Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 19 de agosto de 2007 Num: 650

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

A cincuenta años de la muerte de Lowry
ALBERTO REBOLLO

La escena
MILTOS SAJTOURIS

James Ensor en Palacio Nacional
MARCO ANTONIO CAMPOS

Bergman, (1918-2007):
Qué hacemos acá

RICARDO BADA

El sueño que despierta
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Oscuramente, a través
del espejo

CARLOS BONFIL

In memoriam
Bergman y Antonioni

JOSÉ MARÍA ESPINAZA

Leer

Columnas:
Jornada de Poesía
JUAN DOMINGO ARGUELLES

Paso a Retirarme
ANA GARCÍA BERGUA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

La Jornada Virtual
NAIEF YEHYA

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Artes Visuales
GERMAINE GÓMEZ HARO

A Lápiz
ENRIQUE LÓPEZ AGUILAR


Directorio
Núm. anteriores
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Juan Domingo Argüelles

Cinco lustros de Ojo de jaguar

En agosto de 1982, en las Ediciones de la revista Punto de Partida , Marco Antonio Campos editó el primer libro de Efraín Bartolomé (Ocosingo, Chiapas, 1950), Ojo de jaguar , un libro clave en la poesía mexicana, que nos reveló una voz poética singular y reivindicó la poesía a la vez emotiva e inteligente, rigurosa y firme en la mejor tradición expresiva y sin nada que ver con juegos malabares, galimatías y piruetas verbales.

Ojo de jaguar es el inicio de una obra poética espléndida que cumple ahora cinco lustros y que ha ido creciendo y madurando a lo largo del tiempo. Ese libro fue el inicio de una poética que ha rebasado ya la decena de títulos, entre los cuales son también esenciales Música solar (1984), Cuadernos contra el ángel (1987), Música lunar (1991), Corazón del monte (1995), Partes un verso a la mitad y sangra (1997) y Fogata con tres piedras (2006).

Ojo de jaguar es un libro que reivindicó la poesía de la emoción, pero también la poesía del lenguaje concentrado, la metáfora precisa y la imagen exacta; un libro que, en cinco lustros, ha ido creciendo, ampliándose no ya nada más como obra inicial de un gran poeta, sino también como ópera continua: un poemario y un poema-río que acrecienta su caudal y su fuerza y que se abre paso en medio de la selva de los sentidos y el lenguaje.

A veinticinco años de su primera edición, Efraín Bartolomé mira su libro “ como un joven adulto: sano y saludable, perfectamente vivo”. Y agrega: “Nació con dientes y me da gusto ver que conserva su dentadura felina en perfecto estado. También conserva su agilidad para moverse en la selva cenagosa de la poesía mexicana. Se ha editado seis veces, tiene una edición de lujo, bilingüe, ilustrada, de gran formato. Muchos poemas de allí han sido traducidos a otros idiomas. Sigue dando de qué hablar. Me enorgullece la vitalidad que ha conservado desde la edición estudiantil de Punto de Partida hasta su condición actual.”


Efraín Bartolomé

Respecto de la génesis del libro, Bartolomé expresa lo siguiente: “ Escribí los poemas de ese libro de manera muy pausada, al ritmo impuesto por la necesidad, a lo largo de cinco, seis, siete años. Eran los tiempos en que ni siquiera soñaba con publicar. La escritura de poemas era una especie de necesidad vital, como alimentarse, como respirar: una forma de completar mi vida, de construirla o de esculpirla tal vez, de terminar de darle forma, de entenderla. No sé bien. Escribir poemas era obedecer a un impulso irreprimible y gozoso. El torrente salía de mí cuando era necesario. He contado que coincidió con el nacimiento de Balam, mi hijo, y la conciencia de que nuestro paraíso desaparecía bajo el hacha y el fuego. Quise recuperar para mi alma y el ojo de mi hijito ( Ojo de Balam ), lo que yo había tenido el privilegio de ver en esplendor. Y todo pasó por ese breve libro: la vida, la alegría, los padres, el dolor, la fauna, la flora, los hombres, la destrucción, la muerte. Cuando la respuesta de los lectores me mostró que aquel territorio tan íntimo, tan personal, tan mío, les importaba, comencé a sentirme merecedor del alto privilegio de ver mi nombre en letras de imprenta. A veces hasta he llegado a sentirme poeta.”

Y al preguntarle qué significado tiene este libro en su biobibliografía, el poeta afirma que Ojo de jaguar es definitivo y posee un significado clave en su existencia. Asegura: “Es como el paso inicial en una marcha de mil kilómetros, pero un paso bien dado: asentado sonoramente sobre la tierra. Cuando comencé a entender más cosas sobre la función de la Poesía y el Mito y cómo dan sentido a la vida del hombre en la tierra, supe, al ver hacia atrás, que la intuición del joven que escribió Ojo de jaguar estaba bien orientada. He dicho que ese entorno natural estuvo siempre ahí, pero a mí me fue dado mirarlo y nombrarlo de un modo en que no lo vieron mis nobles antecesores en la poesía del sur de México: Pellicer, Sabines, Castellanos.”

Veinticinco años después, el impulso inicial de Ojo de jaguar no se ha detenido. “A veces –dice el poeta–, la realidad o la memoria me tocan ciertas fibras del arpa interior que resuenan con vibraciones de aquel ámbito espiritual. Tal vez por eso el libro ha ido creciendo con el paso del tiempo como si fuese una criatura viva.”

Y esto es, en efecto, ese libro: una criatura que respira con la mayor vitalidad poética.