Usted está aquí: sábado 1 de septiembre de 2007 Cultura La música clásica cubana

La música clásica cubana

Pablo Espinosa

En los anaqueles de novedades discográficas se despliega con denuedo una auténtica catarata de música cubana, álbumes variopintos de los cuales hemos glosado algunas joyas en el Disquero.

Presentamos ahora una serie hilvanada a manera de juego de abalorios en distintos tonos, atmósferas, ritmos y temperamentos. Editada por jm distribuidores, en colaboración con la disquera cubana Egrem y otras firmas, ofrece desde portadas coloridas opciones distintas para el degustador de la música clásica cubana.

Por ejemplo, el volumen titulado Cuba party reúne en su tapa a una dama que es leyenda viviente, Omara Portuondo, y dos caballeros que son guerreros que ya trascendieron a otros ámbitos, Ibrahim Ferrer y Compay Segundo. Es una auténtica fiesta este recorrido por distintos rumbos de la rumba. Además de los nombrados, destaca la intensa jiribilla de la Orquesta Aragón, la voz de Celina González y una colaboración de Pablo Milanés con Compay Segundo.

En tanto, el álbum titulado Boleros inigualables presenta a Chucho Valdés con Irakere en un entrecruzamiento de boleros cubanos con mexicanos y de otros lares, para culminar con un tango.

Con el fraseo característico de la maestría del pianista Valdés, los arreglos se las arreglan prosódicamente con las distintas lecturas a clásicos del tesoro bolerístico internacional.

En este aggiornamento tenaz, se confirma de nuevo que el bolero es un género musical exquisito, que reúne influencias del bambuco, alguna música colombiana, la intensidad caribeña, entre otros elementos, pero que es en realidad un gran regalo de Cuba para la humanidad.

 
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