiende el valor del diálogo. Si de eso me quieren acusar, allá ellos, pero yo sí soy una gente que entiende la política, el valor del diálogo y el valor de la búsqueda de acuerdos.

 
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