Usted está aquí: sábado 15 de septiembre de 2007 Opinión Los pollos. Crónicas de un país mágico

Enrique Calderón A.

Los pollos. Crónicas de un país mágico

Martes 4, 6:30 horas. El noticiario de Carmen Aristegui da cuenta del número de asesinatos cometidos por el narcotráfico en lo que va del año: 282 en Sinaloa, más de 10 crímenes diarios hasta ahora. Después anuncia la inminente discusión en el Congreso sobre la reforma electoral y sobre la salida de los consejeros del IFE, incluido su presidente, quien con anterioridad había presidido la Sociedad Mexicana de Magos, de la cual se dice que no salio en buenos términos.

9:00. En la oficina me enseñan el diario Reforma, en el que aparecen en primera plana los resultados de una encuesta, señalando que Felipe Calderón tiene un nivel de aceptación más alto que el de Fox antes de su primer Informe de gobierno. La seriedad del periódico me lleva a pensar en alguna razón sobrenatural como única posible explicación del fenómeno, dada la dinámica económica experimentada por el país en los últimos nueve meses.

10:00. Tengo una reunión con la directora del Museo Tecnológico de la CFE. A diferencia de otras ocasiones, el museo está prácticamente vacío. Pregunto qué pasa. Lo mismo que en todos los museos de ciencia, me explica un empleado. La Secretaría de Educación ha prohibido a las escuelas solicitar dinero por ningún motivo a sus alumnos, de modo que no hay forma de pagar el costo de sus traslados, pero al mismo tiempo la SEP no ha propuesto alternativa alguna de transporte; de un tajo los museos han dejado de ser parte del proyecto educativo.

15:00. Por la revista Proceso me entero de la boda del Chapo Guzmán, en un pueblo de Durango resguardado por la policía (no me queda claro si municipal, estatal o federal) para disuadir a cualquier grupo delictivo a violentar el festejo. Entre los invitados y asistentes se cita a altos funcionarios y ex funcionarios del gobierno de Sinaloa. La revista presenta una fotografía del novio en su traje de gala, que incluye un cuerno de chivo; desafortunadamente ninguno de los altos dignatarios de la Iglesia pudo estar presente.

19:00. Leo en los periódicos de ayer el discurso del Presidente en Palacio Nacional, donde resalta los singulares avances gubernamentales en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia organizada. El otro tema que me llama la atención son los esfuerzos que se han realizado en materia educativa, tema de máxima preocupación para el gobierno. El Presidente reitera la necesidad y su disposición al diálogo con el Congreso.

22:00. Mientras preparo los documentos que debo llevar a una reunión en Jalapa al día siguiente, recibo una llamada de un amigo que me plática de una visita a una escuela de calidad ubicada en Malinalco, superdotada de computadoras utilizadas para que los estudiantes tomen nota de lo que el maestro dice, logrando la misma soltura que antiguamente se lograba con el lápiz y el cuaderno.

Miércoles 5, 6:30 horas. Inicio el viaje a Jalapa cruzando la ciudad de México. En los noticiarios matutinos me entero del enojo que ha causado entre los intelectuales la posible remoción de Ugalde, como un acto que dañaría nuestro sistema democrático. Decido darme un momento para escuchar en la noche los comentarios del Weso a este respecto.

8:00. Estamos ya cerca de la salida y del enorme distribuidor vial que desde hace un año se construye al final de la calzada Zaragoza. La situación es de caos, en virtud de que los seis carriles viales han sido reducidos a cuatro por las obras de construcción y los dos de la derecha están anegados, ante la posible falta de desazolve del drenaje en la zona. En los otros dos existen claras huellas de que alguna vez estuvieron pavimentados. La velocidad con la que avanzamos es razonable, fácilmente sobrepasa los 2 kilómetros por hora.

8:30. Ahora el agua cubre toda la avenida, y su cantidad aumenta al avanzar; lo peor no es que llegue a los 30 centímetros, sino que por los carriles de la derecha avanzan veloces una sucesión de tráileres que parecen gigantescos cruceros atravesando el océano. El escenario tiene sus encantos, aunque la sensación del oleaje no es del todo agradable.

8:40. En un momento dado hace su aparición a nuestro lado una camioneta de estacas con un cerro de pollos tiesos y encuerados en su caja. “Transporte sanitario de aves”, leo en su portezuela izquierda, en el momento que una ola gigantesca cubre nuestros cristales. Cuando recuperamos la visión, nos damos cuenta de que es el efecto de un nuevo tráiler, que se aleja de nosotros a gran velocidad. Alrededor de nosotros observamos un buen número de pollos flotando en el agua; el chofer intenta rescatar algunos con una red, pero falla, y sigue adelante.

22:00. Luego de la reunión de Jalapa venimos de regreso, bajando por la autopista la ladera del Iztaccíhuatl. En todo el día no he podido alejar de mi mente la escena de los pollos. Tiempo me ha sobrado para pensar que la experiencia no había implicado agua, sino un líquido de aspecto un tanto repugnante, y me pregunto sin cesar cuál fue el destino final de aquellos pollos.

Jueves 6, 8:00 horas. Mientras desayuno, leo el contenido de Excélsior, en el que se habla de una encuesta realizada por la prestigiada empresa de Ulises Beltrán. En el diario aparecen viarios artículos denostando la propuesta de reforma electoral y la posible remoción de Ugalde. Por mi experiencia como articulista de La Jornada, no entiendo cómo estos articulistas puedan escribir todos artículos tan parecidos.

8:30. Le dedico la atención a la encuesta sólo para enterarme de que para más de dos terceras partes de la población Ugalde les es conocido y 56 por ciento de ellos desea que él siga presidiendo el IFE; ello me indica con claridad que los pobladores de nuestro país se sienten atraídos por los magos. La escena de los pollos crudos en el agua reaparece en mi imaginación.

 
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