Usted está aquí: miércoles 22 de agosto de 2007 Mundo Recuerdan hoy ejecución en 1972 de 16 presos políticos argentinos

La dictadura de Lanusse inició el terrorismo de Estado

Recuerdan hoy ejecución en 1972 de 16 presos políticos argentinos

stella calloni (corresponsal)

Buenos Aires, 21 de agosto. Este miércoles se recordará en diversos lugares del país el fusilamiento de 16 prisioneros políticos, el 22 de agosto de 1972 en la base Almirante Zar, en Trelew, en el sur del país, durante la dictadura del general Alejandro Agustín Lanusse (1971-1973).

Tres prisioneros de ese grupo fueron dados por muertos por sus victimarios y sobrevivieron para contar esta historia de horror, pero fueron asesinados y desaparecidos años después.

Trelew es para muchos analistas la verdadera antesala del terrorismo de Estado que se impuso en el país entre 1976 y 1983.

El 15 de agosto de 1972, cuando la dictadura de Lanusse ya estaba en dificultades, 25 presos políticos, que pertenecían a las organizaciones armadas Partido Revolucionario del Pueblo- Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Montoneros y Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), se fugaron del penal de Rawson, en Chubut, donde estaban confinados juntos con otros dirigentes políticos.

El plan era tomar un avión y pedir refugio en Chile, gobernado entonces por el presidente Salvador Allende.

Hubo algunos problemas y los líderes guerrilleros Mario Roberto Santucho, Enrique Gorriarán Merlo y Domingo Mena, del ERP; Fernando Vaca Narvaja, de Montoneros, y Marcos Osatinsky y Roberto Quieto, de las FAR, lograron llegar al aeropuerto de Trelew y partir en un avión que había sido secuestrado por otro grupo.

Esperaron inútilmente la llegada de los otros 19 compañeros, y ante la gravedad de la situación debieron partir. Los que no llegaron al avión se entregaron y fueron llevados prisioneros a la base Almirante Zar, de la marina en Trelew.

El 22 de agosto, en medio de la soledad del lugar, varios marinos dieron la orden a los prisioneros de pararse desnudos junto a sus camastros y los fusilaron, inclusive les dispararon el tiro de gracia.

Cuando llegaron los médicos a levantar los cadáveres había tres que aún tenían leves signos de vida, como un milagro.

Los tres sobrevivientes fueron María Antonia Berger, de Montoneros, de 30 años; Alberto Miguel Camps, de 24, y Ricardo René Haidar, de 30, quienes fueron secuestrados y desaparecidos años después.

Entre los fusilados en Trelew estaban Mariano Pujadas, dirigente de Montoneros,  y Ana  María Villarreal de Santucho, compañera del máximo dirigente del ERP, Mario Roberto Santucho, madre de tres niños.

Además fueron asesinados María Angélica Sabelli, Humberto Segundo Suárez, Humberto Adrián Toschi, Carlos Alberto Astudillo, Rubén Pedro Bonet, Eduardo Adolfo Capello, Mario Emilio Delfino, Alberto Carlos del Rey, Alfredo Elías Kohon, Clarisa Rosa Lea Place, Susana Graciela Lesgart de Yofre, José Ricardo Mena, Miguel Angel Polti y Jorge Alejandro Ulloa.

Treinta y cinco años después de la matanza de Trelew, nadie la olvida aquí. En 2005 comenzó el trabajo de la justicia para castigar a los responsables de este delito de lesa humanidad.

Entre los que pudieron huir a Chile y luego a Cuba, y regresaron al país, Roberto Quieto fue secuestrado en diciembre de 1975 y está desaparecido. A Osatinsky se le aplicó la “ley fuga” en Córdoba, el 21 de agosto de 1975; su cadáver fue dinamitado. Además, Mario Roberto Santucho y Domingo Mena están desaparecidos desde el 19 de julio de 1976.

Enrique Gorriarán Merlo sobrevivió y estuvo en Nicaragua, luego fue secuestrado en México en octubre de 1995 y traído a Argentina, donde fue juzgado y detenido. Murió en 2003.

Esta es una historia en círculos del horror donde sólo algunos pocos pudieron sobrevivir, y en estas horas se recuerda también una brutal represión cuando se velaron los restos de las víctimas en esta capital.

Hay muchos nombres más ligados a aquel hecho, entre ellos el del poeta Francisco Paco Urondo, quien realizó conmovedoras entrevistas a los tres sobrevivientes de la matanza de Trelew y a su vez murió enfrentando a los militares en julio de 1976 en la provincia de Mendoza.

En vela, muchos esperarán este miércoles para que “no haya olvido”.

 
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