García Abrego afirma que ambos ex funcionarios lo desterraron ilegalmente
Se niega juez federal a citar a declarar como testigos a Zedillo y Chuayffet
El ex presidente y el ex secretario de Gobernación entregaron a EU al narcotraficante
Un juez federal con sede en Monterrey, Nuevo León, se opuso a citar en calidad de testigos al ex presidente Ernesto Zedillo y al ex secretario de Gobernación Emilio Chuayffet, como parte del juicio de amparo que tramitó el ex líder del cártel del Golfo, Juan García Abrego, con el propósito de que sea devuelto a territorio mexicano, revelaron fuentes jurídicas cercanas al caso.
De acuerdo con los informantes, el grupo de abogados especialistas en derecho internacional que defienden al llamado Barón de las drogas preparan una queja administrativa ante el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) para denunciar al juez que se negó a citar a los ex funcionarios.
Se afirma que el titular del juzgado primero de distrito con sede en Monterrey argumentó que Zedillo y Chuayffet no pueden serán citados porque “de nada servirían sus testimonios”.
No obstante, los abogados de García Abrego piensan lo contrario, ya que a su entender ambos ex servidores públicos fueron los responsables del “destierro ilegal” que se le aplicó al presunto narcotraficante, el cual fue entregado en 1996 a Estados Unidos pese a que tenía pendiente en México al menos dos órdenes de aprehensión.
García Abrego se encuentra detenido en la prisión conocida como ADX, en Florence, Colorado.
En 2005, el llamado Barón de las drogas pidió en México otro amparo para exigir a autoridades militares que le explicaran por qué fue detenido el 14 de enero de 1996 por militares y judiciales federales, estatales y municipales, auxiliados por agentes de la estadunidense DEA, sin que le mostraran una orden de aprehensión.
El argumento del ex líder del cártel del Golfo es que con esa acción, las autoridades militares y el gobierno zedillista violaron sus garantías constitucionales, en particular los artículos 8, 14 y 16 de la Constitución, pues si se le imputaba algún delito debió quedar preso en una cárcel mexicana y ser puesto a disposición de un juez.
Hace nueve años, se dice que el entonces presidente Ernesto Zedillo fue convencido por sus colaboradores cercanos para expulsar del país al Barón de las drogas, con el propósito de “proteger a la sociedad mexicana” de la supuesta amenaza que representaba tener en cualquier cárcel del país al jefe del cártel del Golfo, aunque la postura oficial fue que García Abrego era naturalizado estadunidense y procedía su deportación.