Usted está aquí: martes 11 de septiembre de 2007 Política Entre accidentes y atentados suman más de mil 800 siniestros en Pemex en siete años

Riesgo continuo para los pobladores de zonas aledañas a sus instalaciones

Entre accidentes y atentados suman más de mil 800 siniestros en Pemex en siete años

Rosa Elvira Vargas

Desde 2000 a la fecha las explosiones en ductos de la empresa paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex), el derrame de hidrocarburos y los accidentes en sus instalaciones en tierra y mar con impacto en el medio ambiente superan los mil 800. Hasta julio pasado, cuando los estallidos fueron provocados deliberadamente y la autoría de los mismos reivindicada por el Ejército Popular Revolucionario (EPR), todos habían sido considerados como eventos circunstanciales.

Los habitantes de zonas aledañas a instalaciones de Pemex saben del riesgo cotidiano que representan, sobre todo por los altos índices de siniestralidad que registran. Incluso las autoridades locales hacen reclamos constantes a la empresa petrolera para que proporcione el adecuado mantenimiento a los ductos que atraviesan sus poblaciones.

Así, en febrero de 2000, cinco alcaldes de la zona norte de Chiapas (Pichucalco, Juárez, Reforma, Sunuapa y Ostuacán), donde Pemex tienen 111 pozos petroleros en explotación, denunciaron la insuficiencia de las labores de mantenimiento y denunciaron que “continuamente hay fugas en los ductos que conducen el petróleo y gas natural”. Las explosiones ocurren, dijeron, porque algunas líneas de distribución están a la intemperie y sobre ellas transitan automóviles y personas.

Ésa ha sido la constante. Reportes de la propia compañía petrolera apuntan que el año pasado se derramaron en instalaciones y ductos de Pemex 25 mil 707 barriles de hidrocarburos líquidos. El 26 por ciento de ese volumen estuvo asociado al robo de gasolina.

Los siniestros

Así, un recuento no exhaustivo de los accidentes ocurridos en instalaciones de Pemex incluye los siguientes: el primero de marzo de 2000, una explosión en la planta de polietilieno de La Cangrejera, en Veracruz, provocó quemaduras a tres obreros.

En 2001, en Tula de Allende, Hidalgo, el 21 de diciembre ocurrió un estallido en la torre fraccionadora de la planta de alquilación de la refinería Miguel Hidalgo, con el resultado de 16 personas lesionadas.

En 2002, un muerto, dos heridos y siete intoxicados fue el saldo de dos explosiones ocurridas en Poza Rica, Veracruz, el 30 de mayo, en el complejo petroquímico Escolín.

En junio de 2003 explotaron dos ductos de Pemex en La Balastrera, del municipio de Nogales; hubo cinco muertos, seis desaparecidos y 50 personas quemadas, entre ellas 11 menores de edad.

El 22 de diciembre de 2004 se incendió la estación de bombeo de Mazumiapan, en el ejido Zapatero del municipio veracruzano de San Andrés Tuxtla. El siniestro desembocó en un derrame de crudo que se presentó en el oleoducto de 30 pulgadas Nuevo Teapa-Poza Rica, localizado en la margen izquierda del río Coatzacoalcos.

El 31 de ese mismo mes hubo un derrame de crudo en Cunduacán, Tabasco, en el oleoducto que transporta aceite crudo del área de trampas de la central de almacenamiento y bombeo de la terminal marítima de Dos Bocas.

Un año especialmente cruento fue 2005. Sobresalen, por su gravedad, los siguientes accidentes: el 26 de enero, un severo derrame en el oleoducto de 30 pulgadas Nuevo Teapa-Poza Rica a la altura de Hueyapan de Ocampo, Veracruz.

El 13 de abril, una fuga de amoniaco en el ducto que va de las instalaciones de Cosoleacaque a la terminal marítima de Pajaritos. El accidente se atribuyó a personal de una empresa contratista de Pemex que realizaba labores de mantenimiento. En esa fecha se reportaron cuatro personas desaparecidas y 10 con lesiones leves.

Un nuevo percance ocurrió el 9 de julio: una fuga con incendio en el gasoducto de Dos Bocas a Cunduacán, Tabasco, en las cercanías con Comalcalco. Una persona murió, 11 resultaron lesionadas y 800 tuvieron que ser desalojadas.

El 13 de ese mismo mes, en Coatzacoalcos, explotó un oleoducto de 36 pulgadas cerca de la terminal marítima de Pajaritos. Hubo dos muertos y daños materiales incuantificables. Para entonces, Pemex contabilizaba, desde 2002, 14 accidentes en sus instalaciones, sólo en el sureste del país.

El 7 de julio de 2006, en la refinería de Pemex en Salina Cruz, Oaxaca, ocurrió una explosión cuando trabajadores realizaban trabajos de reparación y mantenimiento. Sólo hubo heridos leves.

En octubre de ese año ocurrió una explosión en el buquetanque Quetzalcóatl, atracado en la terminal marítima de Pajaritos. El saldo fue de ocho muertos y nueve heridos.

Ya en 2007, en enero, ocurrió una fuga de gas etano en un ducto de 12 pulgadas, que produjo una explosión que obligó a desalojar a 400 habitantes de la comunidad Plátano y Cacao, del municipio de Centro, con cabecera en Villahermosa, Tabasco. Según la paraestatal, el percance fue causado por presuntos ladrones de gasolina.

Apenas en junio, en la refinería de Cadereyta, Nuevo León, un rayo provocó la explosión de dos tanques con capacidad para 100 mil barriles de gasolina cruda.

Un mes después, entre el 5 y el 10 de julio, el EPR se adjudicó la colocación de ocho cargas explosivas detonadas en los ductos de Pemex de Celaya, Salamanca y Valle de Santiago, Guanajuato, y en la válvula de seccionamiento de la casa de válvulas de los ductos de la paraestatal en la comunidad Presa de Bravo, municipio de Corregidora, en Querétaro.

A esto se suman los ocurridos la madrugada de ayer en Veracruz.

 
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