Número 134 | Jueves 6 de septiembre de 2007
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus

Entrevista con Douglas Kirby
La educación sexual no apresura
la iniciación adolescente

Por Fernando Mino

En medio del debate sobre la educación sexual y su descalificación por grupos de derecha, la evidencia científica permite centrarse en lo esencial: ¿cuáles son los programas realmente eficaces para proteger la salud sexual y reproductiva de las y los jóvenes? En entrevista con Letra S, el investigador Douglas Kirby, miembro de la Junta directiva de la campaña estadunidense de prevención de los embarazos en adolescentes, quien tiene más de 22 años de experiencia en el estudio de las conductas sexuales de los adolescentes, habla sobre el tema y destaca: “Muchos programas de educación sexual pueden tener un efecto positivo en adolescentes, al retrasar la iniciación y también al incrementar el uso del condón. No se trata de escoger entre abstinencia y condones: podemos tomar los dos modelos”. Kirby sabe de lo que habla, una de sus investigaciones, publicada en el número de noviembre de la revista Journal of Adolescent Health, evalúa 83 estudios sobre educación sexual en 28 países, incluido México. A continuación, parte de la charla.

¿Abstinencia o condón, cuál es la mejor
opción para los jóvenes?
Contamos con muchos estudios que demuestran
que hacer énfasis en no tener sexo es la mejor alternativa, el mejor comportamiento, el más seguro, sin dejar por ello de promover el uso del condón y de los anticonceptivos para quienes sí tienen sexo. Estos programas no incrementan la actividad sexual y casi la mitad llega inclusive a retrasar el inicio de la vida sexual o a disminuir el número de parejas sexuales o la frecuencia del sexo. También pueden favorecer el uso del condón y de los
anticonceptivos.

¿Cuáles son los resultados de los programas basados sólo en la abstinencia?
Hasta el momento no hay evidencia alguna de que dichos programas restrictivos retrasen la iniciación sexual. Tampoco han sido muy efectivos. Ha habido sólo unos cuantos estudios de esos programas en el mundo, la mayoría en los Estados Unidos, y en realidad no han sido efectivos.

¿Cuál sería el modelo ideal de programa que podría enseñarse a los jóvenes en las escuelas?
Depende de cuáles sean los objetivos. Si los propósitos del programa son reducir los embarazos no deseados y las infecciones sexualmente transmisibles, incluido el VIH, entonces los programas deberían hacer énfasis en la abstinencia y en el uso de los condones, y en tener una sola pareja, no encuentros casuales. Deben hacer énfasis en no tener dos parejas al mismo tiempo. No hablo de que esto suceda durante la misma noche, sino de que un hombre tenga sexo con su novia y una semana después tenga un encuentro casual, para una semana más tarde tener sexo de nuevo con su novia. Transitar de una pareja a otra se vuelve algo peligroso. Los programas deben hacer énfasis en la abstinencia, la fidelidad y el uso del condón. Hay una fuerte evidencia de que hablarles de condones no incrementa su actividad sexual.

¿Qué país podría ser visto como modelo en materia de educación sexual?
Es una pregunta difícil de contestar. Muchos países de Europa occidental, como Francia, Holanda, España, Italia, etcétera, muestraníndices muy bajos de embarazos adolescentes y bastante bajos de infecciones de transmisión sexual entre la gente joven. Pero esto se debe a muchos factores. Posiblemente se trate de los programas educativos, pero hay también otras causas. Sin embargo surge otro problema: lo que funciona en un país pudiera no funcionar en otro.

Los programas que son efectivos suelen mostrar ciertas características, como por ejemplo un mensaje muy claro acerca del comportamiento sexual. No dicen ‘aquí está la información y los pros y contras para tener sexo o usar condones, decida usted lo que es correcto’. No dicen eso en absoluto. Lo que ofrecen, en cambio, es un mensaje muy claro: debe evitarse siempre el sexo sin protección.
La abstinencia es el mejor comportamiento, sin duda, pero si uno tiene sexo siempre se debe utilizar el condón.

¿Cómo se abordan estos temas en programas dirigidos a adolescentes que no han iniciado su vida sexual?
En el caso de adolescentes muy jóvenes se hace un énfasis mayor en el tema de la abstinencia; con adolescentes más grandes, quienes probablemente ya tengan sexo, se sigue enfatizando la abstinencia, pero se habla más de condones. Se elaboran así mensajes más acordes con la edad y experiencia sexual de cada joven y se crean actividades interactivas. En lugar de sólo dar cátedra a los estudiantes, se les impulsa a participar en juegos, contestar preguntas, experimentar con el juego de roles. Por ejemplo, dos estudiantes, frente a frente, leen cada uno una hoja de papel; el joven trata de convencer a la muchacha para que tengan sexo, le lee algo con ese propósito, y ella le lee otra cosa en el sentido de no tener sexo. Habla del sexo que no quiere tener y con ello practica las formas de decir ‘no’, o cómo identificar las situaciones que pudieran conducir al sexo, o cómo evitarlas o salir de ellas.

¿Cuál es la edad indicada para empezar
a hablar de sexualidad a los jóvenes?

Posiblemente poco antes de que muchos estudiantes comiencen a tener sexo. Si empiezan a los 15 o 16 años, les hablaría uno o dos años antes de esa edad. Y cuando 10 o 15 por ciento de esos estudiantes hayan empezado a tener sexo, les hablaría entonces de la abstinencia, las fidelidad en pareja y el uso del condón.

¿Hablar de masturbación a los adolescentes es una buena estrategia preventiva?
En varios países algunas escuelas hablan de la masturbación, pero no conozco ningún estudio que haya medido el impacto de la masturbación sobre el comportamiento sexual.

Algunas personas piensan que si se habla de masturbación en las escuelas, los jóvenes recurrirán a esa práctica en lugar de buscar una pareja sexual. Pero hay también gente que piensa que si se habla del tema habrá más gente joven masturbándose y entonces habrá más sexo. No lo sabemos.

¿Mencionar en las escuelas la homosexualidad equivaldría a promoverla?
Yo diría que no, pero no tenemos buenas investigaciones al respecto. Es claro, sin embargo, que si reconocemos la diversidad sexual o la homosexualidad, eso no hará que la gente joven se vuelva homosexual. La homosexualidad es algo con lo que probablemente nace alguna gente, o que se determina en una etapa temprana de sus vidas, pero mencionarla no tiene consecuencia alguna sobre los jóvenes. Es una cuestión mucho más profunda y complicada. No creo que haya problema al enseñar sobre el tema en la escuela, excepto políticamente, por las molestias que para algunas personas representa.

Si de acuerdo con la tradición católica,
el sexo es un pecado, ¿mostrar el sexo
como algo malo podría contribuir a
retrasar la edad del inicio sexual?

En algunos países eso podría parecer algo efectivo, pero también lo es que los jóvenes vayan a casa y hablen con sus padres, y les pregunten sobre sus valores y creencias, sobre el sexo, los condones y la contracepción. Eso puede ayudar a que los jóvenes entiendan algo más de los valores de sus padres. Los padres también podrían entender que la educación sexual en las escuelas no va en contra suya sino que sirve para facilitar la comunicación con sus propios hijos.

No creo que se deba decir a los jóvenes que el sexo es pecado. Ayuda en cambio decirles que la abstinencia es la opción más segura. Hay una diferencia entre sexo seguro y pecado, y si alguien en un país cree que paraél el sexo es pecado y lo acepta, eso puede también ayudarle. Sin embargo, en México y en otros países mucha gente joven tiene sexo y no cree que eso sea pecado, o tienen sexo creyendo que es pecado y a pesar de ello lo siguen teniendo.

En uno de sus estudios, en el que
evalúa investigaciones sobre educación
en sexualidad, habla sobre México,
¿qué puede decirnos al respecto?

Uno de los estudios analizados, por cierto no el mejor, se realizó en Tijuana con varios cientos de estudiantes y contribuyó a que retrasaran su inicio sexual. Otro estudio, más interesante, se llevó a cabo en Morelos en cuarenta escuelas secundarias públicas. Se dividieron al azar tres grupos. En dos de ellos se promovía el uso del condón y en un tercero se hablaba, además de los condones, de la contracepción de emergencia. La experiencia fue interesante. Se descubrió que en general no había un incremento en el uso del condón, dado que la mayoría de los jóvenes en México no usan el condón con su novio o novia, o sea con su pareja romántica, y sí tienden a usarlo con sus
encuentros casuales. Y ante la pregunta de si utilizaban el condón con la pareja o con los encuentros casuales, se verificó un aumento importante en el segundo caso. Este resultado era consistente con lo que descubrí en otros estudios en otros países.

Douglas Kirby

Hablar de sexualidad a los adolescentes no los incita a tener sexo. No se trata de una opinión, sino del resultado de múltiples investigaciones alrededor del mundo. En esta entrevista, el investigador estadunidense Douglas Kirby, especialista en sexualidad de las y los jóvenes, habla del condón y de abstinencia, estrategias que deben ir juntas para ser eficaces.