Usted está aquí: sábado 1 de septiembre de 2007 Cultura Persistente carencia de proyecto y rumbo en el ámbito cultural

Investigadores y diputados evalúan al CNCA ante el primer Informe de Felipe Calderón

Persistente carencia de proyecto y rumbo en el ámbito cultural

El consejo actual no va a anunciar la inacción, las inercias negativas y el caos, dice Taibo II

Haber cerrado la megabiblioteca legitima las “ocurrencias” del sexenio foxista: Bolfy Cottom

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Aspecto de megabiblioteca Vasconcelos, máximo proyecto cultural de Vicente Fox. La premura en la construcción del inmueble motivó la suspensión de servicios al público desde el pasado marzo Aspecto de megabiblioteca Vasconcelos, máximo proyecto cultural de Vicente Fox. La premura en la construcción del inmueble motivó la suspensión de servicios al público desde el pasado marzo Foto: Guillermo Sologuren

Algunos ejemplos para una evaluación somera de la administración calderonista del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), presidido por Sergio Vela, en el contexto del próximo primer informe de gobierno:

Muestras de paralización administrativa y técnica (atribuida en parte al “lastre” de la gestión foxista de Sari Bermúdez), subejercicio presupuestal de “sólo” 24 por ciento al mes de junio (lo cual podría provocar una reducción del monto que se asignará para 2008), retraso en el anuncio del Programa Nacional de Cultura 2007-2012, salida de unos ocho titulares de dependencias o falta de nombramientos y de planes de actividades, como en la Compañía Nacional de Teatro.

Pero también: cierre de la costosa megabiblioteca foxista por múltiples irregularidades, posiciones controvertidas como el aval del INAH en el manejo de Chichén Itzá como una de las “nuevas siete maravillas del mundo” y relación tirante de ese instituto y del INBA con trabajadores y sindicatos, abiertamente inconformes con sus titulares: Alfonso de Maria y Campos y Teresa Franco.

Y mientras el escritor Paco Ignacio Taibo II habla del “desmarcamiento fracasado” de la administración actual de Vela respecto de la de Bermúdez, el antropólogo y jurista Bolfy Cottom se refiere a una “continuidad disfrazada”, con ejemplos como el “abandono” del patrimonio cultural en la anterior y en la actual gestión.

La cultura nos es razón de Estado

En tanto, el diputado perredista José Alfonso Suárez del Real prefiere plantear, como causa de la visible inmovilidad, la persistencia de “la maldición de Fox sobre la cultura”. Pero lo más grave, aclara, no es el presunto subejercicio presupuestal, sino la “falta de un proyecto de cultura”, en lo que coinciden Taibo II y Cottom.

El legislador, secretario de la mesa directiva de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, resume y dice que para este primero de septiembre, en materia de cultura: “No hay nada, nada, que informar”. Y Taibo II descarta la autocrítica del CNCA: “No van a anunciar el desastre: inacción, inercias negativas, caos, falta de proyecto”.

Cottom, en cambio, abunda en torno a lo del disfraz de la continuidad entre el antes y el ahora: “Hay una ausencia real de política cultural a nivel federal. La cultura no es una razón de Estado”.

El investigador recuerda a intelectuales y promotores culturales como Guillermo Prieto, Ignacio Manuel Altamirano, Justo Sierra, Jaime Torres Bodet o José Vasconcelos y advierte una evidencia grave: “Existe hoy un vacío de personalidades, de conocedores, de inteligencias, en el ámbito de la cultura”.

Menciona dos ejemplos: “Si se retoma la primera gran discusión parlamentaria, en la que participaron Prieto, Altamirano y Sierra, se encuentra que realmente había una manera de entender lo que la gente estaba planteando y la preocupación que existía en la sociedad por la cuestión de los bienes culturales.

“Y si se revisa, por ejemplo, la gestión de Torres Bodet y lo que fue el proyecto educativo de Vasconcelos, se encuentra que, en estricto sentido, ellos no operaron las cosas desde arriba, sino que ya habían librado toda una batalla abajo, entre la sociedad, para poder tener idea de su proyecto.”

Por su parte, la diputada priísta Beatriz Pagés y la investigadora Lucina Jiménez coinciden en que urge el anuncio del Programa Nacional de Cultura para saber sobre qué bases se va a trabajar. Si el plan es bueno, dice Jiménez, se verá que en estos nueve meses se ha estado trabajando. Si no lo es, agrega la también ex directora del Centro Nacional de las Artes, entonces podrá afirmarse que se ha perdido el tiempo.

Aunque Pagés y Jiménez evaden hacer una evaluación de la gestión de Vela, la legisladora señala:

“No digo que sea tarde, pero creo que todas las áreas de gobiernos deberían de haber llegado, desde el principio del sexenio, cuando menos con una propuesta inicial, que no existió, no se vio.”

“¿Qué gobierno va a informar?”

Antes que nada, Paco Ignacio Taibo II aclara respecto al concepto de informe de gobierno: “Empecemos desde el principio: qué gobierno va a informar. Sigo siendo de los que piensan que no tengo ninguna razón ni motivo para reconocer como gobierno a los impostores esos”.

Y de la gestión de Sergio Vela al frente del CNCA, dice:

“Me da la sensación, aclaro, la sensación, de que se transfiere desde el poder hasta el subpoder, que sería la dirección del CNCA, el absoluto desinterés por parte de los panistas por la cultura. Intentan crear equipos remendando, porque no tienen cuadros.”

Para el escritor, el equipo actual es “un reciclado muy divertido”: una mezcla de “pirruris”, funcionarios del viejo régimen (“caterva de seudo intelectuales chafas que andan buscando empleo eternamente y arrimándose al poder, ya desde la época de Salinas”) y funcionarios profesionales “algunos buenos y otros mediocres”.

Según el autor de Pancho Villa: una biografía narrativa, ellos tratan de desmarcarse de los “delirios faraónicos foxistas” en materia de cultura, del intento de gravar con el IVA a los libros y del “elefante blanco” de la megabiblioteca Vasconcelos.

“Esta nueva administración trata de separarse de la maestra de ceremonias ‘culta’ de Fox (Sari Bermúdez). Pero separarse de eso significa tener un proyecto, y no lo tienen. Entonces, qué ocurre: pues hay inercia. Y las inercias en este país son malignas, porque es la inercia de un Estado donde lo que predomina es la visión de la apariencia.”

Aunque reconoce el trabajo de algunos funcionarios, como el de Raúl Zorrilla y el de Imelda Martorell en el área editorial y la promoción de la literatura (“a una le dieron cuello y al otro lo sacaron”), expone:

“En resumen, ¿van a anunciar el desastre? No, porque no tienen huevos. Pero, además, en el país de las simulaciones, tú no anuncias un desastre. Tratas de taparlo. ¿Cuál es el balance posible? Inacción, inercias negativas, caos, falta de proyecto.”

No se considera a la cultura como factor clave

Para el antropólogo y jurista Bolfy Cottom, existen dos circunstancias muy claras:

“La primera: hay una ausencia de política cultural a nivel federal. Si existiera implicaría tener claro un proyecto de nación. E implicaría la transversalidad respecto de la prioridad que tendría la cultura con las demás dependencias de la administración pública.

“Tendría que haber un proyecto claro de impulso a la cultura de parte del gobierno federal, el cual buscaría la coordinación y la participación de los otros poderes. Pero la cultura, en este momento, en estricto sentido, no es una razón de Estado.”

La segunda circunstancia, completa, es que hay una “continuidad disfrazada” de las acciones que se llevaron a cabo en el sexenio anterior.

“Por ejemplo, en lugar de una razón de Estado en torno al patrimonio cultural, hay una razón económica, la intencionalidad de ‘turistizar’ y el descobijamiento presupuestal de las instituciones de cultura”.

Argumenta y dice que esa tendencia de continuidad de las “acciones u ocurrencias” del sexenio pasado, son muy claras, y toma otro ejemplo. “No se ha resuelto claramente el asunto de la megabiblioteca: disfrazadamente, con mucho sigilo, ese proyecto ha sido un verdadero fracaso y no se atreven a decirlo así. Y el haberla cerrado implica una ‘legitimación’ de todas esas acciones”.

Bolfy Cottom destaca también que la investigación académica o científica en materia cultural está por los suelos. “Sólo excepcionalmente los proyectos tienen presupuesto, pero no interesa el apoyo a la investigación científica que posicione a la cultura como una razón de Estado”.

Considera que, si se analizan rubros específicos, como la parte artística, la de fomento a creadores, la que tiene que ver con el impulso a nuevos proyectos o programas que involucren a grupos sociales, se observa que “están prácticamente muertos”.

También recuerda que no se ha anunciado el Programa Nacional de Cultura para el sexenio, pese a una serie de consultas y foros, “en la que, por cierto, fueron marginadas muchas voces críticas que plantean visiones alternativas de lo que tendría que ser la política de cultura”.

De fondo, afirma, se percibe “un desdén por un giro que sirva para posicionar otra vez a la cultura como una manera de buscar la cohesión social en el país”. Y no les costaría mucho trabajo, agrega, pues “bastaría con que se pusieran a estudiar lo que ya se ha propuesto en múltiples ocasiones”.

Por ejemplo: “Se ha planteado que no basta con haberse establecido a nivel constitucional la multiculturalidad, la diversidad cultural del país. Hacen falta programas, proyectos, más institucionalidad para que eso tenga vida”.

Sigue el saqueo del patrimonio cultural

En cuanto al patrimonio cultural, Cottom recuerda que muchas veces se ha dicho que, si no hay registros, catálogos e inversión presupuestal de parte del Estado para preservarlo, protegerlo, investigarlo y salvarlo del abandono, poco se puede avanzar. “Por ello continúa el saqueo, el tráfico clandestino”. La protección del patrimonio cultural, resume, “no es política de Estado”.

Dice que las instituciones culturales están trabajando solas. “No interesa al gobierno, a la Secretaría de Educación Pública, que es la cabeza del sector al que pertenece el subsector cultura. Están en una orfandad terrible”.

Hace una evaluación poco alentadora del INAH, encargado de proteger el patrimonio cultural y dirigido por Alfonso de Maria y Campos, nombrado directamente por Felipe Calderón, y del INBA, dirigido por Teresa Franco, quien de manera controvertida también dirigió el primer instituto durante la gestión de Ernesto Zedillo.

“Es muy triste cómo se ha venido abajo la conducción del INAH: no hay rumbo, no hay proyecto. Ni siquiera se ha planteado qué idea y proyecto de institución tienen, cuáles son sus prioridades, qué van a impulsar. Puede alegarse en su favor que cesaron una serie de persecuciones, hostigamientos y abandono de proyectos que buscaban impulsar la vida académica de la institución.

“Pero eso no sirve para nada porque hay un enorme desconocimiento e ignorancia de lo que es la institución, no tienen idea. Pareciera que no les interesa la institución y que el afán es tratar de que muera por inanición.”

“¡Ya desháganse de la maldición foxista!”

Para el diputado José Alfonso Suárez del Real, los desaciertos de la administración cultural de Vicente Fox resultaron “un lastre” para el despegue de la gestión de Sergio Vela, el cual no se ha dado.

“Y esto está siendo reconocido por el propio secretario técnico B del CNCA (Javier González Rubio), lo que da la razón a las denuncias y señalamientos de mis compañeros de la Legislatura pasada y de la actual, hechas de una manera serena y responsable.”

Para este primero de septiembre, dice, “no hay nada que informar más que reconocer el peso de los desaciertos y de la terrible administración foxista en materia de cultura. Ese peso ha inhibido que el CNCA actual pueda despegar, y eso es muy grave. Estoy pensando positivamente y con base en lo que el propio Javier González Rubio ha reconocido”.

Y Suárez del Real se pregunta: “¿De qué tamaño será el marasmo, el descontrol y el desasosiego producto de la administración anterior, que ni aún la esperanza de reconstruir permitió que la actual avanzara, que hiciera algo?

“No hay nada, nada que informar en relación con la cultura. Y, tomando en cuenta lo que ellos dicen, ¿entonces es herencia del foxismo? ¿La maldición de Fox sobre la cultura?”

–¿Cuál sería el aspecto más preocupante? ¿El llamado subejercicio presupuestal de 24 por ciento a junio pasado?

–Para mí es la falta de un proyecto de cultura, de una política cultural que, por razones lógicas, se agrava ante la falta de un desempeño del gasto dentro de los indicios de la normalidad.

–¿Cómo se podría diseñar este proyecto de cultura?

–Pues no como ellos lo hicieron: mediante una serie de reuniones en las que nada más fueron unos cuantos a presentar sus propuestas. La cultura se diseña con la gente, con la participación de todos los sectores, incluyendo el más importante: los espectadores y los beneficiarios de los proyectos.

Afirma que ha faltado un verdadero debate público, “en el que se tome en cuenta el derecho del espectador, el estudiante, el participante, el ejecutante, de los investigadores, los legisladores. Todos hacemos la cultura, no una camarilla solamente”.

Al final, Suárez del Real hace un llamado al CNCA encabezado por Sergio Vela: “¡Por favor, ya desháganse de la maldición foxista contra la cultura!”

 
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