Usted está aquí: lunes 17 de septiembre de 2007 Política Consejos municipales autónomos de Chiapas entregan informe de gobierno

El documento será analizado en las diversas comunidades para realizar mejoras

Consejos municipales autónomos de Chiapas entregan informe de gobierno

Hermann Bellinghausen (Enviado)

La Realidad, Chis., 16 de septiembre. La mañana de hoy, la junta de buen gobierno (JBG) Hacia la esperanza y numerosos miembros de los cuatro consejos municipales autónomos en rebeldía de la región selva frontera y sus distintas comisiones rindieron un detallado informe de sus trabajos de gobierno. Asistieron al acto centenares de bases de apoyo del EZLN, hombres y mujeres, “comisiones” de los distintos pueblos, con el encargo de escuchar el informe y llevarlo a sus localidades de origen.

Un significativo ejercicio democrático: eso fue la exposición colectiva, casi coral de las acciones educativas, de salud, producción, comercialización, justicia, transporte y administración de la segunda JBG, al concluir su primer año y a cuatro del establecimiento de las juntas zapatistas. Hubo sol, lluvia, preguntas del público (algunas) y respuestas de las autoridades, situadas detrás de una larga mesa sobre el estrado del caracol Madre de los caracoles del mar de nuestros sueños. Cerca de la mitad eran mujeres, la mayoría muy jóvenes, tojolabales y tzeltales principalmente.

Sin los empujones y sombrerazos de la clase política, el informe de gobierno fue una sesión del trabajo, y el Grito una modesta, casi escolar pero muy zapatista encarnación de los viejos héroes verdaderos.

La noche del sábado se celebraron baile y Grito. Pero no se piense que el segundo lo dio alguna autoridad presente: fue el mismísimo cura Miguel Hidalgo quien proclamó la independencia de México, rodeado de los personajes e insurgentes de entonces. El Grito aquí sucedió durante una representación dramática de los indígenas rebeldes en la explanada de su caracol, casi a campo traviesa. Al inicio aparecen los campesinos sometidos a la esclavitud por los amos españoles; reciben latigazos e insultos de los capataces. Una voz indígena que se esfuerza en sonar criolla y colonial manifiesta que esos indios se ven muy débiles, que si alguno muere, estará bueno para alimento de sus perros, que están hambrientos.

Cambio de cuadro. En torno a una mesa de plástico, como de fonda, los futuros próceres Allende, Iturbide, doña Josefa Ortiz y el corregidor Domínguez conspiran para iniciar la revuelta y liberar a México de la opresión virreinal. En otra escena, Miguel Hidalgo proclama la independencia y la abolición de la esclavitud. En ese momento da el Grito, y los petardos truenan arriba del caracol, como debe ser. A la viva México suben los cohetones y un perro en vez de huir de las caudas de fuego trata de perseguirlas y al verlas subir al cielo les ladra, retándolas, hasta que explotan. También el perro es zapatista.

Con los tres colores patrios y la imagen guadalupana, Hidalgo encabeza a los indios descalzos, combate, muere, y la lucha sigue al grito de “Vivir por la patria o morir por la libertad”. Es el “cura guerrillero”, como le cantarían más tarde los niños de la escuela Estrella de San Pedro, de San José del Río. Antes hubo un “programa cultural”, y después baile. En los sombreros y camisas de los jóvenes varones proliferan alacranes pintados o bordados, señal del grupo norteño K-Paz de la Sierra; además, lo nuevo es el “pasito duranguense” de las parejas bailantes.

Por primera ocasión acudieron a una reunión de trabajo delegaciones de niños de las escuelas autónomas, acompañados por los promotores de educación. Participaron en los actos culturales, como testimonio viviente del sistema educativo autónomo en los municipios San Pedro de Michoacán, General Emiliano Zapata, Libertad de los Pueblos Mayas y Tierra y Libertad.

Este domingo, el informe de la JBG fue acompañado y atestiguado por un nutrido grupo de miembros del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI), entre quienes se contaban los comandantes Tacho, Brus Li y Emiliano. El comandante tzeltal Abraham tomó la palabra para dirigirse “a todos, y a las autoridades autónomas de todos los niveles”, y les expresó reconocimiento y respaldo del CCRI. Llamó a las autoridades y representantes “a mejorar más los trabajos”. Si algunos están mal, “es por nuestra culpa”, reconoció, en ese tono autocrítico muy común en los pueblos indígenas, donde no se eluden las responsabilidades colectivas y todo puede ser mejorado constantemente.

“No podemos echar para atrás. Tenemos que seguir adelante. Los pueblos de esta JBG tenemos que estar atentos de dónde están los fallos. Con calma vamos a ir a nuestras comunidades para analizar el informe y pensar cómo hay que mejorar. Así es la lucha”, concluyó Abraham.

 
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