Usted está aquí: domingo 9 de septiembre de 2007 Cultura Oralba Castillo refleja influencia de México en la maduración del Che

El país del exilio se presentó en Casa Lamm, institución que rinde homenaje al comandante

Oralba Castillo refleja influencia de México en la maduración del Che

La obra se une a la serie de la autora Mitotes y jolgorios, basada en cantos, bailes y fiestas populares

El guerrillero heroico surgió aquí, luego de que Guevara viera a Fidel, recuerda

Claudia Gómez Haro (Especial para La Jornada)

Oralba Castillo Nájera ha escrito novela, cuento, guión y ensayo. El año pasado apareció Desarmar el silencio que da voz a luchadoras sociales y políticas. En las postrimerías de 2005 fue finalista del concurso Teatro Joven, con La sociedad de las extrañas, un monólogo de Virginia Woolf a quien admira como escritora y mujer.

Mitotes y jolgorios recoge 26 años de experiencia en el Taller de Arte e Ideología (TAI), que nació a la muerte del pintor David Alfaro Siqueiros. En él se estudiaban y promovían las ideas estéticas y políticas del muralista.

En el taller comenzó a hacer performance. Uno de los más significativos fue el de ¡Siqueiros vive!, que se montó en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, también el Conversatorio con el Che, que se hizo en homenaje por el 30 aniversario de la caída del comandante Guevara. Fue así como surgió la idea de dar vida a Mitotes y jolgorios.

–¿Por qué Mitotes y jolgorios?

–Ambos nombres invitan a la fiesta, la celebración, el bullicio y la pachanga. El pueblo mexicano es muy mitotero, sus festividades tradicionales van acompañadas de música, cantos, danza, teatro, gráfica, poesía. En ocasiones con carácter crítico o subversivo. Al respecto, Mitotes y jolgorios retoma elementos de la cultura popular y celebra tradiciones y fechas históricas de nuestro país y América Latina. Los espectáculos retoman música, baile, gráfica, textos, ambientaciones, procurando diversión y reflexión, invitando al público a participar, y lograr, en lo posible, un ambiente de comunidad.

–¿Cuántos mitotes y jolgorios se han realizado?

–Comencé en febrero con la celebración del Día del Amor y la Amistad; en marzo, Primavera juarista, y dimos dos funciones en mayo y junio de ¡Zapata Vive! El 8 de septiembre, presentamos El país del exilio: El Che en México, dentro del homenaje que la Casa Lamm le rinde al comandante Guevara, a 40 años de su asesinato.

“En El país del exilio: El Che en México actúan León Michel, Minerva Valenzuela, Leopoldo Arias, la bailarina Sol Santibáñez y la cantante Guadalupe Revilla, Enrique Cortés, Donald, dirige la obra.”

–¿Por qué el Che en México?

–De las muchas historias apasionantes de la gesta libertaria de Cuba, y en especial del Che Guevara, me interesa recordar el papel que México jugó como retaguardia del Movimiento 26 de julio. En nuestro país se organizó la expedición que llegaría a Cuba y derrotaría al dictador Fulgencio Batista. Es importante recordar que México es reconocido, por muchos exiliados y perseguidos políticos por la solidaridad que les brindó. Nada que ver con las deportaciones recientes, injustas y exprés que han padecido compañeros españoles, catalanes, chilenos, franceses, entre otros, a quienes sin mediar juicio alguno se les envía rumbo a la tortura, la cárcel o la muerte. Entonces había solidaridad, respeto a la territorialidad nacional y a los derechos humanos, que desgraciadamente tiende a desaparecer con los gobiernos neoliberales de derecha. El país del exilio: El Che en México recuerda esos otros tiempos, que a pesar de ser duros e injustos, se movían dentro de los tratados internacionales y las disposiciones constitucionales.

La evolución del guerrillero

“El espectáculo pone acento en la transformación del doctor Ernesto Guevara en el Che, guerrillero heroico, que precisamente se forjó en México, entre los años 1954-1956. Él llegó a nuestra tierra huyendo del golpe de Estado orquestado por la CIA contra el presidente Jacobo Árbenz, en Guatemala, y fue aquí dónde conoció a Fidel Castro y a la red de cubanos, guatemaltecos y mexicanos que organizaron la expedición revolucionaria.

“Guevara arribó a México siendo un joven de 26 años, se ganó la vida como fotógrafo ambulante y trabajó gratuitamente en el Hospital General, pabellón 21 de epidemiología. Tenía sueños de continuar viajando, anhelaba conocer Europa y China, país que admiraba. En Tepozotlán contrajo matrimonio con la peruana Hilda Gadea, con quien tuvo una hija: Hilda Beatriz, su niña mexicana, ya fallecida.

“Hay mucho que decir de la estancia del Che en México y de los compañeros mexicanos que participaron de manera significativa en la revolución cubana. Estas son algunas de las razones para realizar este espectáculo en el que Guevara se transforma en el Che guerrillero, acompañado con música de Silvio Rodríguez, Pablo Milanés, Daniel Viglietti, poesía de Nicolás Guillén, baile, textos, actuación y fotografías que esperamos revivan esos años decisivos para los pueblos de México y Cuba, y nos recuerden el amor y cariño que nos une.”

 
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