Usted está aquí: lunes 3 de septiembre de 2007 Sociedad y Justicia Negocios millonarios incuban el interés por atacar cambio climático

Se lucrará con transferencia de tecnologías y financiamiento a los países en desarrollo

Negocios millonarios incuban el interés por atacar cambio climático

Naciones pobres requerirán en 2030 unos 200 mil millones de dólares, señala órgano de la ONU

Angélica Enciso (Enviada)

Ampliar la imagen Especialistas apremian a gobiernos a adoptar medidas para frenar los efectos del calentamiento global. En la imagen, un iceberg en Groenlandia, donde se realizan estudios sobre el fenómeno Especialistas apremian a gobiernos a adoptar medidas para frenar los efectos del calentamiento global. En la imagen, un iceberg en Groenlandia, donde se realizan estudios sobre el fenómeno Foto: Reuters

Viena. Ante los daños ambientales que provoca el cambio climático, el interés de los países desarrollados por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) surge de la oportunidad de realizar inversiones, que se dará con la transferencia de tecnologías, el financiamiento para la mitigación de los efectos del problema y la expansión de los llamados mercados de carbono.

Evaluaciones preliminares señalan que en 2030 las necesidades financieras serán de unos 200 mil millones de dólares, sobre todo en las naciones en desarrollo, se dio a conocer en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCC, por sus siglas en inglés).

La atención de los gobiernos desarrollados a ese problema mundial se acrecentó a partir de la advertencia hecha el año pasado en el Informe Stern sobre las pérdidas económicas que el fenómeno ocasionará, estimadas en 20 por ciento del producto interno bruto (PIB) mundial. También han incidido los tres reportes presentados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) –en noviembre presentará el cuarto–, en los cuales advierte, entre otros cosas, que de seguir las emisiones de GEI la temperatura se elevará entre 1.8 y 4 grados centígrados este siglo, lo cual tendrá severas consecuencias ambientales y económicas.

Así, la Unión Europea se impuso la meta de reducir 20 por ciento sus emisiones de GEI en 2020 y crear energías más limpias como alternativa al uso de combustibles fósiles. En conjunto, las naciones más industrializadas, especialmente Estados Unidos, China e India –estas últimas en vías de desarrollo– suman 85 por ciento de emisiones globales. Estos países concentran 70 por ciento de la población mundial y generan 85 por ciento del PIB global.

Ante ese panorama, la UNFCC advirtió que en 2030 la inversión para que las emisiones de GEI retrocedan a los índices actuales será de entre 0.3 y 0.5 por ciento del PIB mundial, es decir, entre 200 mil millones y 210 mil millones de dólares.

En el informe Análisis de los actuales y posibles flujos financieros y de inversión orientados a preparar una respuesta internacional eficaz y adecuada al cambio climático, presentado a los delegados que participaron en el cuarto diálogo, realizado en esta ciudad del 27 al 31 de agosto, se indica que en los próximos años será necesario hacer cambios significativos en los recursos que se asignan para combatir el fenómeno.

Yvo de Boer, secretario ejecutivo de la UNFCC, al presentar el estudio advirtió que las emisiones de GEI llegarán a su máximo nivel en los próximos 10 o 15 años y deberán reducirse a partir de entonces, hasta 2050, a la mitad respecto de los índices actuales. Dijo que los países industrializados deberán disminuir entre 25 y 40 por ciento esas emisiones después de 2012.

De Boer indicó que para detener el calentamiento global es imprescindible incluir criterios de responsabilidad climática en el flujo de capitales y las inversiones internacionales, que aproximadamente en 86 por ciento están en manos privadas, así como establecer criterios ecológicos.

Sólo en mitigación en el rubro energético deberán efectuarse inversiones anuales por 432 mil millones de dólares para la generación de energía, de los cuales 148 mil millones se necesitan para el cambio de combustibles fósiles a energías renovables, entre las cuales destacan la hidroeléctrica y la nuclear.

De Boer sostuvo que las inversiones necesarias para ayudar a algunos países a enfrentar el cambio climático oscilan entre 28 mil y 67 mil millones de dólares. Esto sería sólo en los rubros de agricultura, bosques, pesquerías y suministro de agua. Recordó que, de acuerdo con el IPCC, en disponibilidad de agua habrá un severo impacto.

Aseveró que habrá problemas en la salud humana, como enfermedades diarreicas, desnutrición y malaria. Para encarar esa situación se requerirán 5 mil millones de dólares. Además, 11 mil millones para realizar adaptaciones en las zonas costeras, por el aumento del nivel del mar.

De Boer consideró que la eficacia energética es el medio más apropiado para reducir los índices de gases de efecto invernadero a corto plazo, por lo que se deberán hacer normas más estrictas para vehículos, fábricas y plantas termoeléctricas que utilizan carbón. De igual forma, adoptar políticas que alienten opciones “más ecológicas”, como focos de bajo consumo.

Consideró que planteando políticas e incentivos adecuados se podrán realizar inversiones adicionales y alcanzar los flujos financieros necesarios. También se podrán optimizar y combinar esquemas, como los mercados de carbono; utilizar los mecanismos financieros de la convención; instaurar políticas nacionales y tener fuentes adicionales de recursos para canalizarlos a acciones contra el cambio climático.

Aseguró que el mercado de carbono, establecido en el Protocolo de Kyoto, ya está jugando un importante rol en el cambio de flujos de inversión, lo cual es indicativo de cuán rápido se puede responder a los cambios de políticas e incentivos. Además, añadió, el mecanismo de desarrollo limpio (MDL) ha significado un impulso para la inversión internacional y doméstica.

El estudio, sostuvo De Boer, tiene como propósito sentar las bases para que los gobiernos elaboren estrategias de largo plazo contra el cambio climático y establecer más medidas de mitigación, que podrían constituir inversiones atractivas y expandir los mecanismos de mercado para llegar a inversiones por 100 mil millones de dólares al año.

El mercado del cambio climático

El Protocolo de Kyoto, que entró en vigor en 2005, fijó el compromiso de los países desarrollados de reducir sus emisiones 5.2 por ciento, considerando lo que emitían en 1990, y para ello creó mecanismos de flexibilidad. Se trata de tres instrumentos de mercado, que son la implementación conjunta, la cual permite que una nación desarrollada emprenda proyectos de reducción o captura de emisiones en otro país; comercio de emisiones, que define el negocio de los permisos de emisiones, y el mecanismo de desarrollo limpio, el cual favorece que las naciones en vías de crecimiento vendan reducciones certificadas de emisiones.

Ese mercado, que comenzó a tener auge en 2003, registró un drástico crecimiento en sólo un año, ya que, de acuerdo con Karan Caooper, experto del Banco Mundial, el valor global de los mercados de carbono en 2006 fue de 30 mil millones de dólares, lo que representa casi tres veces más que en 2005, cuando fue de 11 mil millones de dólares.

Indicó que la Unión Europea cubrió en 2006 un mercado de 24.4 mil millones de dólares, y un año antes fue de 7.9 mil millones.

En relación con los países que participan en el MDL, China cuenta con 61 por ciento de los proyectos, mientras América Latina apenas tiene 6 por ciento, excluyendo a Brasil, que cuenta con 4 por ciento del mercado. Entre 2002 y 2006 los proyectos de MDL han ido creciendo, y actualmente suman 7 mil 800 millones de dólares.

Las perspectivas de mercado para el periodo 2008-2012 son de mil 140 millones de toneladas de bióxido de carbono, de las cuales los países de la Unión Europea podrán negociar 450 millones de toneladas.

Hasta ahora hay 765 proyectos registrados para “atender” mil 600 millones de toneladas de bióxido de carbono. México participa con 78 planes. Para 2012, las previsiones son que en el mundo podrían llegar a capturarse 2 mil 200 millones de toneladas de CO2, principal gas de efecto invernadero.

 
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