Usted está aquí: martes 11 de septiembre de 2007 Política Sacuden a Veracruz cuatro explosiones y una fuga de gas en ductos de Pemex

Nubes de humo aterrorizan a los lugareños; presunto mensaje del EPR en La Antigua

Sacuden a Veracruz cuatro explosiones y una fuga de gas en ductos de Pemex

Los estallidos fueron sincronizados

Más de 24 mil personas debieron ser evacuadas de sus hogares

Andrés T. Morales (Corersponsal)

Ampliar la imagen Vigilancia militar en las cercanías de Omealca, Veracruz Vigilancia militar en las cercanías de Omealca, Veracruz Foto: Ap

Veracruz, Ver., 10 de septiembre. Cuatro explosiones y una fuga de gas en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) sacudieron la madrugada de este lunes la parte central del estado y generaron que cientos de personas huyeran de los sitios siniestrados por temor a nuevas explosiones y a la intoxicación generada por las nubes de gas y humo, mismas que se extendieron varios kilómetros a la redonda de los puntos de los estallidos.

“Vivos se los llevaron y vivos los queremos: EPR”, fue la leyenda escrita que, según comentó a los reporteros personal del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), estaba plasmada en un artefacto recogido por efectivos de la sexta Región Militar en las inmediaciones de la caseta de peaje de La Antigua, en la autopista Veracruz-Cardel-Jalapa. En ese sitio sólo se dio una fuga de gas y no hubo explosión, como en los otros cuatro puntos de los 14 mil kilómetros de ductos de Pemex que corren por territorio veracruzano.

Interrogado a lo largo del día sobre la autoría de los actos de sabotaje –la paraestatal habló en comunicados de prensa de “actos premeditados”–el gobernador Fidel Herrera Beltrán se refirió a la carga encontrada en La Antigua, y aunque no habló de mensajes o del Ejército Popular Revolucionario, señaló que “se encontró un artefacto sin detonar que le dará elementos a los expertos, a los peritos, elementos de carácter técnico para aclarar si estas cargas son similares a las que detonaron en el Bajío ( reivindicadas por el EPR) o si se trata de algo distinto”.

El hallazgo fue revelado por el mismo gobernador, quien en diferentes entrevistas radiofónicas pidió que las fuerzas federales fueran a recoger la carga para poder reabrir la autopista Veracruz-Jalapa.

El mandatario estatal también informó que desde las 2:15 de la madrugada cuerpos policiacos del estado perseguían una camioneta que “fue avistada por lugareños en la zona de La Balastrera, donde se dieron las detonaciones más fuertes, y se habría internado en la parte serrana a través de una carretera nueva que va de Mendoza hacia la sierra. Estamos en espera de noticias, la han visto (la camioneta) en varios sitios y estamos esperando que haya condiciones meteorológicas para que por aire se puedan tener mayores detalles. Esta es una zona de muy difícil acceso, pero es un indicio que se tiene sobre quién o quiénes pudieran haber perpetrado estos eventos simultáneos, coordinados, deliberados”.

Las explosiones sincronizadas, realizadas con técnicas similares, se dieron entre las 0.50 y las 2 de la mañana. Como en ocasiones anteriores, desde que el EPR demandó la presentación de dos de sus militantes, en Petróleos Mexicanos fue detectada una pérdida de presión en seis puntos de diferentes ductos, cinco en Veracruz y uno más en Tlaxcala. La baja presión fue ocasionada por las explosiones en cuatro de los ductos y la fuga en dos más.

Uno de los siniestros, donde se dijo que había un mensaje, se dio en el gasoducto de 48 pulgadas de gas natural Cactus-San Fernando, a la altura del municipio de La Antigua. Ahí sólo se registró un fuga. Los otros cuatro puntos en Veracruz fueron la válvula de seccionamiento en el mismo gasoducto de 48 pulgadas a la altura de Santa Rosa, en el municipio de Actopan; uno más en El Súchil, municipio de Omealca, “donde la explosión fue impresionante”, afirmó el gobernador Fidel Herrera. Ahí las llamas alcanzaron 200 metros de altura y se podían ver a varios kilómetros. Más de dos mil habitantes de los poblados Zapotito, Mata Verde, Hornillos, Juárez, Arroyo de Piedra y Santa Rosa huyeron a los montes cercanos y horas más tarde los militares los trasladaron a refugios.

“La tierra tembló, rugió como un rayo”, relataba tembloroso Andrés López Mendoza, agente municipal de Mata Verde, la comunidad más cercana al sitio del siniestro.

Otra explosión se registró en el cruce conocido como Algodonera, en el ejido El Infiernillo, municipio de Ciudad Mendoza, cercano a La Balastrera, municipio de Nogales, donde se dio un estallido más. En junio de 2003, la ruptura de un oleoducto y un gasoducto provocada por la corriente del río Chiquito generó en La Balastrera una explosión que dejó varias personas fallecidas y unos 80 heridos, muchos de ellos niños que sufrieron quemaduras en 80 y 90 por ciento de su cuerpo, y que a la fecha sufren las secuelas del accidente.

En el corredor Balastrera- Maltrata, 8 mil personas fueron evacuadas y llevadas a diferentes albergues. El alcalde de Nogales, José Marcelo Aguilar, denunció que la ruptura de los ductos que transportaban crudo y gasolinas generó que miles de litros del hidrocarburo alcanzaran el río Chiquito, cuyo caudal, elevado por las recientes lluvias, los arrastró hacia el río Blanco, uno de las principales de la entidad. “Es una enorme mancha oscura que lleva el río y que matará especies de flora y fauna”, advirtió el edil.

Más de 24 mil personas fueron evacuadas por brigadistas y elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional en todos los puntos afectados. Se desalojaron localidades enteras como Ciudad Cardel, amenazada por la fuga de gas natural. Petróleos Mexicanos y el gobierno del estado informaron que los incendios se encuentran controlados y que se extinguirán en la medida en que se consuma el combustible liberado y los remanentes que quedaron tras interrumpir el flujo en los ductos averiados.

El Ejército Mexicano y corporaciones policiacas estatales y municipales evacuaron a los habitantes de la ciudad de Cardel, la cabecera municipal de La Antigua y los poblados José Ingenieros, San Pancho, Playa Oriente, Salmoral y La Pureza. En total, 10 mil lugareños huyeron del lugar, informó el alcalde Daniel Sánchez Hernández.

El gas esparcido también provocó pánico entre cientos de automovilistas, que viraban a la altura de la caseta de peaje para huir de una posible explosión o intoxicación. La Policía Federal Preventiva dispuso de un operativo para desviar el tráfico hacia la carretera federal Veracruz-Tamarindo-Jalapa.La autopista fue reabierta a las 14 horas.

 
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