Usted está aquí: viernes 24 de agosto de 2007 Política Llaman a no centrar la reforma electoral en la remoción de consejeros

Proponen en seminario realizar en forma escalonada los cambios en el instituto

Llaman a no centrar la reforma electoral en la remoción de consejeros

El tema no debe vincularse al Informe presidencial, plantea Luis Carlos Ugalde

ALONSO URRUTIA

Ampliar la imagen Más que una nueva ley electoral, se requiere de mayor decisión para hacerla cumplir, planteó en el seminario José Fernando Ojesto Martínez Porcayo Más que una nueva ley electoral, se requiere de mayor decisión para hacerla cumplir, planteó en el seminario José Fernando Ojesto Martínez Porcayo Foto: José Carlo González

En las discusiones sobre la reforma electoral el tema de la renovación de los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) no puede ser el eje fundamental de los partidos, sostuvo el ex presidente del organismo José Woldenberg. Sin embargo, consideró viable en el futuro la renovación parcial de los integrantes del Consejo General, buscando que sea escalonada para evitar la tentación de los institutos políticos de repartírselos por cuotas.

Durante su participación en el seminario sobre la reforma electoral organizado por el IFE, Woldenberg se pronunció por buscar la reducción de los costos de campañas mediante el acortamiento de su duración pero, sobre todo, por medio de la regulación de los gastos en medios de comunicación, fijándolos en la legislación.

Propuso como alternativa la utilización de los tiempos oficiales para las campañas, lo cual contribuiría no sólo a abaratar los costos -tendencia que va al alza-, sino que podría contribuir a disminuir el empobrecimiento del debate político, debido a que el nivel de la contienda se asocia con frecuencia al de la democracia de los países.

En tanto, el consejero presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde, señaló en entrevista que las discusiones sobre la reforma electoral no pueden asociarse a otros temas, como el Informe presidencial, según sugirió el PAN. La reforma electoral debe analizarse y debatirse en sus propios términos, agregó.

Ugalde insistió en que el debate sobre la reforma no puede centrarse en las personas que conducen al IFE, sino orientarse fundamentalmente hacia el mejoramiento de las reglas del juego.

A su vez, el ex magistrado presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) José Fernando Ojesto Martínez Porcayo sostuvo que más que un cambio de leyes se requiere de mayor decisión para hacerlas cumplir.

Destacó que deben evitarse regresiones en las facultades del TEPJF, como las de resolver quejas sobre la vida interna de los partidos, porque durante 2006 en todos los partidos hubo procedimientos irregulares en la selección de candidatos que pudieron ser corregidos por el tribunal.

Martínez Porcayo se pronunció por que se reforme la ley para fijar un periodo único de elecciones primarias en los institutos políticos, lo cual evitaría "que el ideólogo de un partido que perdió la contienda interna lo veamos en otro con ideología contraria", lo cual confunde al electorado y molesta a todos.

En su participación, Woldenberg desestimó que la solución a los problemas que enfrentó el país durante los comicios de 2006 pudiera ser la renovación de los consejeros electorales. El conflicto, dijo, se asoció más a las deficientes facultades que tiene el IFE respecto de diversos aspectos de la contienda, y "aunque sé que es un tema que están discutiendo los partidos, no debe ser fundamental".

El ex consejero subrayó que uno de los cambios que deben introducirse son los plazos para la definitividad de las etapas, porque en la actualidad es al final del proceso cuando el TEPJF valida toda la elección, incluido el cumplimiento de los requisitos de los candidatos, lo cual es un absurdo cuando la gente ya votó.

De igual forma, debe dotarse al IFE de más facultades de investigación y para aplicar medidas de apremio en caso de que estén involucradas personas físicas y morales, porque en la actualidad no puede citarlas a comparecer, lo que limita su capacidad de investigación.

Acerca de la viabilidad de restringir la guerra sucia, Woldenberg consideró que es un tema complejo porque confronta dos derechos: la libertad de expresión y el de no ser calumniado o difamado. Por eso, para la autoridad electoral es muy difícil determinar cuándo se cruza la línea de la libertad de expresión y se incurre en difamación.

 
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