Número 134 | Jueves 6 de septiembre de 2007
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus


Alerta ante un posible retroceso en la educación laica


La educación laica es un derecho constitucional que garantiza que las personas puedan elegir libremente en qué creer o no creer, sin presiones ni condicionamientos y con el mayor nivel posible de información. Ésta es fundamental porque genera los cimientos para la convivencia humana basada en la libertad de conciencia y el consecuente respeto de muchas otras libertades modernas, como la libertad de expresión, de cátedra, de pensamiento y principalmente de creencias y de culto.1

Sin embargo la educación laica en México se ha visto amenazada por diversos fundamentalismos que pretenden imponer verdades absolutas ante los derechos y la vida de las personas. Basta recurrir a la memoria histórica para dar algunos ejemplos:

En los años treinta, la Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) se opuso a la educación sexual, a la educación laica y a la educación mixta de niños y niñas.

En 1974, los grupos derechistas organizaron quemas públicas de libros en ciudades como Monterrey, San Luis Potosí y Aguascalientes. Como resultado de esta presión ejercida en alianza entre la UNPF y la jerarquía católica, en la segunda edición del libro de Ciencias Naturales para secundaria, entregada para el ciclo escolar 1975-1976, los dibujos donde un niño y una niña aparecían desnudos tuvieron que ser cubiertos con trajes de baño.

En 1998, la SEP incluyó el nuevo material de educación sexual en los libros de quinto grado, lo cual provocó nuevamente la inconformidad de la UNPF y propusieron que la materia fuera optativa. Por su parte, el entonces secretario ejecutivo de la Comisión Episcopal de Educación, Edmundo Morales, consideró “inapropiado” incorporar esos contenidos “en un sector que difícilmente podría entender la educación sexual aunque les resultara atractivo por su edad”.

Nuevamente, al inicio de este ciclo escolar 2007-2008, presenciamos el intento de incorporar argumentos basados en principios religiosos en las políticas públicas educativas: tal es el caso de la Coalición para la Participación Social en Educación (Copase), que intenta frenar la distribución y el uso de los libros de texto Ciencias I y Biología de nivel secundaria, arguyendo que son tendenciosos y deficientes al promover el inicio temprano de la actividad sexual. Tales afirmaciones han sido objetadas por estudios científicos de la Family Health International Network que demuestran que el conocimiento y la información hacen que las y los jóvenes retarden el inicio de sus relaciones sexuales.

Ante embates de esta naturaleza es necesario que el gobierno esté alerta para no permitir que se vulnere el Estado laico. Al mismo tiempo debe continuar un proceso de laicización que permita eliminar los resquicios religiosos que todavía intentan influir en la vida política, jurídica, educativa y cultural para adoptar argumentos cívicos secularizados, independientemente de las creencias de cada persona.

Por ello es importante promover una Educación Sexual Integral (ESI) que permita a las jóvenes y los jóvenes contar con una gama de opciones en el ejercicio de su sexualidad que les permita tomar decisiones asertivas. Los fundamentos básicos de esta educación deben ser:

a) Una explicación científica de la sexualidad: que comprende las dimensiones biológica, social y psicológica de la sexualidad.

b) La perspectiva de género: herramienta para comprender y explicar cómo las diferencias sexuales devienen en desigualdades sociales.

c) Los derechos sexuales y reproductivos en el marco de los derechos humanos: es preciso distinguir el conocimiento y ejercicio de la sexualidad como un derecho.

d) El fortalecimiento de la dimensión ética de la sexualidad en los jóvenes nutrida de dos principios centrales: Libertad y Responsabilidad, Libertad para decidir y Responsabilidad para ejercer.

Intentar frenar la distribución de los libros de texto es violar el derecho humano de las y los jóvenes al acceso de una información amplia, veraz y oportuna. Cabe mencionar que dichos libros cuentan con el aval de las comunidades científica y académica, así como de la Asociación Mundial para la Salud Sexual, la cual los ha revisado y ha dado su apoyo a la iniciativa de mejorar los contenidos de acuerdo con bases científicas y éticas que beneficien a la comunidad estudiantil. Las sociedades democráticas deben salvaguardar la educación laica por encima de las creencias religiosas.