Usted está aquí: jueves 13 de septiembre de 2007 Opinión ¿Temores prelectorales?

John Saxe-Fernández
http://jsaxef.blogspot.com

¿Temores prelectorales?

Además de la industria petrolera, armamentista, del carbón y forestal, el vasto aparato corporativo que se beneficia desde el 11/09 con las políticas privatizadoras de funciones públicas y de seguridad en todo el gobierno federal de EU –y no sólo en el Departamento de Defensa (DdD) y su controvertido programa de “reconstrucción” en Irak– respalda la continuidad bipartidista, con especial predilección por la ultraderecha republicana. Para ello se alienta la derechización (existente) del Partido Demócrata (PD), con disfraces liberales. Y también se induce el temor y la histeria a través del manejo mediático de eventos terroristas. Ya la CNN se aproxima a Fox News en alarmismo y ramplonería: se trata de imprimir la inseguridad, incertidumbre y aprensión en la “conciencia colectiva” (incluyendo al “inconsciente” de la población), algo que resulta crucial en todo esfuerzo por remontar el colapso político republicano reflejado en las encuestas, por el rechazo del público a la ocupación y agresión armada en Afganistán e Irak. El esquema también podría servir como distracción de los efectos sobre el electorado de la grave contracción económica en curso.

En entrevistas varias los precandidatos republicanos y demócratas, incluyendo a Hillary Clinton y Barack Obama, contestaron que dejarían la “opción abierta”, cuando se les preguntó si, de asumir la presidencia, respaldarían un ataque contra Irán. Agréguese a esto la fuerte llamada de atención del Consejo del PD al diputado Jim Moran por haber osado desaprobar al Comité Israelí de Asuntos Públicos (AIPAC, por sus siglas en inglés), juzgándolo como “el cabildo más poderoso en la promoción, desde sus inicios, de la guerra en Irak”. En lo que es otro indicio de los “fuertes lazos” de los dadivosos integrantes del AIPAC con republicanos y demócratas, el PD exigió a Moran que se retractara, calificando su comentario de “visiblemente irresponsable”. Como los reproches de Moran se hicieron públicos cuando circulaba un libro de John Mearsheime y Stephen Walt (decano expulsado por ello de la Kennedy School de Harvard bajo presión de esos donantes y cuya postura documentó con anterioridad James Petras en The Power of Israel in the United States, Clarity Press, 2006), el consejo del PD agregó que los dichos de Moran “… además de incorrectos e irresponsables, son abiertamente peligrosos”.

Para promover el “temor” y un clima de “urgencia” los locutores y comentaristas de radio y televisión de EU imprimen tonos convulsivos a cualquier noticia vinculada con actos terroristas dentro o fuera del país, por ejemplo, que la policía alemana desactivó ataques por militantes islámicos contra instalaciones de EU con explosivos similares a los usados en Madrid o los recientes y repetidos ataques contra gasoductos de Pemex. También ocurren otras acciones extrañas que recuerdan y refuerzan la percepción de vulnerabilidad ante descuidos o potenciales sucesos catastróficos. Tal es el caso del avión B-52 de la fuerza aérea estadunidense, cargado “por error” con misiles crucero con cabeza nuclear y que sobrevoló ese país el 30 de agosto (La Jornada, 6/09/07, p. 30). El DdD no dio detalles por considerar el asunto “secreto mayor”, pero Han Kristensen, experto en la materia, dijo que “conocía antecedentes públicos de arsenal atómico activo transportado en bombarderos desde fines de los años 60”. Luego agregó: “parece increíble que tantos chequeos hayan fallado” (ibidem). Aunque el DdD aseguró que “en ningún momento estuvo amenazada la seguridad pública” porque “las municiones estaban protegidas y bajo control militar”, agregando que todo “apunta a un error aislado”, se acrecienta la controversia porque el 110/9 de 2001 el espacio aéreo de EU, en el momento de los ataques, estaba “protegido y bajo control militar”. Además muchas operaciones de “seguridad”, incluyendo el resguardo de armas y sustancias radiactivas de laboratorios asentados en Los Alamos, Sandia y Livermore, son contratadas con empresas de vigilancia que privilegian la obtención de ganancias sobre la seguridad pública. Se sabe que 94 por ciento (¡!) del presupuesto del Departamento de Energía –encargado de elaborar las ojivas nucleares para los sistemas balísticos del DdD– se asigna a empresas, algunas encargadas de resolver los problemas causados a la biodiversidad por la radiación que escapa desde sus plantas nucleares a los ríos. Por cierto, una de ellas, la CH2M Hill, está a cargo de la administración del programa de ampliación del Canal de Panamá.

Además del uso de la información para promover el temor se volvió a espantar al público la semana pasada con otro mensaje de Bin Laden (ex contratista de la CIA para desestabilizar a la URSS en Afganistán), ¿parte del sexto aniversario de los ataques del 11/09? De confirmarse su autenticidad (el último comunicado de Osama Bin Laden se difundió días antes de las elecciones presidenciales de 2004), ¿es casual que después de tres años de ausencia mediática de Bin Laden empiece a reaparecer en las pantallas en directo y a todo color de cara a 2008?

 
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