Usted está aquí: sábado 18 de agosto de 2007 Sociedad y Justicia Cisticercosis, mal frecuente; se dan 55 casos al año

Cisticercosis, mal frecuente; se dan 55 casos al año

En México se producen alrededor de 55 casos de cisticercosis cerebral al año, por lo que el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) califica este padecimiento de "muy frecuente". Esta enfermedad se caracteriza por la presencia de larvas de taesina solium, comúnmente conocida como solitaria, las cuales se alojan en el sistema nervioso central. Una de las alternativas terapéuticas es la neurocirugía, que se realiza en uno de cada tres casos.

La cisticercosis es un padecimiento producido por los huevecillos de solitaria, parásito que se aloja en el intestino. La infección se adquiere de forma externa; es decir, la persona, al evacuar, en sus heces fecales elimina diariamente enormes cantidades de huevecillos y al contaminar sus manos, que en caso de no lavarlas de forma adecuada, puede trasmitir el parásito a los alimentos que ingiere o da a consumir a otras persona.

Esta situación se torna más peligrosa cuando el individuo defeca al aire libre, ya que los huevecillos evacuados contaminan sembradíos y hortalizas, que posteriormente serán ingeridos por otras personas quienes corren el riesgo de infectarse.

Otra forma de contraer la enfermedad es mediante la autoinfección. Ocurre cuando una persona tiene en su intestino a la solitaria adulta, algunos huevecillos del parásito llegan al estómago por los movimientos intestinales; aquí el jugo gástrico rompe la membrana que protege a la larva y ésta emigra, a través del torrente sanguíneo, preferentemente al cerebro.

Los síntomas neurológicos de la enfermedad son muy variados ya que dependerá de la localización y número de cisticercos que se encuentren en el cerebro. Sin embargo, entre los más comunes se encuentran: dolor de cabeza, visión borrosa, alteraciones al caminar y crisis convulsivas.

Para diagnosticar la enfermedad existen diferentes estudios como el análisis del líquido cefalorraquídeo y los de imagen cerebral, tomografía axial computarizada y resonancia magnética.

Para tratarla se cuenta con dos formas terapéuticas: una es a partir de fármacos aplicando anticonvulsivantes, antinflamatorios y antiparasitarios potentes; otro es el quirúrgico.

 
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