Número 134 | Jueves 6 de septiembre de 2007
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Director: Alejandro Brito Lemus

NotieSe

MANUEL DE SEXO SEGURO
¿Y cómo le hago para no hacerlo?

Ser adolescente es tener las hormonas a tope, excitarse con cualquier roce y sentir que cada enamoramiento es el definitivo. Es muy fácil dejarse llevar y hacer cosas para las que no se está preparado si no se cuenta con la información adecuada. Como tener sexo. Pero aguantarse tampoco es fácil. Por qué no jugar
un poco para darle la vuelta a los riesgos.


Por Redacción

Cuando dos adolescentes se enamoran el mundo tiembla. Todo es bello, romántico, cachondo y apasionado. Cualquier rincón es bueno para estar juntos. Solos con sus deseos, pero también con los riesgos agazapados tras sus hormonas. Un embarazo no deseado o una infección de transmisión sexual pueden ser las indeseables consecuencias, si no se toman las debidas precauciones.

Por supuesto, la mejor opción y la recomendación básica es “no lo hagan” (es lo que recomendarían tus padres si les preguntaras). Como dirían algunos vigilantes de la moral, “la abstención es el único método 100 por ciento seguro para prevenir las infecciones de transmisión sexual y los embarazos”. Es verdad, pero qué lejano suena el sermón después de sentir cómo todo el cuerpo se alborota al mirar al elegido o a la elegida. Y cuando las ganas son correspondidas, más vale empezar a pensar cómo le van a hacer.

Y no sólo es esquivar a los padres para quedarse solos. Eso es muy sencillo frente a lo que sigue. Ya están los dos frente a frente sin obstáculos de por medio, en medio de la penumbra de una habitación. Tras el primer beso viene la angustia: ¿Te avientas o no te avientas? Te “abstienes” o tienes relaciones sexuales. Eliges la protección total o el riesgo. Qué difícil. ¿No hay algo así como un sustituto, como un orgasmo sin riesgos? A decir verdad, sí.

Los “juegos sexuales” pueden ser una excelente opción. Nada del otro mundo. Se trata del clásico faje o cachondeo. Una práctica que permite desfogar las ganas que se acumulan en tu cuerpo, sin el riesgo de intercambiar fluidos. ¿Pero es sexo? Por supuesto que lo es, cuando los cuerpos se involucran para sentir placer, el sexo está presente. Hay quienes afirman que la piel es el “órgano” sexual más importante. Lo único que no hay es un coito, por eso le llaman sexo sin penetración.

El sexo sin penetración es 100 por ciento libre de riesgos y es apropiado tanto para los adolescentes como para las personas mayores, sean personas solteras o en pareja, heterosexuales, gays, lesbianas, bisexuales o cualquier otra preferencia. Por eso se le llama sexo seguro.

Para abrir boca, el beso
Besarse intensamente y durante largo rato es una forma magnífica de sentirse involucrado y sumido en el placer sin llegar más allá de lo que uno quiere. Se puede besar con los labios cerrados y también “a la francesa”, con la boca abierta y usando la lengua. Y no sólo se usan los labios. Piensa en la cercanía, el aroma, la textura del cabello y de la piel. La sensación toda de abrazar al “amor de tu vida” (o del día, según sea el caso). Una buena sesión de besos enciende, pero también libera los deseos en forma segura. No por nada todo el mundo lo hace, sin que (casi) nadie se dé por ofendido.

Besar a alguien por primera vez puede resultar atemorizante y muchas personas se ponen nerviosas en esa situación. La verdad es que la primera vez puede sentirse raro —casi todos se sienten así en algún momento. Por eso, en el momento de besarse o de participar en algún otro juego sexual, es importante estar lo más relajados posible.

Tocarse no hace daño

El autoerotismo es otra gran opción para darse placer sin riesgos. Tu cuerpo es la carrocería que te acompañará toda la vida, qué mejor manera de sacarle el mejor provecho que conocerlo. Cada persona tiene puntos de placer distintos —y no sólo en los genitales— que están listos para ser descubiertos por una mano cuidadosa.

La masturbación (la estimulación de los genitales) tiene —para muchos— mala fama, aunque buenos, y plancenteros, resultados. En el pasado, algunas personas pensaban que “hacerse el amor a uno mismo” provocaba ceguera, esterilidad, pelos en las manos y varias patrañas más. En realidad, la masturbación es la forma más segura y común de vivir la sexualidad y de disfrutar de un orgasmo.

Y no siempre tiene que practicarse en soledad: observarse mutuamente durante la masturbación puede ser muy excitante y es una forma de conocer las preferencias de nuestra pareja. Una buena idea para pasar el tiempo a solas, una vez que han logrado esquivar la vigilancia. Sexo, orgasmos incluidos, sin riesgos.

Sexo sin penetración
Por lo general, “sexo sin penetración” significa juegos sexuales sin penetración vaginal o anal. Según las preferencias personales puede incluir besos, masajes, masturbación, fricción de cuerpos (frotarse juntos), compartir fantasías —que incluyen sexo cibernético y sexo telefónico—, etcétera. Las ventajas del sexo sin penetración incluyen:

Sexo seguro. La penetración vaginal y anal sin la protección de un condón son actividades que conllevan el riesgo de transmisión de infecciones por vía sexual, como por ejemplo el VIH/sida y el virus del papiloma humano. Evitarlas elimina el riesgo de infección. El sexo oral (la estimulación de los genitales con la boca) tiene cierto riesgo, aunque bastante menor.

Anticoncepción. En tanto el semen o los fluidos liberados en la preeyaculación no ingresen en la vagina, el sexo sin penetración no implica riesgo de embarazo.

Alivio psicológico. A muchas y muchos jóvenes el inicio de su vida sexual les provoca angustia o culpa. Estar preparado es cuestión de tiempo. El sexo sin penetración puede aliviar la presión de sentir que tienes que mantener relaciones sexuales.

Satisfacción sexual. El sexo sin penetración puede aumentar la intimidad y ayudar a la mujer a alcanzar el orgasmo. (En general, los hombres no tienen que preocuparse por alcanzar el orgasmo, pero el sexo sin penetra ción puede ayudarlos a tomarse las cosas con más calma y a disfrutar más de la relación y del contacto: en el sexo no todo es el pene.)

Piensa qué tipo de juegos sexuales te parecen bien (o no) y conversa con tu pareja acerca de tus preferencias. Decir lo que queremos y lo que nos gusta (o nos disgusta) es parte del aprendizaje. Hablarlo puede ser un poco difícil, pero vale la pena y a la larga te enseñará a tener una vida sexual más placentera y responsable. Trata de hablarlo antes de empezar el faje. Recuerda que es más difícil poner límites cuando se está en medio de una situación intensa y apasionada.

¿Y si ya no me aguanto?
Pensándolo bien, sí hay un riesgo importante al practicar sexo seguro: dejarse llevar. Todavía muchos piensan que estos juegos no son más que preámbulos para lo que realmente importa, el coito. No es así, disfrutar nuestro cuerpo y el de nuestra pareja es parte de la comunicación y crecimiento mutuos.

Pero cuando la pasión crece, es fácil ceder y uno puede terminar teniendo relaciones sin protección. Más vale tener condones a mano. Algunas personas disfrutan del sexo sin penetración con condones. Y si llega el caso de tener relaciones sexuales vaginales o anales, estarán preparados. Lo primordial es estar seguros de que el semen y los fluidos preeyaculatorios no ingresen en la vagina o el ano.

Todo tipo de contacto genital, ano-genital, oral-genital u oral-anal puede transmitir infecciones. Chupar el pene es una práctica segura si no hay eyaculación, pero si se desea eliminar todo riesgo se recomienda usar condón. La chava puede pedirle a su pareja que coloque contra su vulva un condón abierto, un plástico delgado (del que suele usarse en la cocina) antes de demostrar sus habilidades con la lengua. Colocar el látex sobre el ano también puede ayudar a reducir los riesgos durante el sexo oral anal.

Si ya decidiste que el coito es lo tuyo
La estimulación sexual es como el sexo sin penetración pero con expectativas de llegar a relaciones sexuales con penetración. En otras palabras, por lo general, la estimulación sexual es el juego sexual que lleva a las relaciones sexuales o a la penetración.

La estimulación sexual puede aumentar la excitación de la mujer y provocar la producción de fluidos vaginales conocidos como lubricación. Esta lubricación natural es fundamental para que la mujer sienta placer. Sin lubricación, las relaciones sexuales pueden ser dolorosas. Aun con estimulación sexual, a veces la vagina no puede producir suficiente humedad. En ese caso, los lubricantes artificiales pueden ayudar. El aceite perjudica el látex del condón por lo que se recomienda el uso de lubricantes a base de agua cuando se usen condones de látex.

Ante la ausencia de condones, más vale optar por algunas de las opciones de sexo seguro y mantener los fluidos (semen, líquido preeyaculatorio, flujo vaginal) alejados de los genitales o el ano.

Recuerda que el coito interrumpido (penetración vaginal
o anal sin condón en la que el pene se retira instantes antes de la eyaculación) no es una forma segura de prevención de infecciones, ni mucho menos de embarazos.

Los condones pueden usarse en el sexo sin penetración, la estimulación sexual o las relaciones sexuales con penetración. Los chavos a los que no les entusiasma demasiado usar condones, pueden pedirle a su pareja que les ayude a colocarlo como parte del juego sexual. Eso puede ayudarlos a mantener la excitación y la erección.

Recuerda que también están disponibles los condones femeninos, tanto para sexo vaginal —colocado dentro
del vagina— como para sexo anal, introducido en el recto. Pueden dejarse colocados aun cuando el chavo pierda la erección por un rato.

Lo más importante que tengas en mente es que puedes vivir tu sexualidad a tope sin los riesgos relacionados con las relaciones sexuales penetrativas. Pero cualquiera que sea la forma que elijas para hacerlo, que sea una forma segura.

Versión libre del texto de Juliet Eastland “Todo lo que siempre quisiste saber sobre el no hacerlo”, publicado por la página electrónica www.teenwire.com/espanol de la Planned Parenthood Federation of America.

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